921 palabras
LIBIA.- Sirte, la cuna del dictador libio Muamar Gadafi y bastión de la resistencia del régimen, se prepara para acoger la batalla final de las revueltas que desde el mes de febrero tratan de poner fin a más de 40 años de poder.
Hasta que llegue ese momento, cientos de personas huyen de la ciudad dejando atrás sus casas y sus vidas, al amparo del ultimátum de 48 horas establecido por los rebeldes antes del asalto definitivo. Sin embargo, otros muchos civiles, heridos en el combate, permanecen en los hospitales y mueren en sus camas en medio de una incipiente crisis humanitaria provocada por la falta de recursos.
De hecho, muchos de los pacientes hospitalizados han fallecido en sus camillas porque el combustible para el generador del hospital se ha terminado, según denunciaron el domingo empleados médicos.
Combatientes rebeldes conducen un tanque después de que la OTAN bombardeara el domingo Sirte. / (AHMAD AL-RUBAYE /AFP)
Miles de libios huyen de Sirte, la ciudad natal de Gadafi. / (ANIS MILI/REUTERS)
"Los doctores empiezan a operar y la energía se acaba. Tienen pocos litros de combustible para los generadores, por lo que las luces se van cuando operan", cuenta un hombre que se identificó como Al-Sadiq y que dijo dirigir la unidad de diálisis en el hospital principal de Sirte. "Vi a un niño de 14 años morir en la mesa de operaciones porque la energía se fue durante la operación", asegura.
El hospital se ha convertido en blanco de la preocupación por la crisis humanitaria que se vive en la ciudad. Trabajadores de ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) trataron de hacer llegar suministros médicos a Sirte este domingo, pero los tiroteos —que no han cesado, según los residentes— les impidieron llegar al hospital.
Un rebelde libio herido recibe asistencia en un hospital de Sirte. | Reuters
"Es una catástrofe. Los pacientes están muriendo todos los días por la falta de oxígeno", dijo Mohammed Shnaq, un bioquímico del hospital que huyó en la mañana del domingo durante una pausa en los tiroteos.
También contó que las farmacias privadas entregaron sus suministros al hospital después de que se le acabaran sus reservas hace una semana, pero advierte de que esos productos también se están agotando.
"Realmente necesitamos ir y queremos asistir a los civiles dentro de Sirte y a este hospital, al personal médico y a los heridos", dijo el portavoz de Cruz Roja, Souad Messaoudi, que espera hacer un nuevo viaje a la ciudad para trasladar medicamentos.
"Este es nuestro papel, es nuestro mandato y queremos tener la oportunidad de recordarle a todas las partes del conflicto que deben permitir el acceso seguro al personal médico y salvar tantas vidas civiles como sea posible", agregó.
A pesar del alto el fuego de 48 horas declarado por los rebeldes libios, los combates han continuado en la ciudad.
Un comandante de la oposición ha explicado que la tregua expiró el domingo, pero que aún no se han planteado un ataque total debido al gran número de civiles que todavía permanecen en la ciudad. "Sirte todavía es difícil. Hay más de 15,000 personas dentro, no podemos sacrificarlos", dijo el coronel Hamed Al-Hasi, comandante de la brigada Qatar.
Asegura también que las fuerzas del consejo ahora se están centrando en el distrito de Bouhadi, al sur de Sirte, ya que uno de los fieles a Gadafi que han logrado capturar les había dicho que Mutassim, uno de los hijos del líder libio, estaba en ese lugar. "Nos estamos concentrando en el área de Bouhadi. Si capturamos a Mutassim, las cosas se calmarán", agregó.
Los rebeldes libios consiguieron llegar a la capital, Trípoli, en agosto, logrando así una de las conquistas más importantes en su camino por acabar con el régimen de Muamar Gadafi. Desde entonces, el dictador y varios de sus hijos siguen prófugos y sus partidarios retienen a Sirte y la ciudad de Bani Walid, al sur de Trípoli.
Gadafi tiene una orden de captura internacional en su contra y ha sido abandonado por casi todos sus aliados en el exterior. No obstante, recibió el sábado un voto de apoyo del presidente venezolano, Hugo Chávez.
Los simpatizantes de Gadafi están muy débiles para retomar el poder, pero su resistencia está frustrando los esfuerzos de los nuevos gobernantes por iniciar la reconstrucción del país.
Aunque se necesita aplacar pronto la última resistencia, el consejo no quiere usar armas de manera indiscriminada. Las víctimas resultantes perjudicarían su posición y harían más difícil gobernar las tribus y regiones de una Libia fraccionada. (REUTERS)