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Es imposible no sentirse mal ante las miradas y ladridos que buscan captar la atención de los desconocidos que entran al Centro de Control Canino y Felino, conocido como la Perrera Municipal, con la esperanza de ser adoptados y de salvar la vida. Pero lo cierto es que muy pocos, pero muy pocos, logran escapar de la pena de muerte que, a veces, sus propios dueños les impusieron.
Afortunadamente, lobo, un pastor alemán imponente, pero adulto, ha logrado ser rescatado a tiempo por el encargado de una empresa que lo llevará a ser parte de la vigilancia del negocio. La fortuita adopción se realizó durante la entrevista.
Lobo, de acuerdo con funcionarios municipales, tenía muy pocas probabilidades de ser adoptado, a pesar de ser de raza, debido a que la gente prefiere perros pequeños o cachorros.
Según el Subdirector de Salud del Ayuntamiento de Mérida, Henry Hernández Sosa, el tema del sacrificio de perros y gatos es un tema muy sensible para muchos personas porque lo consideran como algo inhumano, por lo que hay que tratarse con mucho cuidado.
—Pero es nuestro trabajo el ocuparnos de todas las especies —moscos, perros y gatos— que representen un peligro para la sociedad.
Henry Hernández Sosa, subdirector de Salud Municipal y César Pérez Mérida, encargado de Servicios Internos del Centro de Control Canino y Felino.
—Sin embargo, agregó, aquí el verdadero problema lo ocasiona el ciudadano porque es el que muchas veces nos llama para que recojamos al animal; ellos nos dicen que ya no lo pueden mantener o simple y sencillamente no castran a sus mascotas. La verdad es que la gente no los protege.
Señaló que cuando se les dan opciones para que los salven de ser llevados a la perrera, la misma gente dice: "mejor sacrifícalo".
Admitió que, aunque las leyes estatales y municipales protegen a los animales, éstas todavía han comenzado a adecuarse.
—El problema es que la mayoría de la gente no ha comprendido la importancia de considerar a sus mascotas como parte de la familia.
Agregó que es plausible el hecho de que la gente ya comience a manifestarse contra el maltrato animal, como sucedió con los jóvenes que protestaron hace algunas semanas por la presencia de un circo.
Indicó que está de acuerdo en ese tipo de acciones y que la gente no debería acudir a ese tipo de espectáculos porque al hacerlo provoca que se continúen utilizando animales.
Ni los cachorros se salvan de ser llevados a la perrera. Estos perritos esperan temerosos su suerte, junto con su madre.
Por otra parte, el encargado de servicios internos, MVZ César Pérez Mérida, dio a conocer que en los últimos nueve meses se han dado en adopción en el Centro de Control Canino y Felino unos cien perros, aunque la página web construida por la administración municipal anterior desde junio de 2010 no está constantemente actualizada, como lo ha constatado Artículo 7 durante varios meses: al ingresar al sitio web del Ayuntamiento la página "Adopta un amigo" no ofrece perros y gatos, excusándose con la leyenda de "por el momento no contamos con mascotas disponibles".
La presidenta del albergue Evolución Animal, Silvia Cortés Castillo, confirmó en otra entrevista que el programa de adopción del Ayuntamiento de Mérida no está funcionando, ya que en un principio las fotos de las mascotas adoptables se publicaban todos los días, como se acordó con las protectoras de animales.
Al respecto, el MVZ Pérez Mérida insistió en que la página se actualiza cada tres días y que las fotos de los animales son retiradas al cumplirse el tiempo contemplado. Posteriormente, los perros y gatos son sacrificados.
Insistió en diversas ocasiones que el trabajo realizado ahora es "mucho mejor que en la administración municipal anterior" -en la que desempeñó el mismo cargo- y que "sí se está actualizando la página".
Se le hizo ver que la presentación de la página es la misma que presentó la Comuna anterior en junio de 2010, a lo que refirió que Comunicación Social tenía más información al respecto.
Sobre el funcionamiento del Centro de Control Canino y Felino, informó que funciona con cuatro personas encargadas de la captura, dos intendentes, dos veterinarios y él. Se trabajan dos turnos.
Agregó que cada año se capturan entre tres mil y cinco mil perros, de los cuales un muy pequeño porcentaje es adoptado. Los gatos no corren con la misma suerte porque la gente prefiere a los perros.
Este perro fue sacrificado luego de que su dueño lo trajera en estas condiciones.
Precisó que sólo se recogen animales por dos motivos: por denuncia ciudadana, la que debe incluir el nombre y la dirección de la persona, o por llamado de los propios dueños.
Mencionó que en ambos casos es necesario que las personas firmen los reportes para dejar constancia de que esos fueron atendidos.
—Nos hemos encontrado en varias ocasiones con que los denunciantes no quieren salir a firmar el reporte porque no quieren meterse en problemas con sus vecinos, y cuando esto sucede, no nos llevamos al animal.
Asimismo, dijo que tampoco pueden llevarse a los que se refugian en la casa de algún vecino, como sucede con los gatos que reportan, ya que por el estrés que genera la captura, el animal rompe en su huida diversos objetos, lo que ocasiona que a veces los vecinos quieran cobrarle al Ayuntamiento lo que rompió el felino.
—La gente tampoco es muy sincera al reportar, ya que en muchas ocasiones son sus propias mascotas a las que denuncian como callejeras.
Señaló que también hay problemas al capturar perros callejeros a los que a veces la gente les da de comer, pero que no los adopta; al tratar de capturarlos se tornan agresivos porque están defendiendo lo que consideran su territorio.
Comentó que también se dan casos en los que el sacrificio es necesario por el sufrimiento del perro; hay dueños que los amarran todo el tiempo, causándoles heridas graves.
A una pregunta, dijo que en esos casos no reportan el maltrato para sancionar al propietario porque "no les corresponde, pues son los vecinos los que deben hacerlo".
Al respecto, Henry Hernández comentó, ante el cádaver de un perro amarrado por su dueño hasta abrirle la piel, que el maltrato es "muy subjetivo" porque puede ser por no darles agua o comida.
—Lo importante de este trabajo es que evitamos la transmisión de enfermedades generados por perros y gatos de la calles que pueden afectar a los niños e incluso a los adultos por entrar en contacto con superficies contaminadas y tocarse los genitales sin haberse lavado las manos.
"Somos un mal necesario" —concluyó. L.I.