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MÉRIDA, Yucatán, 9 de mayo.- En amable entrevista concedida a Artículo 7, don Ramón Bartolomé Arencibia, dueño del Rancho Chacxul, narró los problemas con los que ha tenido que lidiar en los últimos meses, desde el cateo realizado en días pasados hasta el fraude para intentar despojarlo de su terreno y las amenazas contra su persona y su familia.
El comerciante, natural de Cuba y naturalizado mexicano, indicó que adquirió el rancho en 2007 y comenzó a sembrar sus cosechas en 2010.
Narró que cuando compró el rancho éste no tenía nada. "En luz hay puestos 3km aproximadamente en cablería, transformadores, postes de luz y riego para 60 hectáreas, además de 7 mil plantas de limón sembradas".
"Nosotros nos dedicamos a exportar frutas y vegetales. Tenemos empresas en Estados Unidos", explicó el empresario, quien trabaja con exportadores de otros municipios y estados del país.
Ramún Bartolomé Arencibia asegura que quieren despojarlo de su patrimonio por medio de fraude y amenazas.
El pasado fin de semana, soldados fuertemente armados tomaron control del rancho del señor Bartolomé. Posteriormente, el general Martín Cordero Luqueño, comandante de la X Región Militar, aseguró al Diario de Yucatán que el ejército no realizó ningún cateo y contaban con el permiso del dueño para montar una base de operación móvil con motivo de las labores de vigilancia durante la temporada de pesca de pepino de mar.
Sin embargo, el señor Bartolomé, de 45 años de edad, asegura que no se le pidió permiso en ningún momento para usar su rancho.
"Nosotros tenemos un cartel puesto en el muro de rancho donde dice 'Propiedad Privada', 'Rancho Chacxul'. Mi teléfono celular personal, mi nombre y el número de denuncia", indicó.
"Me pidieron tanto permiso que rompieron hasta los candados. Entraron al predio, pero además se dieron la tarea de pintar los carteles que estaban puestos", explicó.
"No tengo ningún inconveniente si ellos me dicen a mí 'Necesitamos sus instalaciones para contribuir al cuidado de la seguridad'. No tenemos inconveniente, Hasta les digo '¿En qué te puedo ayudar?' Pero de esa manera me llama mucho la atención", puntualizó.
Hasta el miércoles, cuando entrevistamos al empresario, los militares seguían en el rancho.
"Para colmo ahora le dicen al encargado que puede entrar y ver que no le falta nada, y al principio lo sacaron sin ninguna explicación. Ahora después que sale el artículo en el periódico sí puede pasar", agregó.
"Por mí pueden revisar, a mí hasta me hacen un favor. Así dormimos tranquilos todos, pero lo que me inquieta es la manera que entraron", sostuvo.
"Si no hay nada malo como ellos dicen ¿Por qué entran así? ¿Por qué no me hablan? Mi teléfono estaba gravado ahí en el muro ¿Y por qué pintan la barda de blanco?", preguntó el comerciante, de 45 años de edad.
"Ya nos dijeron que están por el pepino de mar. No sé qué tiene que ver porque nosotros estamos a 25km de la costa", comentó, tras lo cual supuso que alguna persona intermedia está mal informando al comandante.
En los últimos meses, el Rancho ha sido objeto de una disputa legal por un presunto fraude en perjuicio de Bartolomé Arencibia.
El empresario se enteró por primera vez del problema cuando fue a solicitar un préstamo en Sefemex.
"Yo me doy cuenta de esto porque vamos a una entidad financiera para pedir un crédito y seguir con el avance de este rancho, y nos llevamos la sorpresa que el rancho ya no está a nombre mío, que está a nombre de otra persona", recordó.
"Nos dimos a la tarea de averiguar qué pasó y en los records públicos salía que la venta se había hecho en la Notaría Número 7", tras lo cual acudió a su titular, el licenciado Jorge Hidalgo Aguilar y Aguilar.
"Nos atendió muy amablemente el señor Aguilar y se quedó asombrado", comentó.
Don Bartolomé interpuso la correspondiente denuncia por fraude el 30 de enero de 2013.
"Cuando él me vio, se quedó asombrado que en su notaría haya pasado eso. Él se dio a la tarea de investigar el asunto", indicó.
"Cuando él se da cuenta, acorrala a un empleado de confianza, de hace 40 años, y se da cuenta que estuvo involucrado en dicho fraude. Hasta lo grabó y puso una denuncia personalmente en la Fiscalía, porque el señor incluso le confiesa todo lo que había pasado", aseguró don Bartolomé.
Recalcó que Aguilar les ayudó a esclarecer la situación: "Nos hizo el favor de enseñarnos lo que había pasado. Plasmaron una escritura sobre otra".
"Cuando tu volteas esa hoja, efectivamente ves la escritura que borraron por atrás, y sobreponen esta escritura nueva en letras pequeñas, lo cual le llamó la atención", indicó.
"Es imposible porque aquí todas las escrituras nunca se hacen con esa letra pequeña. Y lo hicieron simplemente para que cupiera en esa página. Aparte no coincidía con los folios que ellos llevan. Ellos llevan un record de los folios y la escritura no estaba puesta en los folios, y además pusieron una fecha que seguidamente a esa escritura es otra fecha anterior. El que lo hizo lo hizo pero bien mal", recordó.
El entrevistado sostuvo que el empleado de la notaría presuntamente responsable por esta situación, José Rafael Caballero Ucán, fue denunciado por el Lic. Aguilar y actualmente se le sigue un proceso.
Contenido de la denuncia (Página 1 de 3).
Sobre la compraventa en cuestión, sostuvo que Jaime Saulo Angulo Delgadillo abusó de un poder que le dio y vendió el rancho a Eduardo José Mir, comerciante de 60 años de edad.
Menos de 20 días después, José Mir le vende el terreno a Homero Díaz Jaime. En un escrito publicado en días pasados por Artículo 7, Bartolomé mencionó que la segunda compraventa se realizó en la Notaría No. 36, cuyo titular es Orlando Paredes Lara. Al respecto comentó: "Con Orlando Paredes no tengo ningún altercado ni nada. Yo hago mención del señor Orlando Paredes porque realmente esta denuncia yo la hice inmediatamente que pasó, y a los 30 días se hace un cierre".
"Al fin y al cabo yo entiendo que lo que él hizo fue una venta", indicó.
"Yo no creo que se haya prestado para eso, al fin y al cabo fueron a pedirle sus servicios como una notaría más", señaló.
"Jaime le vende a este señor (Mir) por 300 o 350 mil pesos, y a la vez éste le vende a Homero Díaz Jaime por 400 mil", explicó, tras lo cual sostuvo que el avalúo de ese rancho es por al menos 10 millones de pesos.
Contenido de la denuncia (Página 2 de 3).
Expuso que el rancho cuenta con matas de limón que su cosecha se recoge a los 3 años y medio, pero que no pudo recoger una cosecha debido a esta situación, aunque sigue manteniendo el rancho, pero con menos personal.
"Todos los trabajadores que nosotros teníamos, a partir de que nos pasó esto, lógicamente nos trajo consecuencias económicas y mucha gente tenía miedo", señaló, indicando que de los 25 empleados con los que contaban antes de esta situación sólo le quedan dos.
El empresario aseguró que sus empleados son gente de la comunidad y siempre los ha tratado bien: "Nunca he tenido ningún problema con nadie. Somos personas que si el empleado está ahí nos sentamos y comemos con él en el piso. Para mí no hay la diferencia. Yo he dejado de comer por pagarle a ellos".
Recalcó que aunque Díaz es el último propietario aparente en escrituras, él tiene la posesión, hecho que consta ante el Ministerio Público.
"Qué casualidad que ellos compran, venden y venden y jamás habían reclamado la posesión del predio. Cuando tu compras, lo primero que haces es reclamar la propiedad del predio, entonces ahí es donde te das cuenta que hay mano negra atrás de todo eso. Al final me lo quieren robar", alegó el entrevistado.
Indicó que la denuncia se interpuso a principios de este año y que ya se integró el expediente, aunque aún faltan los citatorios.
Contenido de la denuncia (página 3 de 3).
Evelyn Acevedo, esposa de don Bartolomé, destacó el impacto de la situación para su economía, explicando que se trata de "una inversión de tres años trabajado que se ha echado a perder. Los limones apenas están recibiendo agua. Cuando sucedió esto se habían sembrado bajo contrato casi 10 hectáreas de diferentes vegetales. No se pudo cumplir, no se pudo terminar de cumplir con los clientes".
"Para mí Mérida es un paraíso y lo sigo pensando. Por culpa de dos o tres que quieren vivir del trabajo de otros no quiere decir que Mérida deje de ser tranquilo", declaró Bartolomé.
"Yo soy cubano, pero me he sentido yucateco también. Incluso en mis negocios en Estados Unidos todos mis empleados han sido mexicanos", indicó.
"Mérida me encanta. Como está la ciudad se parece mucho a Cuba. Es muy tranquila y las personas son buenísimas", comentó su esposa.
"Aunque sea lo último que haga en la vida lucharé hasta el final. Yo no le voy a regalar el patrimonio de mis hijos a nadie", aseguró el agraviado, lamentando la lentitud con la cual avanza el caso.
Bartolomé Arencibia reiteró que han recibido numerosas amenazas, al parecer relacionadas con el conflicto legal por la propiedad del rancho.
"Me han amenazado directa e indirectamente por todos lados", indicó.
"Mandaron a gente aquí en un vehículo. Llamé a la policía. La policía vino y se fueron. No los llegaron a agarrar", recordó.
Añadió que las personas que los han amenazado también invadieron el rancho hace un par de meses, durante la noche, y dejaron una nota del "Capo" con un teléfono, hecho que también fue denunciado ante el Ministerio Público y ha causado temor entre sus empleados.
Debido a estas amenazas, don Bartolomé se ha visto obligado a manejar los asuntos del rancho a distancia: "Al rancho voy de vez en cuando y todo lo tengo que resolver con el vigilante por teléfono".
Su esposa explicó que también han sido acosados en la proximidad de su domicilio: "A veces iba al Extra y veía el camión del señor, y yo no veo de lejos".
"Una noche estábamos jugando afuera y el camión pasó y cuando vio que nosotros estábamos afuera aceleró. Eso no es normal, alguien nos está vigilando y nosotros no estamos en nada para que nos estén vigilando. Eso es un acoso", añadió.
Don Bartolomé explicó cómo conoció a Jaime Angulo, su ex socio de negocios y ahora denunciado con motivo de la disputa legal:
"El muchacho, a pesar de que es joven, tiene un potencial hablando que convence a la Madre de Calcuta", recordó.
"Yo lo conozco a través de un productor. Yo estaba en McAllen, Texas, recibiendo los tráilers que me enviaban. Él va supuestamente como si fuera un financiero, buscando inversiones", explicó.
Indicó que un productor le presentó al señor Angulo porque ya había hecho negocios con él.
Finalmente, Jaime le propuso que fueran socios: "Un buen día me dice '¿Por qué no creamos una empresa y yo aporto financieramente recursos, inclusive en el rancho?' No inviertan más, que yo voy a asumir, a partir de ahora, todas las cosas del rancho para crecerlo".
"Nosotros económicamente estábamos haciéndolo a paso nuestro, no somos millonarios. Exportamos contenedores y todos piensan que ganamos millonadas. No es así, son comisiones que nosotros ganamos realmente", explicó.
Sin embargo, poco después empezaron los problemas: "Resulta que esa sociedad la firma un amigo de él, que supuestamente iba a invertir también. Después me entero que resulta ser su chofer, no era ningún inversionista".
Tras firmar la sociedad, don Bartolomé y su esposa se fueron a EE.UU. y atendieron el negocio desde allá, pero tuvieron que regresar al escuchar que su socio no les pagaba a sus empleados.
"De pronto, empieza a haber irregularidades en la empresa. Yo no sé qué está pasando, llego acá y me doy cuenta de lo que estaba pasando", indicó.
Fue al regresar que se enteraron del problema con las escrituras, sobre lo cual comentó: "Yo le di a él un poder amplio, pero no para vender, porque el hecho de que te dé un poder amplio no te da derecho a vender. Tú tienes que informarme a mí, como dueño de la empresa".
"Cuando pasa todo esto, el chofer entendió muy amablemente. Se molestó y me dice: Mis acciones a ti te pertenecen porque no hemos invertido un peso, y yo te las devuelvo", tras lo cual se las regresó legalmente en una notaría.
El entrevistado puntualizó que fue en este punto donde finalizó la relación laboral con Angulo: "Le suspendemos su poder amplio a ese señor. Al ver que su malicia no se pudo concretar fue cuando hace fraudes y lo hace contra el mes anterior", alegó.
"El hombre se hacía como que tenía una financiera, y resulta la financiera era falsa. No tiene nada a su nombre. Su carro no sé si está a su nombre. No tiene cuenta de banco, ninguna casa a su nombre. Algo raro está, porque cuando una persona se esconde es que teme algo".
El productor también sostuvo que el denunciado ha afectado los intereses de otras personas en los Estados Unidos.
Sobre Eduardo Mir Rodríguez, comentó que éste figura en registros como representante legal de Café La Habana, aunque allí le informaron que ya no trabaja para dicha empresa.
Don Bartolomé también fue despojado de su auto, que prestó a su ex socio de negocios antes de que comenzaran estos problemas.
"Y resulta que ese carro al final no apare. De pronto estaba en un taller, supuestamente", recordó.
"Pasa una semana, dos semanas y nada. A partir de ahí, no supe mas nada del carro mío", indicó.
Más adelante, se enteró de que el carro fue empeñado a una persona con dinero y sin papeles, lo cual consta en denuncia por abuso de confianza.
Sin embargo, aún así no pudo recuperar su vehículo: "Lo citan y dice que él no tiene carro y el otro que le prestó el dinero dice que tampoco tiene el auto", recordó.
El 13 de febrero del presente, el agraviado interpuso una denuncia penal por la pérdida de su auto.
Indicó que se trata de un Jeep Ranger 2008 de 4 puertas, con techo capota plástica dura y color rojo que sacó en Auto Patrón, donde están enterados de esta situación.
En respuesta a publicaciones en la prensa, que lo asociaron errónea y vagamente con presuntos delitos contra la salud, el entrevistado explicó que fue detenido por tener 20 pastillas de diazepam, que toma para dormir, pero que al mostrar la receta médica que prueba que son suyas fue completamente exonerado.
"Yo estaba sentado en el Viejo Molino de la 60 con un productor. Salgo de ahí y enseguida, qué casualidad, que cuando voy a doblar me detienen diciendo que el vehículo que estaban buscando era de color verde y que yo iba en un vehículo gris que me prestaron, pero que aún así 'las características se parecían a las mías'", expuso.
"Gracias a Dios no pudieron probar nada. Querían que el doctor vaya a declarar. El doctor fue y declaró. Todos lo que ellos querían ahí está", sostuvo.
Hizo énfasis en que, a pesar de lo desagradable de la situación, no fue víctima de malos tratos por parte de las autoridades: "La PGR me dio un buen trato. No me pegaron ni me pusieron una mano arriba. En lo que cabe la verdad me dieron un buen trato". (Juan Francisco del Toral para Artículo 7)