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MADRID, 13 de marzo.- ¿Qué es lo que diferencia a una persona atractiva de alguien que no lo es? Es cierto que los gustos de cada cual influyen, y nuestra sociedad tiene una cultura de la belleza que empuja en uno u otro sentido pero, según muchos investigadores, el atractivo viene marcado en su mayoría por preferencias biológicas. Cuando vemos a otra persona, el cerebro determina de inmediato su atractivo siguiendo unos criterios que no varían tanto como creemos, al menos en lo que respecta al físico y, por lo general, el atractivo físico de una persona viene determinado por criterios meramente reproductivos.
Nos gustan las personas fértiles, con buenos genes, y un sistema inmune bien preparado. Y es el aspecto de las personas que cumplen esos requisitos el que nos gusta, aunque no nos paremos a pensarlo.
Marlon Brando y Maria Schneider en El último tango en París (1973).
Según los científicos defensores de este determinismo biológico de la belleza, nuestros cerebros están diseñados para reconocer los rasgos genéticos de aquellos especímenes que más convienen a la especie, que son los que despiertan un mayor deseo sexual. Esto es, según esta línea de investigación, lo que hace a las personas atractivas.
La simetría
Por naturaleza el rostro humano es simétrico. Si se traza una línea en el centro ambos lados deberían ser iguales; pero no lo son. Hay muchos factores para que el rostro no sea simétrico y, por lo general, no se asocian con la belleza. Hay un componente biológico que explica por qué nos atraen más las caras simétricas: detrás de éstas suele haber buenos genes.
Según constataron por primera vez Randy Thornhill y Steven Gangestad, las personas con un rostro más simétrico son sexualmente activas a una edad más temprana y, por lo general, tienen más sexo a lo largo de su vida. Un estudio reciente aseguró que la pérdida de la noción de simetría es lo que hace que, al beber alcohol, veamos a todo el mundo más sexy.
Un agradable olor corporal
El papel que cumple el olor corporal en el atractivo sexual es un tema sobre el que no se ha llegado a un consenso científico. Aunque los humanos no generamos feromonas (las sustancias químicas que liberan muchos animales para atraer a sus pretendientes) hay estudios que aseguran que el olor juega un papel importante en nuestro atractivo sexual.
Si bien la importancia biológica de nuestro olor no está del todo comprobada, sí lo está su importancia sociológica. Según un estudio publicado en el Personality and Social Psychology Bulletin, las personas suelen identificar determinados olores corporales como desagradables y estos se asocian con rasgos socialmente indeseables.
Un 'blanco del ojo' verdaderamente blanco
Según un estudio publicado en 2011 en la revista Ethology, el blanco de nuestra esclerótica (la capa más externa del globo ocular) es indicativo de nuestra salud general, y las personas que no la tienen suficientemente blanca resultan más tristes y menos atractivas. Es una característica que, además, compartimos con el resto de los animales (fíjense que es lo primero que mira un veterinario para saber el estado de salud de un perro).
Mandíbulas pronunciadas y pómulos bien marcados
Un estudio reciente de la Universidad de Abertay (Escocia), publicado en la revista Nature Communications, sostiene que las mujeres se sienten atraídas por los hombres de pómulos marcados y mandíbulas pronunciadas. Según esta investigación, el “macho” tradicional gusta siempre por motivos biológicos, pues estas características físicas están relacionadas con un fuerte sistema inmune y grandes niveles de testosterona.
Hay un estudio que llega aún más allá y asegura que las mujeres saben, con sólo ver a un hombre que presenta estas características prominentemente masculinas, que tiene más posibilidades de ser infiel. Y suelen acertar.
Bajos niveles de estrés
La hormona del estrés, el cortisol, es la causante de que los hombres parezcan menos atractivos a las mujeres, ya que según el estudio anteriormente citado, de la Universidad de Abertay, las mujeres preferían a aquellos hombres con un menor nivel de cortisol, lo que estaría relacionado con una mejor configuración genética. Algo que se acentúa durante la fase fértil del período menstrual. Mostrar un menor estrés, además, implica que somos más capaces de afrontar las situaciones complicadas.
Una piel brillante, bronceada y saludable
Según un estudio realizado por Ian Stephen, la piel es uno de los aspectos que más influyen en las mujeres para considerar a un hombre atractivo. “El color saludable de nuestras caras es determinado por los pigmentos de carotenoides antioxidantes que conseguimos de la fruta y de los vegetales de nuestra dieta”, señalaba el profesor del University College de Londres. La explicación de esto es, de nuevo, biológica: una piel sana indica que el hombre es sano, y su descendencia será, previsiblemente, más saludable.
Un peso correcto
Un equipo de científicos de la Universidad de Pretoria (Sudráfrica), aseguró en un reciente estudio que lo que más atrae a las mujeres, por encima de los rasgos típicamente masculinos, es que el hombre se encuentre en su peso ideal. Según estos investigadores, el peso está directamente relacionado con la salud general y el sistema inmune, en particular. Los hombres más atractivos no son los más delgados, sino aquellos con un 12% de grasa corporal.
Grandes tetas, cintura estrecha y unas buenas nalgas
Dice el refrán que “tiran más dos tetas que dos carretas”, y no se equivoca. El pecho, la cadera, los glúteos y los muslos son los principales atributos de una mujer fértil, y por eso atraen tanto a los hombres. El estrógeno, la hormona asociada con la fertilidad femenina, promueve la aparición de depósitos de grasa alrededor de los glúteos y los muslos. Por ello unas nalgas prominentes y una cintura estrecha envían a los hombres el mismo mensaje que el rostro ideal: “Estoy llena de estrógeno y soy muy fértil”.
Labios grandes, mandíbula pequeña y barbilla estrecha
Por el mismo motivo que a las mujeres les atraen los hombres de mandíbulas pronunciadas y pómulos bien marcados, a los hombres les atraen las mujeres de labios grandes, mandíbula pequeña y barbilla estrecha: son rasgos que se identifican con una buena carga genética.
Que tengan 25 años
Es duro, pero es así. Mientras que en el hombre no importa tanto la edad para concebir (aunque cada vez más estudios se enfrentan a esta creencia popular), en las mujeres es decisivo, y la naturaleza ha hecho que sean más atractivas las chicas que están en la edad de fertilidad óptima, que se sitúa de media en los 24.8 años.
Desde la infancia hasta la edad adulta, los rostros crecen a ritmos y proporciones diferentes, dependiendo sobre todo de nuestras hormonas, y los rostros más atractivos son aquellos que se asocian a la juventud –se puede tener 40 años y tener rasgos de 25, lo que sin duda hará a la mujer más atractiva–.(El Confidencial / Campus México)