1400 palabras
A cinco años de su venta en México como método especifico de anticoncepción de emergencia, aún en el ojo del huracán.
A cinco años de la inclusión de la píldora del día siguiente en el cuadro básico de medicamentos de la Secretaría de Salud en México, la polémica ocasionada por el uso de este método de anticoncepción de emergencia continúa.
En mayo pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) la declaró completamente avalada por ese organismo, pese a la controversia constitucional generada por el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, quien se niega a proporcionarlo a través de los hospitales públicos, incluso a las mujeres violadas.
Con este fallo que ratifica la Norma Oficial Mexicana (NOM) 046-SSA2-2005, las instituciones de salud pública del país están obligadas a informar a las mujeres víctimas de una violación sobre la posibilidad de emplear la píldora del día siguiente para evitar el embarazo.
Si bien la píldora del día siguiente comenzó a venderse como tal —un medicamento que concentra la dosis exacta que las mujeres deben tomar después de una relación sexual sin protección— este método de anticoncepción, que para muchos es abortivo y para otros no, siempre ha estado a la mano de las mujeres que han necesitado de él.
De hecho, en México no había una presentación con el nombre de anticoncepción de emergencia o de píldora del día siguiente, pero los especialistas lo han estado utilizado desde hace muchos años, ya que el medicamento existe bajo diferentes nombres comerciales y lo único que se requiere para utilizarlo es que el médico indique la manera de tomarlo. Lo único nuevo en el tema de contar con una píldora del día siguiente —llamada así porque se refiere a la administración de hormonas dentro de las primeras 72 horas después de un coito— es la existencia en México de una presentación exprofeso para este tipo de anticoncepción que las mujeres podrán tomar sin tener que consultar con un médico, ya que cada medicamento viene en una presentación de dos pastillas que deben tomarse de acuerdo a las indicaciones de la caja.
Es un medicamento de emergencia que incluye en su fórmula un preparado de hormonas sintéticas (estrógeno y progestina) y no son otra cosa que una dosis doble de la píldora que se utiliza regularmente para protegerse de un embarazo no deseado.
De acuerdo con especialistas, este medicamento hormonal actúa de manera diferente: inhibe la ovulación, previene la implantación o posiblemente causa regresión del cuerpo lúteo (un tejido que se forma en el ovario y que es indispensable para el embarazo) y se administra durante las 72 horas después de la relación sexual no protegida, por lo que, aseguran, su utilización no es considerado un equivalente a un aborto terapéutico.
Este método de emergencia sólo es recomendable si se han tenido relaciones sexuales sin utilizar un anticonceptivo seguro (inyectable, pastillas, condón u otro); si el método regular no se ha usado correctamente; si hay olvido en la toma de pastillas anticonceptivas tres días seguidos; si hubo deslizamiento o rompimiento del condón; si la inyección trimestral no se ha colocado dentro de las cuatro semanas y si hay un retraso de más de 7 días en la aplicación de la inyección mensual.
La píldora del día siguiente sólo protege de una relación sexual, por lo que si se es sexualmente activa y no se desea un embarazo, es necesario incorporar un anticonceptivo regular.
Como todos los métodos anticonceptivos, no brinda una protección total, de 100%, lo que hace es disminuir el riesgo de embarazo entre 75% y 88%.
Al tratarse de un medicamento, suele ocasionar molestias secundarias que no pasan de 24 horas: nauseas, vómitos, dolor de cabeza, mareos o dolor de senos.
A la polémica que se ha desatado entre la iglesia romana católica y los promotores de este método de anticoncepción de emergencia —por considerarla los primeros como abortiva y los segundos, no— se suma el hecho del uso irresponsable que las mujeres, especialmente, menores de edad, harían de este medicamento, ya que al obtenerla de manera fácil en las farmacias o en las instituciones de salud pública —desde 2005 la tienen en su cuadro básico de medicinas— pueden provocarse daños serios a su salud.
Los daños al usarla incluyen la desregularización del ciclo menstrual, retrasos y hemorragias, que se hacen más intensos conforme aumenta la frecuencia del consumo del producto.
Médicos españoles señalan que el mayor peligro está si se empieza a tomar la píldora entre los 11 y 13 años, cuando se inicia el ciclo mestrual. Hacerlo puede alterar la primera mestruación y afectar el desarrollo del aparato genital. Esto, en el futuro, podría dificultarle a la joven el embarazarse normalmente.
También hay gran riesgo para las fumadoras de cualquier edad. El consumo de tabaco multiplica el riesgo de enfermedades tromboembólicas, que van desde la tromboflebitis hasta un infarto.
Sin embargo, la principal polémica que rodea a la píldora del día siguiente es, de acuerdo con grupos religiosos, que es un producto abortivo. Según argumentan, el inicio de la vida se da desde la fecundación y no desde la anidación. Al no permitirle anidar en el utero, se está asesinando a un ser humano. Con el uso de la píldora del día siguiente, este "ser" será expulsado del cuerpo de la madre. Para estos grupos, ésta es la definición de aborto, aunque de tipo precoz. Ésta es la razón más poderosa para prohibir la venta y el uso de este método de anticoncepción de emergencia.
La Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y otras instituciones médicas y científicas a nivel mundial han ratificado que no es abortiva porque el levonorgestrel (LNG) que se usa como compuesto activo y del cual está constituida en esencia la píldora del día siguiente, no impide la implantación del ovulo fecundado en el endometrio, sino sólo inhibe la libración del óvulo y altera la motilidad de los espermatozoides —los alenta— impidiendo la fecundación. Ello descartaría que este medicamento sea abortivo.
Para los científicos, el origen de la polémica respecto a la píldora se centra más en "percepciones de semántica" que los detractores del medicamento hacen respecto al inicio de la vida humana.
Lo cierto es que, con la gran cantidad de información relacionada con la píldora del día siguiente, cada quien decide si este método de anticoncepción es o no un abortivo, y por tanto, si quiere o no utilizarlo. L.I.