805 palabras
PANAMA, Panamá, 9 de junio.- Panamá no pudo dar un giro a la historia y conseguir su primera victoria frente a la Selección Mexicana en un partido oficial. Sin embargo, el conjunto dirigido por Dely Valdés logró un importante punto ante el autodenominado Gigante de la CONCACAF, apelativo que, de seguir así, puede quedar en desuso.
Por su parte, México sumó su cuarto empate en cinco partidos en el Hexagonal Final, y deja más dudas que certezas: No por el resultado, sino por el planteamiento, abandonando su tradicional estilo mediante el que iba con descaro a por el partido, para pasar a practicar un fútbol timorato y especulativo, prueba de ello es que sólo tuvo dos ocasiones en todo el partido.
José Manuel de la Torre demostró que su planteamiento del último partido, donde alienó a dos delanteros centros (Chicharito y Aldo), fue tan sólo un espejismo. El Chepo es un hombre de ideas fijas y poco dado a buscar soluciones de emergencia. Su empeño en utilizar un media punta, un diez, es evidente; Demuestra, partido tras partido, que ante circunstancias adversas le faltan variables.
México aterrizó en Panamá con la estadística a su favor, nunca había perdido frente a al equipo de América Central; cinco victorias y un empate le avalaban. Pero el fútbol en la Confederación de la CONCACAF está viviendo un cambio vertiginoso, y el resto de las selecciones se han empeñado en luchar sin complejos ante la favorita Selección Azteca.
La primera parte fue más física que técnica, los jugadores de ambos equipos se disputaban el centro del campo sin poder realizar suficientes triangulaciones para hilvanar jugadas. La ocasión más clara de los primeros 45 minutos llegó de las botas de Chicharito que, después de recibir un fuerte pase de Aquino, atinó a rematar y el balón pasó muy cerca de la portería panameña.
Así, se fue al descanso sin percibir una superioridad aplastante de ninguno de los dos bandos y comprobando que el segundo "delantero" del Chepo, Giovanni dos Santos, se juntaba en exceso a Javier Aquino obligando a que todo el ataque fluyera por ese costado y olvidándose de la presencia del hábil Guardado.
La segunda parte fue otra historia. Los dos equipos salieron en busca de la victoria, sin complejos, incluso rozando la desesperación. Así, en el minuto tres de la continuación, Panamá ya había conseguido crear dos ocasiones claras de gol. La última gracias a la pizarra de Dely Valdés que trazó dos líneas milimétricas para que apareciera la figura de Blas Pérez para rematar de primera y ver como su disparo era atajado por un gran Jesús Corona, sin duda el portero más en forma del fútbol mexicano.
El intercambio de golpes era continuo. La presión en el centro del campo se acentuó y provocó pérdidas de balón en ambos equipos, que fueron traducidas en eléctricos contragolpes que derivaron en varias ocasiones de gol. Javier Aquino fue el hombre más metido en el partido. Su rapidez le permitió penetrar, de forma constante, por la banda derecha y, aunque sufrió una marca individual, pudo realizar algún centro que complicó la existencia a los panameños.
El partido terminó en tablas. México sumó su cuarto empate de cinco partidos en el Hexagonal Final y se coloca en la posición número tres con un partido más. El martes cerrará este capítulo de clasificación al Mundial de Brasil 2014, para centrarse en la Copa Confederaciones. (Agencias)