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LOS ANGELES, California, EE.UU., 7 de junio.- Los Presidentes de las dos grandes potencias mundiales, el estadounidense Barack Obama y el chino Xi Jinping, comienzan este viernes su primera reunión como Jefes de Estado, en la que China aspira a marcar el inicio de “una nueva relación” más igualitaria.
El encuentro, con el que concluye la gira de Xi por el Continente Americano, tendrá lugar en la lujosa propiedad de Sunnylands, en el Sur de California.
La idea es posibilitar una relación más distendida entre los dos líderes y recuperar -quizá- la cordialidad de tiempos pasados, cuando Deng Xiaoping lució un sombrero vaquero en su visita a EE.UU. o cuando Jiang Zemin visitó el rancho de George W. Bush en Crawford en el 2002.
El encuentro con Obama, con el que concluye la gira de Xi por el Continente Americano, tendrá lugar en la lujosa propiedad de Sunnylands, en el Sur de California.
Pero las circunstancias actuales son muy distintas. Si en el 2002 China apenas se incorporaba al sistema global de comercio con su ingreso en la OMC, once años más tarde se ha convertido en la segunda economía del mundo, con la perspectiva de ser la primera en un puñado de años.
Y si hace apenas una década Pekín rehuía el protagonismo internacional, hoy el régimen no duda en pisar fuerte en la arena política global.
Por ello, es poco probable que Xi -un líder que goza de importantes lazos con el Ejército chino y que no ha sido ajeno a declaraciones nacionalistas en ocasiones- llegue a California con ganas de hacer concesiones, y sí con mucha determinación a marcar que la relación debe ser de igual a igual.
En días previos ya ha habido algunos indicios de ello: el Presidente chino dio declaraciones a medios de México, Costa Rica, y Trinidad y Tobago, las otras etapas de su gira, acerca de su viaje, pero no ha hecho lo mismo con medios estadounidenses.
La agenda estará repleta de temas de gran importancia mundial, pero las prioridades serán diferentes para uno y otro. (EFE)