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La unión de miembros dentro de un partido político es crucial y determinante. Si los miembros están “jalando” cada uno por su lado, la sociedad corre un gran peligro. Y eso es lo que sucedió en 2007 en Yucatán. De hecho, las consecuencias de 2007 se prolongaron al 2009 y luego al daño que hoy sufre Mérida en 2010. La realidad es que para que se pueda dar sanamente alternancia es necesario que los participantes tengan visiones de misión compatibles en calidad de servicio a los ciudadanos.
Se queja una mujer, política de yucatán —ha sido alcaldesa de Mérida 2 veces— de que se le pretenda “echar la culpa” de la derrota del partido al que pertenecía. En su opinión, puede o no ser ella la causante de la derrota de su ex partido en 2007, pero, dice ella, “en caso de que así sea” —o sea, en caso de que ella sea “la culpable” de la derrota— “ya estamos a mano: ustedes perdieron el gobierno, yo no fui gobernadora”.
O sea que, como ella no fue electa candidata y tampoco llegó a ser gobernadora, “alguien le debe algo” y ese “algo” se ve compensado —”quedan a mano”— con la derrota de su ex partido en esas elecciones. Es para ella, pues, una compensación —un gusto, un “quedar a mano”— la derrota del partido dentro del cual, en una elección interna —a la cual se sujetó en forma comprometida— no resultó la ganadora.
Alrededor de 10,800 delegados de ese partido votaron, pero no eligieron a la 2 veces alcaldesa: “su merecido” —según la ex alcaldesa— es que el partido pierda.
Había 3 pre candidatos y sólo uno podría haber resultado ganador. Entre los 10,800 delegados le dieron la candidatura a otro de los contendientes. El valor civil exigía que los participantes, todos, sin excepción, se cuadraran a favor del partido y le levantaran el brazo al elegido. Faltó valor civil. Yucatán, Mérida, los yucatecos, los meridanos continuamos perdiendo. ¿Por qué esto es tan difícil de comprender para algunos? Por favor, no usen la fantasía para tratar este asunto: limítense a los resultados y entiendan que, para muchos delegados, todos los pre candidatos eran igual de buenos.
Examinado lo expuesto, ocúpemonos concentradamente del ahora. ¡Buen día!