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Para don David Ribbón Pérez, veterano militante panista, la diferencia entre el panismo de hoy y de antaño radica en que los militantes de otrora eran más idealistas y valientes, pues no se disputaban tan duramente las posiciones políticas y si ganaban eran mesurados en la victoria y cerraban filas de inmediato en torno al vencedor y si perdían, asumían la derrota con madurez y nadie amenazaba con irse del partido, ni con hacer cuanto estuviera a su alcance, para propiciar el triunfo del contrario, pues no había tanto dinero y posiciones de por medio. Ni siquiera se veían posibilidades de victoria, sino todo lo contrario.
Don David Ribbón Pérez: Los panistas antiguos eran más idealistas y valientes
Los tiempos heróicos.- Don David indicó que en los tiempos heróicos, como el los llamó ser panista era otra cosa y la gente no pertenecía al partido buscando posiciones, poder o dinero, sino por ideales y por el hecho de buscar mejorar las condiciones de nuestra ciudad, cuya infraestructura, a semejanza de hoy, estaba bastante deteriorada, por lo cual se popularizó una parodia de la afamada canción Acuarela, que aludía el lamentable estado de nuestra urbe, que nuestro entrevistado aclaró no era de su autoría.
De otra pasta.- La gente estaba hecha de otra pasta, reitera. Recordó el caso de Baltazar Medina, uno de los panistas progreseños de aquella época, despedido de su trabajo por el hecho de aspirar a la alcaldía de su municipio por el blanquiazul y al que transcurrido cierto tiempo de su ilegal y arbitrario cese, ofrecieron reponer en su puesto y además otorgarle los salarios caidos y prestaciones que le correspondían, a cambio de renegar del partido. Baltazar contra todo lo que esperaban, nunca se doblegó, añade.
Entonces no había dinero para las campañas, señala. Los candidatos debían costear sus propias campañas de su bolsillo o bien realizar actividades como rifas o verbenas. También se hacían colectas entre la militancia donde todos aportaban de acuerdo a sus posibilidades y los militantes con mayor capacidad hacían donativos mayores a otros, sin que esto implicara que alguno prevaleciera.
Gente humilde.- El partido estaba integrado mayoritariamente por gente sencilla, por trabajadores humildes, algunos eran hasta analfabetas o personas modestas como don Marcelino Várguez, no habían tantos profesionistas como ahora. Consecuentemente los candidatos iban a visitar a la militancia a los subcomités en autobús o a bordo de vehículos modestos, no lo hacían en autos último modelo como hoy en día. La gente también era distinta y no te preguntaba apenas llegabas que es lo que ibas a darle.
A bordo de un volcho.- Fui dos veces candidato a regidor, menciona y en ambas visité a la militancia en los subcomités, a bordo de un vehículo volkswagen antiguo, propiedad de un amigo, al que se le daba para la gasolina. Igualmente la gente que nos ayudaba a pegar propaganda y terminaba a altas horas de la noche, no tenía otra retribución que unos panuchitos y un refresco, cuyo costo salía también de nuestro bolsillo. Por supuesto, también mandaba hacer mi propia propaganda, aunque en eso también nos ayudaba la directiva, abunda.
Los militantes cerraban filas en torno al ganador y se asumía con madurez la derrota. Las candidaturas se definían hasta con volados
No hablar en contra de los Yanquis.- Una de las veces que fui candidato a regidor, fue en la planilla de Carlos Castillo Peraza, que me lo solicitó y me pidió especialmente hablarme de usted y que yo le dijera Carlos. Era un hombre muy abierto al diálogo, decía que siempre estaba abierto a debatir, a menos que fuera a hablarse en contra de los Yanquis, equipo de beisbol de su predilección.
Por un volado.- En ese entonces, el partido tenía pocos militantes, la verdad hay muchos más ahora, confiesa. La verdad es que asumirse panista era complicado, pues el priismo nos perseguía con todo y a veces hasta nos agredía. Las posibilidades de triunfo eran escasas, quizá por eso las candidaturas no se disputaban tan acremente. Es un hecho, como apunta Juan Sauma, que a veces se definían hasta en un volado y prácticamente se obligaba a asumirlas.
Madurez en las internas.- Como en la actualidad, las candidaturas se definían en elecciones internas, pero cuando alguien triunfaba no se hacía mayor alharaca y el cierre de filas era inmediato en torno al ganador. De igual modo, quien perdía, aceptaba con madurez y mesura su derrota y no se ponía a clamar que le habían jugado chueco, ni mucho menos se dedicaba a propiciar la derrota del partido por todos los medios a su alcance, como ha sucedido últimamente.
Ser cuidadosos en la selección de candidatos.- Estábamos convencidos de nuestros ideales, reflexiona. Las defecciones eran prácticamente inexistentes. Solo recordó el caso de Pedro Góngora Paz, que al no satisfacer sus ambiciones de obtener la candidatura a la alcaldía, renunció al partido. Después se dió el caso de Ana Rosa, comenta y a partir de entonces, no ha faltado un traidor: o ha sido Haddad o Manuel Ávila, pero siempre ha habido un caso. Hay que poner cuidado en seleccionar a quienes acceden a los puestos, lo he remarcado en las reuniones que hemos tenido, subraya. Al respecto abundó que le parece indebido que se invite a ocupar altos puestos en la administración a gente como Cecilia Flores, que más allá de lo que se le pueda acusar y de la legalidad o no, de las medidas tomadas en su contra, se ha deslindado públicamente del panismo.
Acción Nacional tiene grandes posibilidades de recuperar alcaldía y gubernatura pero debe apostar a sus fortalezas y no al mal trabajo del adversario
Víctor Correa, accesible.- Víctor Manuel Correa Rachó era un alcalde muy accesible. Fue muy cercano siempre a la militancia. En cierta ocasión mi padre le reprochó un nombramiento realizado y supo dar marcha atrás, indica. Lamentó la actitud asumida por su vástago de denostar al blanquiazul y consideró que invitar a Luis Correa Mena y darle un lugar protagónico en su informe, costará al diputado Renán Barrera no ser candidato a la alcaldía de esta ciudad, pues Correa Mena ya no es bien visto por la militancia. Comentó que en general todos los alcaldes y directivos de Acción Nacional siempre se han caracterizado por ser fácilmente accesibles y ha tenido muy buena relación con todos ellos.
Apostar a nuestras fortalezas.- Finalizó destacando que considera que Acción Nacional tiene grandes posibilidades de recuperar tanto la alcaldía como la gubernatura, pero que por lo mismo es necesario apostar al buen trabajo y fortalezas internas y no confiarse nada más en la aparente debilidad y en los errores del régimen. Hay que hacer la tarea abundó y esto incluye el contacto con la militancia, capturar la simpatía del electorado y presentarnos como una opción sólida de gobierno, marchando unidos no solamente en lo interno, sino en compañía de la sociedad civil, que tradicionalmente esa ha sido la mayor fortaleza de Acción Nacional, concluyó.