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1. Brincos sobre el parejo suelo. ¿Debe renunciar Ana Rosa al INAIP por haber solicitado su readmisión al PAN? Por supuesto que no. La ley no lo exige, aún si algún consejero fuese militante de cualquier partido político. De hecho ya se ha dado el caso hace pocos años y sin tanta alharaca, cuando Alberto del Río Leal fue consejero, y no hubo tal barullo. Además Ana Rosa todavía no es readmitida a Acción Nacional, está en "veremos" y tendrá que recorrer un proceso para, en su caso, ser de nuevo militante de su ex partido. Hay quienes piensan que la exigencia de Ariel Avilés y Miguel Castillo de que Ana Rosa abandone el cargo, puede ser parte de una pose, de un juego, para permitirle a la ex alcaldesa "tomar distancia" del PRI, ya que gracias a ese partido y a la propuesta de la gobernadora Ivonne Ortega es que Payán Cervera es hoy consejera. Ariel Avilés y Miguel Castillo serían los "paleros" que estarían haciéndole ficticiamente el "fuchi" a Ana Rosa para que pareciera "rechazada" por el PRI.
2. Disimula, disimula. Coincidentemente, ya el diputado Gaspar Quintal Parra y la propia gobernadora habían hecho comentarios sobre "analizar el marco legal" para ver si la situación de Ana Rosa "no cae en alguna irregularidad". ¿Será que Ivonne y Quintal se chupan el dedo sobre "el marco legal" y no saben perfectamente que ni ahora y aún que obteniese otra vez su militancia panista Rosita Fresita no tiene ningún impedimento legal para continuar siendo consejera del INAIP? Entonces... ¿por qué tanto brinco estando el suelo tan parejito? Todo parece configurar una estrategia para "mostrar" ahora a Ana Rosa como "lejana" al PRI, y "distante" también de la propia gobernadora que la hizo consejera de ese Instituto. El libreto está demasiado obvio. Pero hay algún público bien dispuesto a creer en los actores y en la solferina actriz.
3. Pastoral penitenciaria. Ahh, el Perdón. El evangelio del Perdón según la Epístola de Santa Rosa a los payanistas. La carta de solicitud de readmisión de Ana Rosa al PAN es una antología de cómo no pedir perdón. Una traducción libre de la carta, que nos fué interpretada por un renombrado psiquiatra especializado en descifrar escritos intricados y avezado en desentrañar la personalidad de quien las escribe, nos da la siguiente interpretación de la carta: "Usted disculpe, pero Yo Ana Rosa, no actúo más que con la justicia y por la justicia. Es más, Yo soy la justicia. Si tuviera que actuar otra vez como actué, lo haría de nuevo. Pero eso sí, si Yo lastimé a alguien con mi justiciero actuar, pues que me disculpen y que volteen la página. Y al que no le guste como me estoy disculpando, pues que me perdone, pero Yo soy así." Vaya manera de pedir perdón.
4. ¡Ponte la camiseta roja! El incidente del pobre niño Carlitos, obligado a cubrir la camiseta con otra camiseta menos insolente o "inconveniente" en un acto que presidía la gobernadora del estado, exhibe el grado de servilismo al que pueden llegar algunos burócratas con tal de quedar bien con el amo, o en este caso, con la Amá de todos los pollitos del gallinero del corazón. Y ahora dicen que fue la imaginación del reportero que cubrió el evento. Que lo que escribió, nunca sucedió.
5. Izquierda cachonda. Que Pancho Cachondo será el candidato del PT-PRD-Convergencia. Dicen que ya le robó la base y que ya le ganó la jugada a Eduardo Sobrino Sierra, que quería agandallarse la candidatura del sol azteca para la alcaldía de Mérida. Pero parece ser que los perredistas le pusieron un alto al señor de las camionetas amarillas y lo están mandando a la banca. A Huayo Sobrino no le salió bien la jugada en esta ocasión, y eso que es todo un maestro en el arte del agandalle.
6. Thank you. Alejandro López Munguía sigue ocupándose mucho de Artículo 7 en su programa de radio y en su página web. Le agradecemos infinitamente su valiosa colaboración para hacernos gratuita propaganda, ya que ha aumentado gracias a sus despistadas críticas nuestro número de visitantes al portal de a7.com.mx. Gracias. Danke. Molto grazzie.
7. Se regaló al PRI. El que ya se descaró como priísta abiertamente es el "panista" Julio Garrido, diputado local que no sólo vota a favor de los asuntos clave que le indica la bancada tricolor, sino que además se ha convertido en orador a favor de los asuntos del PRI, ahorrándoles a los de la nueva mayoría gastar saliva en la tribuna para argumentar contra el PAN. Es digno sucesor de Antonio Hadad y de Eduardo Trueba Barrera, en el arte de traicionar a su partido y venderse al tricolor gobierno.