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Un humilde artesano de Valladolid fue objeto de alarde de poder de un funcionario público estatal —el Oficial Mayor. Con guaruras armados y aprovechándose de su cargo, el "Oficial Mayor" personalmente le propinó bofetadas al artesano, en tanto que los guardaespaldas cortaban cartucho, pistola en mano, con el cañon presionando la nuca del agredido. El suceso, al parecer, se desencadena cuando el artesano osó reclamarle al "Oficial Mayor" que cumpliera con una promesa de apoyo o de pago de un trabajo consistente en la talla de un escudo de madera que el "funcionario" le había encargado.
Marco Antonio Castillo Castillo
La historia. Marco Antonio Castillo Castillo, artesano de Valladolid, manifestó que hace cosa de tres años, su hijo menor, de oficio artesano —como él— talló en madera de cedro el escudo del gobierno del estado, con el nombre y cargo de la titular. Lo trajo a esta ciudad y se lo ofreció a la dama política, pensando aprovechar la ocasión para solicitar un apoyo, consistente en una intervención quirúrgica por una hernia umbilical que le impide hacer fuerza para el desempeño de su oficio.
Desafortunado encuentro.- Al llegar a palacio no le fue posible dar con la gobernadora y fue que, casualmente, pasó una persona que luego sabría que se trataba del Oficial Mayor del gobierno del estado, Luis Hevia Jiménez.
El funcionario le preguntó si él era quien hacía los trabajos de artesanía, a lo que respondió que sí, relatándole que era de Valladolid y la historia de la pieza que llevaba. El funcionario preguntó si el trabajo sería regalado o vendido a la gobernadora. Le contestó que pensaba ofrecérselo y solicitarle ese apoyo —ayuda médica oportuna indispensable para desempeñar su actividad— pero no quería llegar con las manos vacías.
Mensaje donde le decían pasara a cobrar
Rápidamente. "Ahora mismo voy a solucionar tu problema", ofreció el funcionario, al tiempo que solicitaba a su secretaria lo comunicara con el titular de salud. Acto seguido, comenzó a hablar con una persona. Él supuso que era con quien había solicitado comunicarse, dado que le refirió su caso, reiterando la solicitud de la operación de la hernia umbilical y enfatizando que el interesado no tenía dinero.
Engañado. Al terminar la llamada, Hevia le indicó que se presentara a la administración del Hospital O Horán el lunes (los hechos ocurrieron un viernes de 2007), donde lo estarían esperando. Agregó que Hevia le preguntó cuál era el precio de un trabajo de similares características, porque deseaba uno para él. Le respondió que de $9 a $10 mil, porque la madera era muy cara, motivo por el cual no podía obsequiarlo. Comenzó entonces el regateo y Hevia preguntó cuánto era lo menos... Finalmente el oficial mayor le dijo que le daba $2,500, cosa que aceptó por sentirse comprometido por el favor recibido del servidor público.
La dirección donde debía pasar
Tiempo después, su hijo vino a esta ciudad trayendo la pieza encargada por el oficial mayor, entregándosela a uno de los subordinados del funcionario, a quien conoce como el licenciado Freddy. Cuando don Marco se presentó a la administración del hospital O Horán, le dijeron que debía tener algún documento donde lo canalizaban o no lo podrían atender. Regresó a palacio, donde le indicaron que llamarían para que lo atendieran, pero no le dieron papel alguno y cuando regresó al hospital le dijeron lo mismo. Así que regresó a Valladolid al ver que sólo le estaban dando largas y poco después se fue a trabajar a Cancún, hasta que el catorce de diciembre de este año, regresó al palacio de gobierno, decidido a hacer saber a la gobernadora lo que le había ocurrido y el engaño de que lo hicieron víctima. Estando en los bajos de palacio, identificó al licenciado Héctor Cabrera Rivero, procurador del estado, a quien relató los hechos, omitiendo la identidad del defraudador. El funcionario preguntó si ya había interpuesto denuncia; le respondió que no, "porque se trataba de un funcionario de alto rango, y consideraba que la denuncia no progresaría; además porque no le interesaba pelear con nadie ni hacer ruido". Cuando el procurador inquirió de quién se trataba, le respondió que solo lo revelaría a la gobernadora.
El predio al que le pidieron acudir para pagarle
Mala idea. Minutos después, realizó de puño y letra un escrito donde explicaba a la gobernadora lo sucedido con un funcionario de su gabinete, sin dar a conocer el nombre, entregándolo posteriormente en la planta alta de palacio. En ese momento, salió el profesor Jorge Flores Chuc, secretario particular de la gobernadora, quien le dijo que lo atendería, haciéndolo pasar al salón de los retratos. Allá el le explicó lo acontecido. Flores Chuc le solicitó el nombre del responsable para hacerlo del conocimiento de la gobernadora, a lo que accedió. A continuación, comentó a Flores Chuc que su hijo, el mismo que había hecho la talla para la gobernadora, requería una filmadora y una lap top para su escuela, a lo que el secretario le solicitó cotizara los artículos y metiera un escrito pidiendo el apoyo, cosa que realizó conforme a lo indicado.
De este lugar, se envían canastas navideñas a costa del erario público
Sorpresa. Al llegar a Valladolid, su esposa le dijo que le había llamado un licenciado llamado Freddy Martínez, que aseguró tenía instrucciones para pagarle, por instrucciones del oficial mayor, preguntándole cu{anto se le debía y pidiéndole se presentara el 15 de diciembre a la calle 59 número 532 por 66 y 68 de esta ciudad y que ese día recibió un mensaje de texto del celular 9992713530 reiterándole se apersonara a dicho lugar para que se le pudiera pagar.
De película. Al llegar a Mérida, se presentó a la referida dirección, que pertenece a oficinas de la oficilalía mayor ubicadas por el rumbo de Santiago. Al pasar fue recibido por el Lic. Freddy Martínez. Le dijo que el oficial mayor le indicó le diera un dinero para concluir el problema y le entregó un sobre con $2500, pidiéndole que firmara un recibo fechado en 2007 y otro en 2010, que amparaba el pago del escudo hecho para la gobernadora.
Mala paga. Comentó al licenciado Freddy que "no era la cantidad correcta, sino tan sólo la cuarta parte del costo". Le respondieron que no fuera orgulloso y aceptara la cantidad; replicó que prefería ir a palacio y hablar con el Lic. Hevia para sensibilizarlo respecto al asunto, le insistieron en cuanto a que lo pensara y aceptara el dinero.
Muy macho. En ese momento entró abruptamente el oficial mayor, en compañía de dos personas más y sentándose frente a él, le dijo: "Mira, hijo de tu p**a madre; no ha nacido ningún hijo de p**a que me amenace. Te estás pasando, queriéndome perjudicar y yo voy a ponerte en toda tu p**a madre. Ningún p**o pinche pen**jo jo**do me va a venir a amenazar; y no vengo como oficial mayor, vengo como varón que soy y yo sí te parto tu p**a madre, pen**jo. Ahorita me vas a firmar donde te pago los dos mil quinientos pesos del escudo de la gobernadora, para que no tengas ni puta madre que ir a llorarle a mi jefa y me vas a firmar un recibo con fecha del 2007, donde a tu chin**do hijo se le entregaron dos mil quinientos pesos por mi escudo".
Inútil tratar de razonar. El artesano respondió al funcionario que en ningún momento lo había amenazado y que simplemente había hecho un trato que el funcionario no le había cumplido, por lo que había acudido a que le pagaran el trabajo, contestándole el oficial mayor: "por mí que te lleve la ve**a, a mí me vas a firmar y te me vas a chi**ar a tu madre y no te quiero ver en palacio y si te veo por ahí, ordeno que te saquen y te parto la madre. A lo que contestó que lo disculpara, pero no tenía obligación de firmar ningún papel y que no iba a tomar ningún dinero.
Refinadas maneras y elegante lenguaje. Entonces, el oficial mayor con la mano abierta, le pegó un golpe en la sien izquierda y le dijo: "vas a firmar, porque firmas. Si no, en este momento te carga la v**ga. En ese momento, una de las personas que llegó con Hevia, sacó un arma de fuego, le puso un cargador y cortó cartucho, poniéndosela en la nuca y le dijo: obedece, hijo de p**a, lo que se te ordena.
Así por las buenas, sí. Ante esta situación, firmó los recibos, poniéndoles su huella. Después, Hevia le preguntó si se le debía algo, a lo que respondió moviendo la cabeza en sentido negativo. El oficial mayor le exigió: quiero que lo digas en voz alta. A ello el artesano respondió: "no señor oficial, no me debe nada". Inmediatamente Hevia preguntó a Freddy Martínez si lo había grabado, respondiéndole afirmativamente. El oficial ordenó: pues edítalo y límpialo. El funcionario gritó amenazante: te tengo ubicado a ti y a tu familia en Valladolid, así que piénsalo si vas a seguir jodiéndome, porque yo sí te voy a dar en la madre. A lo que no contestó y cuando estaba saliendo, el oficial mayor ordenó que le tomaran una foto, por lo que la persona que le apuntó con la pistola, le quitó la gorra para cumplir la indicación.
Para que no se queden las cosas así. Al salir, en la calle se encontraba una camioneta de color negro. Al parecer en ella llegó el oficial mayor. Como es natural, el orfebre se retiró asustado. Posteriormente, acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para interponer una denuncia, indicando que tiene grabaciones donde responsabiliza a Hevia Jiménez de lo que pueda ocurrirle y que ha hecho llegar correos electrónicos al presidente de la república y al procurador general de la república, enterándoles de los acontecimientos.
Cobarde. Castillo Castillo finalizó manifestando que "hace públicos los hechos para que el pueblo yucateco sepa la clase de funcionarios que integran el actual gobierno y que de este modo, la gente lo piense muy bien, "antes de favorecer a personajes emanados del Partido Revolucionario Institucional", haciendo patente que si algo le ocurre a él, a su familia o a sus propiedades, el responsable es única y exclusivamente, un cobarde que se escuda en su puesto para realizar infamias, llamado Luis Hevia Jiménez.
Nota bene. Este reportero se apersonó a la dirección que le dijeron al señor Castillo y pudo advertir que se trata de un predio que carece de logotipo que lo identifique como una dependencia de oficialía mayor, tipo casa de seguridad. Se pudo notar que de ahí salían personas cargando canastas navideñas, probablemente repartidas con cargo al erario público. Asimismo, pudimos comprobar que el número telefónico 9992713530 corresponde al Lic. Freddy Martínez, empleado de la oficialía mayor del gobierno del estado.