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Lo más importante en observar sobre la advertencia de Sagalevich es que él y sus colegas científicos de la Academia Rusa de Ciencias son los únicos seres humanos que han estado en el sitio del derrame petrolero en el Golfo de México después de haber sido llamados a la escena del desastre de parte de la gigantesca petrolera Británica, la BP, poco después del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, el 22 de abril de 2010.
Un preocupante reporte que circula hoy por el Kremlin y que fue preparado para el Primer Ministro Putin de parte de Anatoly Sagalevich del Instituto Shirshov de Oceanología de Rusia, advierte que, el fondo marino del Golfo de México ha quedado fracturado “irreparablemente” y nuestro planeta debe comenzar a prepararse para un desastre ecológico “más allá de toda comprensión” a menos que se emprendan “medidas extraordinarias” para detener el flujo masivo de petróleo hacia el onceavo cuerpo de agua más grande del mundo.
El llamado que hizo la BP a Sagalevich después de que comenzó esta catástrofe se debe a que él tiene el récord mundial de buceo profundo en agua dulce y su experiencia en los dos vehículos de Sumergencia Profunda de Rusia, el MIR 1 y el MIR 2, que tienen la capacidad de llevar a sus tripulaciones a una profundidad de 6,000 metros ( 19,685 pies ).
Según el reporte de Sagalevich, el derrame petrolero hacia el Golfo de México no está saliendo solamente del pozo de 22 pulgadas que muestran los Estadounidenses en la televisión, sino de por lo menos otros 18 sitios sobre el “fondo marino fracturado” siendo el más grande de 11 Km (7 millas) desde donde se hundió la Deepwater Horizon y está vomitando a borbotones estas preciosas aguas con unos 2 millones de galones de petróleo por día.
Es interesante hacer la observación sobre este reporte de Sagalevich señalando que él y otros científicos Rusos fueron requeridos por los Estados Unidos para firmar documentos que les prohiben reportar sus hallazgos a medio alguno, ya fuese estadounidense o de otro país, y que lo tuvieron que hacer para operar de forma legal en aguas territoriales estadounidenses.
Aunque no directamente señalado en el reporte de Sagalevich, los hallazgos de los científicos Rusos sobre el verdadero estado del desastre petrolero del Golfo de México están, más allá de toda duda, siendo filtrados a su amigo de mucho tiempo, Matthew Simmons, quien fuera el asesor principal sobre energía del ex Presidente George W. Bush, a quien los reportes de los medios estadounidenses señalan abiertamente: “Matthew Simmons se está apegando a su historia de que hay otro gigantesco derrame en el Golfo de México bombeando tremendas cantidades de petróleo hacia el Golfo.
En “Fast Money” de la CNBC, dice que le sorprendería si la BP pudiera pasar de este verano, diciendo que este desastre es culpa completa de la BP”.
Como persona prominente dentro de la industria petrolera y uno de los más destacados expertos del mundo en el pico petrolero, Simmons, señala además que los Estados Unidos tienen una sola opción”, dejar que se seque el pozo (lo que tomaría 30 años y arruinaría el océano Atlántico) o detonarlo nuclearmente”.
El gobierno de Obama, por otro lado, ha indicado que no se está discutiendo la opción nuclear para dar fin a esta catástrofe lo que lo pone en conflicto con los expertos rusos y estadounidenses que abogan por esta medida extrema antes de que todo esté perdido y como lo informa el diario Británico, The Telegraph:
“La antigua ex Unión Soviética (URSS) utilizó armas nucleares en cinco ocasiones distintas entre 1966 y 1981 para apagar exitosamente pozos de gas y petróleo en la superficie (hubo un solo intento que falló) y que fue documentado por un reporte del Departamento de Energía de los Estados Unidos sobre los usos pacíficos de la URSS de explosiones nucleares.
Rusia está apremiando ahora a los Estados unidos para que considere hacer lo mismo.
El Komsomoloskaya Pravda, el diario Ruso de mayor venta, asegura que aunque se base en la experiencia Soviética, existe una oportunidad en cinco de que el pozo pudiera no sellar, es “una apuesta que los estadounidenses tendrían que arriesgar”.
Se dice que la URSS desarrolló dispositivos nucleares especiales para cerrar los pozos de gas utilizando la teoría de que la explosión de una detonación nuclear taparía cualquier pozo en un rango de 25 a 30 metros , dependiendo de la potencia del dispositivo.
Tanto como lo he imaginado en mi tiempo libre, las explosiones masivas pueden usarse para hacer colapsar un pozo en fuga, tapando así, o al menos contener sustancialmente el flujo de petróleo.
“La detonación nuclear del fondo marino está comenzando a sonar sorprendentemente factible y apropiada” es la cita que se informa, dijo el Ingeniero Mecánico de la Universidad de Texas, Michael E. Webber, mientras que el investigador visitante sobre política nuclear y ex oficial naval Christopher Brownfield, escribió en el Daily Beast: “Ya hubiéramos demolido este pozo con explosivos desde hace un mes. Y todavía vemos con insoportable suspenso mientras la BP va torpemente usando y desechando plan tras plan para recuperar su petróleo y cubrir su propiedad”.
En cuanto a la razón del gobierno de Obama para negarse a considerar el detonar este pozo por medios nucleares, Sagalevich señala en este reporte que la “preocupación principal” de los Estados Unidos no es la catástrofe ambiental que está causando este desastre sino más bien el impacto que el uso de un arma nuclear para detener este derrame tendría sobre la continua producción de petróleo del Golfo de México y que en un mundo hambriento de energía continua siendo la única región productora de petróleo del planeta capaz de aumentar su producción.
Encima de la catástrofe ambiental que está ocurriendo actualmente en el Golfo de México, la situación podría empeorar pues nuevos informes de los Estados Unidos están confirmando sombrías predicciones de los científicos rusos concernientes a los venenos de dispersión de petróleo que está usando la BP y que están siendo recogidos hacia las nubes y cayendo como lluvia tóxica destruyendo todas las plantas vivas que toca.
El resultado final de esta catástrofe lo ignoramos nosotros, sólo nos queda señalar lo obvio que es la opción que confronta hoy Estados unidos que es o detener este desastre por cualquier otro medio, o pagarlo muy caro después.
Después de todo, ¿vale el petróleo barato el costo de destruir a nuestro propio planeta? La BP seguramente lo cree así, pero esperemos que Obama no.
Se pronostica que para octubre el derrame tocará las costas Atlánticas de México. Esto es espantoso.