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Es por demás. La soberbia que muestra el gobierno del estado, es inaudita. La titular del ejecutivo no para de dar muestras de ello. Por más que un puñado de voces comprometidas con la verdad se empeñan en que el pueblo y sus representantes la conozcan, las nubes de incienso, la desinformación y los distractores que desde la calle 61se conciben y ponen en circulación, impiden que esto ocurra. Es inaudito, los yucatecos estamos sufriendo una tremenda involución histórica, política y social. Un retroceso como no se veía desde las épocas del priismo más rupestre y cavernario. En nuestro estado no importa otra cosa que no sea complacer el ego y las ansias desaforadas de dominio de la clase encaramada en el poder. No se gobierna, nada se hace a favor de la gente más necesitada. Todo se simula. No se requieren preparación, inteligencia y capacidad, basta y sobra la amistad con los poderosos.Se miente sistemáticamente al pueblo y se defrauda su confianza. Se aprovechan su ignorancia inmemorial, su desmemoria y su paciencia. Se le embota la conciencia, eso sí con un método y una constancia dignas de admiración. Se reprime con arte y regularidad y el resultado es una paz y un silencio que se creyera sepulcral, pero todo es aparente.
Se dilapidan alegremente los recursos, no entrando a averiguar si son renovables o no. ¿Para qué buscar complicaciones? No vaya a ser que por pura mala suerte se encontraran. Total, al instante en que se acaben, la crisis se soluciona viviendo de prestado. Total, la sumisión y la abyección de la mayoría de los miembros de otros poderes y de quienes se dicen detentadores de la opinión y el pensamiento, es proverbial. Se viaja cuando bien se antoja, se regala mostrando munificencia y si los fondos escasearan, es cosa de recurrir de nuevo al crédito y si se puede en dólares mejor, para quizá cobrar un atractivo corretaje.
Pero eso sí, la buena racha se comparte arrojando a los cuantiosos pordioseros de la cosa pública, abundantes migajas de cochupos, corrupción e ineficiencia. Al cabo no importa trabajar, sino fingir que se hace, generando proyectos faraónicos al por mayor, que aunque nunca se cumplan, provocan un constante salpicar de dádivas y privilegios que los flojos y los seres carentes de honor y dignidad se aprestan a recibir.
Qué lamentable una entidad así, donde se trate de culpar a otros para disimular ineptitudes propias, donde se pierdan pundonor y vergüenza, donde la prensa calle, donde la juventud carezca de ideales dignos y sólo se interese en borracheras y bailes, donde la iglesia no denuncie, donde la oposición se amanse cuando le amaguen con suspenderle las prerrogativas. ¿Es que no hay quien hable?, ¿No habrá quien diga que los ciudadanos rechazamos el modelo de corrupción rampante que ofrecen los priistas y que sólo es más de lo mismo: demagogia, corrupción, distractores, persecución a quien denuncie y cárcel o la tumba para el rebelde? Mas si antes logramos derrocar y derrotar
a todo esto, ¿no habrá hoy quien motive al pueblo a romper de nueva cuenta las cadenas?, ¿Quién grite que hay que liberarse?
Dios, Patria y Libertad