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Brad Anderson es un director norteamericano que apenas se va abriendo paso en la industria. Su cinta más conocida es El maquinista, aquella joya donde un demacrado Christian Bale interpreta a un operador de maquinaria que no puede dormir y comienza a perder la cordura. Anderson se ha desempeñado más dentro del cine independiente. Por ello su nombre no figura con tanta fuerza dentro del mainstream. Sin embargo, su carrera le ha dado algunos reconocimientos como el Gran Premio del Jurado en Sundance de 1998 con Next Stop Wonderland.
La semana pasada se estrenó uno de sus más recientes trabajos: El expreso de medianoche. Por el nombre uno podría pensar que se trata de un remake de la cinta homónima que hace unas décadas realizara Alan Parker con guión de Oliver Stone. Pues no. La confusión se propicia por la pésima traducción que le dieron al título en nuestro país, ya que originalmente se llama Transsiberian.
Roy (Woody Harrelson) y Jessie (Emily Mortimer) viajan de China a Estados Unidos a través del tren transiberiano. Allí conocen a Carlos (Eduardo Noriega) y su novia Abby (Kate Mara). Al mismo tiempo, un detective ruso (Ben Kingsley) está a la caza de un cargamento de droga que intenta salir del país. Conforme el viaje transcurre, Jessie se da cuenta de que Carlos y Abby no son lo que aparentan ser.
Anderson consigue con El expreso de medianoche consolidarse como un director preocupado por la solidez de las historias que decide rodar y con la gran virtud de llevar a los actores por nuevas sendas interpretativas. Recordemos la gran transformación física a la que sometió a Christian Bale para "El maquinista". Pues esta vez, Woody Harrelson, que se ha distinguido por ser un chico rudo en la pantalla, se pone en la piel de un niño bueno, de carácter ingenuo y personalidad infantil.
Es una grata sorpresa encontrar un thriller tan bien armado y con un elenco formado por grandes actores y no tanto por estrellas. El guión es un verdadero tour de force, que lleva al espectador por un trepidante viaje de traiciones y mentiras. Un buen ejemplo de cómo manejar la intriga dramática en un filme de suspenso.
Aunque el primer acto lleva un ritmo más pausado que el resto del filme, una vez que la historia da su primera vuelta de tuerca el ritmo se dispara y no hay descanso hasta que la trama concluye. Los elementos que van sirviendo como complicaciones para los protagonistas están manejados con mucha inteligencia y van dosificando las dosis de tensión a niveles cardiacos.
Lo que la hace diferente a otras cintas del mismo género es la complejidad de sus personajes, llenos de contradicciones y secretos, capaces de sostener una mentira a costa de todo. Este juego de disfrazar identidades oscuras, propio de Alfred Hitchcock, le da un valor muy especial a la película. La premisa "nadie es lo que parece" es el verdadero trasfondo de "El expreso de medianoche".
R E C O M E N D A C I O N E S
Remake de la famosa cinta de 1941. El estupendo actor Benicio Del Toro es el encargado de darle vida en esta ocasión al hombre lobo.
En esta moda del género de magia y espada, se estrena una nueva saga con la intención de embolsarle muchos dólares a la Fox. Para ello han contratado al director Chris Columbus, especialista en películas comerciales y anodinas.