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Prácticamente todos los mexicanos lo vimos, lo sufrimos y aún no lo digerimos. Después de un juego excelso de los "guerreros aztecas" contra "les bleus", de nueva cuenta surgieron los "ratones verdes" y se espantaron las ilusiones de millones de compatriotas.
Uruguay, con su juego canchero y "perruno" bajó los humos a los mexicanos y prácticamente enterró la posibilidad del famoso "quinto partido", al sentenciar al tri a enfrentarse ante una potentísima Argentina de paso perfecto y explosivo por tierras sudafricanas, en vez de hacerlo contra el equipo surcoreano, que aunque ya no hay enemigo pequeño, se antoja mucho más acequible que la albiceleste.Sin exculpar a los jugadores del tricolor que por momentos se mostraron displicentes y hasta conformistas, en esta ocasión el cuerpo técnico encabezado por Aguirre y Mario Carrillo recibió las principales críticas de la afición y de los comentaristas deportivos por proponer un planteamiento prácticamente inédito para un partido de tanta trascendecia y porque muchas de sus decisiones —como poner de inicio a Cuauhtémoc pese a sus condiciones en franca decadencia, mantener a Franco no obstante sus recurrentes errores y sacar a Guardado habiendo sido "el Principito" el mejor mexicano sobre el campo— parecieron más capricho que otra cosa.
A la afición sólo nos queda esperar que contra los dirigidos por Maradona, el tri siga haciendo de éste el mundial de las sorpresas.