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A punto de concluir la etapa electoral que debió ser PRECAMPAÑA, podemos hacer un breve recuento de situaciones y resultados.
Mal empieza la semana quien se suicida en domingo…El IPEPAC hizo lo humanamente posible para aparecer ocupado en las cuestiones técnicas de la votación con el propósito de dejar hacer dejar pasar todo, confirmando su carácter de ESTATUA DE SAL, órgano pasivo cuyas omisiones rayan en la COMPLICIDAD con el PRI-Gobierno, absoluta sumisión a los dictados del Despacho de la Gobernadora.
Contigo aprendí que la semana tiene más de seis domingos…El PRI nos dio un adelanto de lo que será el resto de la campaña: mucho dinero y muchos recursos técnicos dedicados a la presentación física de sus candidatos, con el abierto propósito de esconder su vaciedad, su falta de trayectoria, de conocimientos y de capacidades. El PRI dejó saber que no viene a convencer sino a avasallar. Al plantear el “RESCATE DE Mérida” como su objetivo electoral dejan ver el autoritarismo que los mueve: MERIDA NO FUE NI ESTÁ SECUESTRADA, esta gobernada por quienes decidió el voto ciudadano.
Un partido para el que todos los días son jueves…El PAN, fue el único partido que real y efectivamente realizó una precampaña. El PAN salió fortalecido de su proceso interno, por la legitimidad que obtuvo ante el juicio ciudadano, por la unidad y la suma de fuerzas que supieron demostrar tras el desenlace. Pese a lo anterior, sigue sin mostrar tamaños para vencer a la OLA ROJA. Aparece todavía como “PAN con lo mismo”: su candidata arrastra cargas y cuestionamientos similares a los que arrastra su principal contrincante, la muñeca BARBIVOM. El PAN, si quiere tener oportunidad de vencer, deberá REINVENTARSE retomando las demandas ciudadanas con propuestas novedosas (proyecto integral de transporte y de vialidad), imaginativas (METROBUS y proyecto Corazón de Mérida), socialmente comprometidas (atención a viejos, apoyos a hogares encabezados por mujeres, empleo, salud y seguridad pública).
Los que no saben que existe el mañana…La CHIQUILLERÍA PARTIDISTA demostró que permanecen en la etapa del infantilismo político, que carecen de capacidad, de madurez, para pensar más allá de las candidaturas y su asignación, para ocuparse en algo más que la disputas por el dinero y las canonjías. Ni los partidos de izquierda, ni los partidos mercantiles (PV, PANAL) tuvieron presencial real en este período de precampañas, como seguramente no la tendrán de manera significativa en las urnas y en los resultados que éstas arrojen.