1271 palabras
Nuevos dictámenes presentados en el juzgado séptimo de lo penal continúan demostrando que Wafé Kuri Torre no mató a su esposa, Rosa María Arceo Ochoa y, tampoco se "autolesionó" como la Procuraduría General del Estado ha intentado resolver.
Continuando con la presentación de los dictámenes periciales de diferentes materias —Artículo 7 dio a conocer la semana pasada el de Medicina Forense— se presentan ahora los de Patología Forense y Química Forense.
El médico anatomopatólogo Francisco Villalobos Pérez —contratado por la defensa— se presentó ante el juez Jorge Andrés Vázquez Juan para entregar el dictamen en el que analizó el fragmento de piel que le fuera retirado a Kuri Torre por el doctor José Luis Araujo durante la intervención quirúrgica que le salvaría la vida.
El resultado de este dictamen coincide con el resultado del mismo estudio que fue realizado por el médico patólogo y maestro de medicina forense, Juan Rubén Hernández Chávez, contratado por la coadyuvancia de la parte acusadora —Procuraduría del Estado de Yucatán. Ambos dictámenes coinciden en que Kuri Torre recibió un disparo de larga distancia —70 cm o más— lo cual hace imposible que él mismo se haya disparado.
Después de realizar un estudio minucioso de la laminilla con el fragmento de piel de la herida de bala de Wafé Kuri —resguardada en el juzgado séptimo penal— y que fuera proporcionada por el Laboratorio de Histopatología del Sureste días después del día de los trágicos hechos, el Dr. Villalobos Pérez concluyó que los hallazgos histopatológicos del material examinado corresponden al paso de un proyectil por disparo de arma de fuego realizado a distancia no cercana, esto es, mayor de .70 metros (foto 1).
Villalobos Pérez rechazó que el material señalado como "partícula de carbón" por el perito médico patólogo de la Procuraduría del Estado de México, fuera producto del disparo. Corresponde, en cambio, a un artificio por utilizar un formol reciclado o suciedad contenida previamente en la laminilla en que se montó el tejido para su estudio. Ello se comprueba porque no hay reacción tisular a la misma [como producto de la presencia de un objeto extraño en el organismo] y porque, además, está fuera de foco, esto es, no está en el mismo plano que el tejido.
Para llegar a la conclusión de que fue un tiro de larga distancia el recibido por Kuri Torre —por lo que es imposible que él se haya autolesionado— se realizaron pruebas de disparo en carne de cerdo a diferentes distancias —contacto, 2 cm, 20 cm, 40 cm, 70 cm y 90 cm— con el fin de relacionar dichos hallazgos histológicos con los encontrados en la piel de la herida de Kuri Torre (foto 2). Todo ello fue realizado el 23 de enero de 2010, estando presentes elementos judiciales y del propio juzgado.
Los resultados y las conclusiones de los cuatro patólogos —Bolio Solís, Morales Suárez de la Procuraduría del Edo. de México, Hernández Chavez contratado por la coadyuvancia y Villalobos Pérez de la defensa— que examinaron la laminilla con la piel de Kuir Torre, determinan que no hay quemadura a nivel de la epidermis, ni carbonización de pelos y folículos pilosos, ni otras características presentes en heridas de bala de contacto (foto1).
Los peritos químicos forenses contratados por la defensa analizaron los dictámenes realizados por las químicas del la Procuraduría del Estado y realizaron sus propias pruebas.
Entre los hallazgos encontrados que refuerzan que Wafé Kuri no disparó arma de fuego el día de los hechos es el relacionado con la prueba de rodizonato de sodio que se le realizó a Kuri Torre y que dio como resultado positivo a dorso de mano derecha y negativo a palma de mano derecha y dorso y palma de mano izquierda. De haber disparado el día de los hechos como presume la procuraduría, hubiera salido positivo en dorso y palma de la mano derecha. Todas las pruebas realizadas posteriormente por elementos del juzgado que dispararon con la pistola beretta 25 dieron positivo a dorso y palma de la mano con la que dispararon. Es concluyente y determinante que el arma relacionada con la presente causa (Beretta .25), al dispararse, invariablemente maculará en la palma y dorso de la mano con la que se acciona, de forma que se obtendrán resultados positivos para la presencia de plomo y bario en la prueba de Rodizonato de Sodio.
También llamó la atención del perito contratado por la defensa, el que la ojiva que presuntamente mató a Rosa María Arceo haya dado negativo en la prueba de rastreo hemático. Después de que la ojiva atravesó supuestamente tejido dérmico, muscular, pulmón, corazón y nuevamente músculo y tejido dérmico, antes de salir del cuerpo, ésta, forzosamente tendría que tener residuos de sangre. La prueba que utilizaron los peritos de la Procuraduría del Estado tiene una sensibilidad de 1:500,000, es decir, la prueba puede detectar un mililitro de sangre en quinientos mil mililitros de agua. Con fundamento en lo anterior, es inadmisible tan siquiera sugerir que la ojiva que se pretende considerar como la que causó el fallecimiento de Rosa María Arceo, haya atravesado un cuerpo humano vivo.
Otra prueba que confirma que Wafé no recibió un disparo de contacto es que, la Prueba de Walker, realizada en la playera que llevaba puesta el día de los hechos, salió negativa a la presencia de nitritos. Los nitritos son residuos de la pólvora que se impregnan en la ropa de quien recibe un disparo cuando la distancia no es mayor de 40 centímetros. Asimismo, se observó que el orificio de entrada de la bala en la playera de Wafé no presentaba quemaduras características de disparo de contacto. Continuará...