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El juez séptimo penal Jorge Andrés Vázquez Juan ha programado para el día 20 del presente la primera junta de peritos. En ella los peritos de medicina forense -de la defensa, coadyuvancia, Procuraduría del Estado de Yucatán y Procuraduría del Estado de México- discutirán sobre las divergencias entre los resultados de sus peritajes. Con esto se da inicio a la recta final en el juicio que se le sigue a Wafé Kuri Torre como acusado por la PGJE por la muerte de su esposa, Rosa María Arceo Ochoa.
Después de casi 3 años de reclusión en el Centro de Readaptación Social, ha sido víctima de las ilegalidades cometidas por la Procuraduría del Estado de Yucatán, tales como: no dar fe de la herida, alterar el lugar de los hechos, acusar a Wafé cuando solamente dio positivo en dorso de mano derecha a la prueba de rodizonato de sodio -siendo que ellos, en la pruebas que hicieron dieron positivo en dorso y palma de mano- y la presencia del agente del ministerio público, Carlos Miguel Couoh Salazar, en diferentes partes -como si tuviera el "don de la ubicuidad"- son algunas de las múltiples irregularidades cometidas por la Procuraduría del Estado de Yucatán en el presente caso.
Contraviniendo la norma en una investigación judicial. en la que hay víctimas por arma de fuego, el agente del ministerio público, Carlos Couoh Salazar, no dio fe de la lesión de Wafé. El ministerio público está facultado, por la ley orgánica, para ingresar a cualquier nosocomio público o privado y dar fe de las lesiones, en cualquier caso que involucre un delito.
El primer oficio que realiza la autoridad ministerial, después de recibir el aviso telefónico para denunciar el hecho, fue precisamente ordenar al departamento de medicina forense trasladarse al hospital Star Médica para dar fe de las lesiones de Rosa María Arceo Ochoa y de Wafé Kuri Torre.
Los peritos sí acuden al hospital, pero nunca dan fe de la lesión que presentaba Wafé. Todo el grupo de peritos del ministerio público, inclusive el agente del ministerio público, estuvieron presentes.
Está asentado en el expediente que el doctor Luna, estando en la sala de urgencias, les informó que en quirófano se encontraba Wafé por los mismos hechos. La pregunta es: por qué no acudieron al quirófano a dar fe cuando tenían la orden y facultad para hacerlo.
Según el abogado defensor Marco Cerón Ruiz, lo trascendente de esto es que al día de hoy puede haber un inocente en la cárcel y un culpable en las calles. Era fundamental dar fe de la lesión porque lo medular del asunto es si Wafé intentó o no suicidarse. Al no haber fe de la lesión y tomando en cuenta que el ministerio público es el único que tiene la facultad de acusar, está impedido para hacerlo.
-Lo que hizo el ministerio público fue acusar sin sustento legal o pericial -continuó el abogado- Lo que hicieron fue acusar en base a la prueba de Walker que no tiene nada qué ver con la lesión física.
Ante la grave omisión de la procuraduría, la defensa, durante todo el juicio, estuvo obligada a acreditar la ausencia de lesiones, como la quemadura en la piel, características de un disparo a corta distancia. De haberse dado fe de la lesión, Wafé nunca hubiera ingresado a la cárcel. Simplemente no se le hubiera imputado el autolesionismo y, por tanto, se habría determinado la presencia de una tercera persona.
Los peritos del ministerio público debieron haber ingresado, con todas las debidas precauciones, al quirófano, acompañados del medico forense; allí debieron haber dado fe de la lesión.
"Todo indica que la persona que tienen presa, es inocente" dijo Cerón Ruiz.
El que los policías de la Secretaría de Seguridad Pública hayan entrado y permanecido dentro de la casa, fue violatorio. Los policías debieron haber: a) custodiado solamente la entrada y b) ingresado sólo para auxiliar a Wafé y llevarlo a un hospital. Fuera de eso debieron haberse quedado en la puerta de la casa y esperar a que llegara el ministerio público.
La policía es auxiliar del ministerio público y sin la orden expresa de éste la policía no puede ingresar al predio.
Las primeras horas en un hecho delictuoso son cruciales para que los peritos del ministerio público recaben la mayor cantidad de evidencias que lleven a la verdad y se haga justicia. El que haya personas sin capacitación -como lo son muchos agentes de la Secretaría de Seguridad Pública- provoca que se contaminen evidencias y se entorpezcan las investigaciones. Eso es lo que sucedió el 14 de enero de 2008 cuando un número sin control de elementos ingresó a la casa de Montebello y, concretamente, a la habitación donde se le dio muerte a Rosa María Arceo. Irresponsablemente se alteraron muchas evidencias.
Para que una "actuación" o una diligencia ministerial tenga validez, se requiere la presencia, necesariamente, de un agente del ministerio público y de su secretario. Son los que tienen la atribución que les confiere la Constitución de dar "fe ministerial" de todo lo que se realiza durante la averiguación.
Las personas que intervengan en una diligencia firmarán al calce del acta que se levante y en todas las hojas en que se asiente aquella. Cualquier rectificación o aclaración se hará constar inmediatamente, expresando el motivo de dicha corrección.
Es obvio que una diligencia requiere tiempo para poder garantizar su correcta elaboración.
La realidad, en el caso Wafé, es que se realizaron más de 50 actuaciones el 14 de enero de 2008 -día de los hechos- por un único agente del Ministerio Público, Carlos Miguel Couoh Salazar; de las muchas, 4 -en 4 lugares diferentes- fueron por el caso Wafé: 1) la residencia del lugar de los hechos, 2) el hospital Star Médica, 3) el cementerio de Xoclán y 4) el Ministerio Público. Esto deja serias dudas y nos preguntamos: ¿será que todas fueron realizadas en tiempo y forma por el agente Cohuó Salazar? Difícil de creer. ¿Será que, como se sospecha, fueron realizadas en su mayoría en la Procuraduría a modo de Rafael Acosta Solís? ¿Será que Cohuó Salazar tenga el "don de la ubicuidad"?
Hay diligencias en todos esos lugares, cuando se suponía que estuvo en el lugar de los hechos de las 8:38 a.m. a las 10:38 p.m., haciendo el levantamiento de las evidencias.