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Gran revuelo generaron esta semana las grabaciones de algunas llamadas telefónicas en donde se escucha al gobernador priista de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, ofreciendo todo su apoyo —incluyendo los recursos del erario— a diversos candidatos tricolores de cara a las elecciones que tendrán lugar el próximo 4 de julio en ese y otros 13 estados del País. Exhibidos "en la movida" que evidencia el modus operandi no sólo del gobernador jarocho sino de muchos de los gobernadores priistas, diversos personajes de ese partido, entre ellos el propio gobernador veracruzano, la presidenta nacional del tricolor y su coordinador en la Cámara Alta, prefirieron acusar —y denunciar— al gobierno federal y al PAN, del "espionaje" del que eran víctimas, mientras que del contenido de las grabaciones —que el propio Herrera Beltrán reconoció como auténticas— prefirieron no opinar, con argumentos inverosímiles como el esbozado por Beatriz Paredes que dijo que hacerlo sería "hacer una apología de un delito" (refiriéndose a la grabación, no a la intervención de Fidel Herrera en las elecciones de su Estado).Mientras tanto, los panistas anunciaron que promoverían ante el Congreso un juicio político en contra del gobernador veracruzano —el cual aparentemente también respaldarían los diputados perredistas— y negaron que su partido o el gobierno federal hiciera espionaje político. "Nos es guerra sucia, es suciedad", dijo el presidente nacional del blanquiazul, César Nava, aludiendo a lo exhibido en las grabaciones cuyo origen hasta hoy es desconocido.