458 palabras
MÉRIDA, Yucatán, 12 de marzo.- En la ponencia más emotiva del Foro de Análisis del Fenómeno Social del Trabajo Sexual en la Ciudad de Mérida, convocado por la Policía Municipal, Maricarmen Ávila Castro, ex trabajadora sexual, leyó la ponencia "Los problemas que pasan las sexoservidoras cuando no son comprendidas por la Policía Municipal de Mérida".
El jefe de la PMM, Mario Arturo Romero Escalante, escuchó atentamente mientras Maricarmen, ex trabajadora sexual, habló sobre las experiencias de ella y sus compañeras con la corporación.
La expositora reconoció que el diálogo al que convoca la PMM es loable, pero señaló que a pesar de que la prostitución no está penalizada, la PMM persigue a las mujeres que desempeñan este oficio.
De izquierda a derecha: Jorge Tzuc (padre de familia), una fémina no identificada; en medio, Maricarmen; Amelia Ojeda (UNASSE) y Augusto de la Cruz Arcos, del Centro Mexicano de Derechos Humanos en el Sureste.
Declaró que una sexoservidora no es una delincuente, sino una madre de familia que quiere asegurar un mejor futuro para sus hijos, tras lo cual recibió un sonoro aplauso de la audiencia.
Llamó a quienes las critican a ponerse en sus zapatos e imaginar lo difícil que es llevar una doble vida, teniendo la esperanza de que no se sepa lo que hacen.
Destacó lo desagradable que es tener que ser tocadas por extraños y sentir su mal aliento, pero que lo hacen para ganar un poco de dinero, lo cual es más difícil cuando llega la policía y se los quita.
"Nuestros hijos se quedan sin comer a causa de un policía corrupto", lamentó la ponente, narrando que las suben con violencia a los vehículos de la corporación, las esposan y se les ofrece bajar si "dan para las aguas".
Detalló que muchas son encarceladas entre 24 y 36 horas y obligadas a pagar una multa, detenidas por "faltas a la moral" o "disturbios", acusadas de vestirse impúdicamente mientras que las mujeres que salen en el carvanal o las jóvenes que van a centros nocturnos no son molestadas por su forma de vestir.
Tras su liberación, añadió, se les prohíbe "caminar por las calles del Centro".
Maricarmen concluyó diciendo que hasta los policías van por servicio en su descanso, y que "los hombres buscan a las prostitutas, no las prostitutas a los hombres".