1252 palabras
El comentario lleva la firma de "federico" (así, con minúscula). Lo copio tal cual:
Traduzco:
"Por lo visto y leído, esta página es totalmente panista. Qué mala onda que hagan estas marranadas y empiecen con su guerra sucia. En fin, decepcionado estoy de ser militante del Partido Acción Nacional. Priistas: no se dejen llevar por estas marranadas y, lo repito, esta vez voto por Angélica, así me digan más cosas dizque malas. Hablan como si no tuvieran cola que les pisen... y como si tampoco hayan sido títeres. ¡Ja ja, ja!"
Para quien quiera leerlo en su punto original: http://a7.com.mx/reportajes/3327-gran-fraude-en-ucu.html.
¿Qué se puede hacer con comentarios como este? Es obvio que estamos ante solamente una posible de 2 disyuntivas: O 1) se trata de un títere, pagado por los del bando que él dice defender —en cuyo caso, le están regalando el dinero, pues su defensa es muy mala— o bien, 2) se trata de un terco desinformado más.
Los jóvenes son por naturaleza casi siempre snobistas. Nos ha gustado "lo nuevo", lo "diferente", cambiar por cambiar. Muchos jóvenes sólo han visto gobiernos panistas a todos los niveles: federal, estatal y municipal, en el caso de Yucatán y Mérida. Pero los más viejos, que hemos visto el desastre de país que fue y lo que se ha avanzado en convertirlo en un país de verdad, sentimos mortificación porque no hemos sabido transmitirles a los jóvenes —que hoy votan igual que nosotros— el contenido de la historia reciente. Es obvio que algunos maestros escolares han fallado.
Le preguntaríamos a "federico": ¿cuál es la "marranada"? ¿Decir que hicieron, efectivamente, una marranada los que planearon el asunto de Ucú o la marranada misma del hecho descrito?
El hecho es real. No es discutible: pagaron por "aire". $360 millones del gobierno del estado de Yucatán ya se fueron a las bolsas de ejidatarios sin derechos legales para vender las tierras de las que eran posesionarios. Es cierto: eventualmente esas tierras pueden convertirse en propiedad privada y venderse. Lo que no se puede hacer es erogar $360 millones del erario público para pagar un bien que aún no existe.
Ésa es una marranada, y no el hecho de narrar la marranada.
¿Qué se puede hacer con los "federicos" que andan sueltos en la ciudad y que hoy, aparentemente —si el tribunal electoral no descubre el nivel del fraude— lograron "colocar" a la que obedeció órdenes para hacer las cosas en el "Proyecto Ucú" en una forma en que jamás debieron haberse hecho?
Lo que los "federicos" tampoco visualizan es que fue la misma Angélica Araujo la que, desde su silla en el IVEY, movió las cosas para que se le metiera a la cárcel al ex director de Cousey —Guzmán Alcocer— acusándolo de 4 delitos que jamás tuvieron fundamento alguno. La cuestión es que en esta ocasión —a diferencia de la falsa acusación de Angélica desde Cousey— el delito ya está cometido, consumado y confesado: el gobierno del estado ya ha declarado oficialmente haber pagado los $360 millones a personas que no pueden dar, a cambio, el título de propiedad de los bienes pagados.
La historia agraria de México es compleja porque el campo se usó, durante la era PRI, para afianzar un coto de poder y tener, suavemente, el "voto verde". Es triste lo que sucedió: los ejidatarios no se convirtieron en agricultores, porque no le convenía eso al sistema PRI. Se trató de un sistema que requería clientela política. En el campo, el "intercambio" fue: "tú me das tu voto, yo te dejo tu parcela". El intercambio debió haber sido: "aquí está tu parcela, aquí está tu crédito para que la trabajes, aquí está tu tractor, aquí está tu mercado... Si no puedes, tienes que renunciar a la posesión para que se le venda la tierra a otro que sí lo haga."
El país necesitaba con urgencia 2 cosas: una industrialización acelerada, para crear más y más empleos en las ciudades —y atraer, así, a gente del campo— y un proceso de mecanización del campo que lo hiciera más competitivo, productivo, capaz de generar más con menos terreno. Pasaron las décadas: en vez de generar un país industrializado, el sistema PRI cerró fronteras para defender industrias ineficientes y caras de unos cuantos privilegiados a los que les "vendió protección".
Probablemente las tierras en manos de ejidatarios —no propietarios— eran la "reserva del PRI". Y hoy están echando mano de esa reserva.
Si el gobierno de Patricio Patrón Laviada hubiera hecho lo que ahora ha hecho el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, el yucateco alto estaría en una celda especial, con cama extra larga, para poder asentar su prolongada humanidad, quién sabe por cuántos años. En vez de ello, todas las tierras que la Cousey adquirió fueron pagadas sólo cuando ya mediaba un propietario privado, capaz de firmar un título de propiedad. ¿No se llamaba "Antonino" un vilipendiado del antipanismo por ser pieza clave en hacer las cosas como se debe?
Un desfalco de $360 millones no puede tener derecho a fianza. Es obvio que "algo" debe suceder, porque, aunque todo se solucione, el delito ya está consumado.
Es curioso: el priismo le llama "guerra sucia" a la narración de historias negras de su pasado. "federico" ya se aprendió el término, al igual que todos los que, como él, viven o 1) muy confundidos o 2) no son sino paleros pagados por el PRI para escribir disparates en estas páginas en las que, por desgracia, si exigimos identificación ¡nadie escribe!
"federico" dice ser un "decepcionado panista". Gente tan confundida o con valores tan escondidos, de verdad, es mejor que abandone todos los partidos políticos. ¿Se fue del PAN porque los gobiernos emanados de éste no cometieron "marranadas"?
Es necesario ser cívicamente frontales. No se puede progresar con miedo.