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CIUDAD DE MEXICO, DISTRITO FEDERAL, a Sábado 25 de Mayo de 2013.-(Agencias).- Un mundo en el que la población es cada vez mayor, con un cambio climático en proceso y una mayor presión sobre el medio ambiente tiene sin duda un reto alimentario.
Y si la humanidad se plantea viajar a otros planetas y probablemente colonizarlos, el reto se multiplica de una forma inconmensurable.
Una impresora 3D de comida podría ser la solución al sistema alimentario actual, que se vuelve insostenible a medida que aumenta la población mundial.
La NASA se ha fijado en las impresoras 3D, capaces de hacer piezas complejas a partir de plásticos y metales.
Pero la intención ahora es que produzcan algo listo para consumir.
El objetivo es que esta impresora sea utilizada en misiones espaciales a largo plazo, de diez o quince años.
Como cultivar alimentos en una nave espacial puede ser complicado y ocupar demasiado espacio, los nutrientes, carbohidratos y proteínas que necesita un ser humano para sobrevivir todo este tiempo pueden ser almacenadas en forma de polvo.
Lo único que debe hacer el usuario es colocar estos elementos en la impresora para preparar diferentes comidas. El prototipo de la NASA «cocinará», por el momento, pizza, hecha en tres capas: masa, pasta de tomate y una “capa proteínica” que puede contener leche o incluso insectos.
La compañía cree que su prototipo no solo puede servir para el espacio, sin también para cualquier cocina, ya que supone una drástica reducción de desperdicios.
El software de la impresora será completamente open source, permitiendo a todo interesado estudiar el código, mejorarlo, y crear nuevas recetas.
Las impresoras 3D también podrían ser utilizadas para otras cosas en el espacio, como la construcción de hábitats en la Luna y en Marte o incluso de satélites manufacturados in situ.
Este dispositivo podría resultar vital para alimentar a la población mundial una vez que comience a no ser sostenible el modelo actual.
Una impresora 3D de comida podría ser la solución al sistema alimentario actual, que se vuelve insostenible a medida que aumenta la población mundial.
Podrá facilitar los viajes espaciales, pues la comida tardaría 30 años en caducar.
Uno de los muchos problemas de los viajes espaciales es el de la alimentación de los astronautas, pero esto podría cambiar pronto gracias a una impresora 3D de comida que es desarrollada por el ingeniero mecánico Anjan Contractor (de la empresa Systems and Materials Research Corporation) con financiación de la NASA.
La NASA se ha fijado en las impresoras 3D, capaces de hacer piezas complejas a partir de plásticos y metales.
Este dispositivo podría resultar vital para alimentar a la población mundial una vez que comience a no ser sostenible el modelo actual.
Esta es la principal preocupación de Contractor, que cree que cuando haya 12.000 millones de personas en el planeta será básico el uso de una impresora 3D de comida capaz de sintetizar comidas nutricionalmente adecuadas.
El proceso será relativamente sencillo. Los ingredientes serán polvos que se insertarán en forma de cartuchos y se combinarán con aceites y líquidos para formar las capas que formarán estos platos.
Curiosamente, esto hace que la pizza sea una de las recetas más sencillas de crear, pues encaja a la perfección con la disposición en capas.
Además, se podrán conservar los cartuchos durante unos 30 años sin que estos se echen a perder.
Eso sí, los ingredientes serán muy diferentes a los que estamos acostumbrados a consumir.
Los carbohidratos o proteínas serían simplemente polvos, por lo que no importaría su procedencia.
Es una alternativa, sí, pero una que requiere la creación de una industria, estándares y una tendencia. Sin embargo, la aplicación en los viajes espaciales sí podría darse a medio plazo.
Es decir, al no ser sostenible consumir, por ejemplo, carne, ésta podría ser sustituida por insectos.
Esto puede resultar desagradable, pero Contractor cree que únicamente pensamos esto porque actualmente podemos permitírnoslo.
Sin embargo, cuando la población sea demasiado elevada como para que la alimentación sea un problema todavía mayor, la alternativa no sonará tan mal.
Por su parte, los viajes espaciales de larga distancia requieren productos que tarden 15 años en caducar.
Con estos cartuchos de comida en polvo se podría doblar la duración. Después, las pizzas espaciales se crearían capa a capa.
Por el momento no hay un prototipo funcional (aunque sí se han mostrado dispositivos similares, como una impresora de chocolate), pero su construcción comenzará en las próximas semanas.
La primera capa será la masa, que se cocina al mismo tiempo que se imprime.
El proceso será relativamente sencillo. Los ingredientes serán polvos que se insertarán en forma de cartuchos y se combinarán con aceites y líquidos para formar las capas que formarán estos platos.
Después iría el tomate, que se combina con agua y aceite y, finalmente, la capa de proteínas, que pueden provenir de cualquier fuente.
Es decir, desde gusanos a hierba o algas, pasando por, cómo no, la carne de origen animal.
Pero si esta receta no convence, habrá otras. ¿Cuántas? Todas las que se quiera, ya que Contractor va a abrir el software de su impresora 3D de comida, de modo que cualquier podrá crear y compartir recetas.
De esta forma consigue atraer más atención hacia su creación (que, por cierto, está basada en hardware de código abierto), pero también hacer que tenga más usos.
No obstante, este futuro tan abierto todavía está algo lejos y realmente se corresponde más con la especulación.
Es una alternativa, sí, pero una que requiere la creación de una industria, estándares y una tendencia. Sin embargo, la aplicación en los viajes espaciales sí podría darse a medio plazo.