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Cuatro estrellas
"Harry Potter y las reliquias de la muerte" es uno de los estrenos más esperados del 2010. El último libro de la saga ha sido adaptado en 2 películas en un afán de explicar con mayor detalle su complicada trama y resolver los baches narrativos heredados por la fallida adaptación de "El misterio del príncipe". Claro que el motivo económico tampoco puede negarse, y seguramente la decisión de hacerla en dos partes logrará aumentar la tensión para catapultar la taquilla en 2011, cuando la batalla entre Harry y Voldemort llegue a su fin.
Siguiendo acontecimientos pasados, Lord Voldemort y sus mortífagos se han apoderado del Ministerio de Magia y han instaurado un nuevo orden en el que los muggles (no magos) y mestizos son perseguidos, encarcelados y exterminados. Para empeorar la situación, Potter está a punto de cumplir la mayoría de edad y al hacerlo se terminarán los hechizos de protección que le mantenían a salvo en la casa de sus tíos.
En una peligrosa misión, Harry es escoltado por los integrantes de la Orden del Fénix hasta la casa de la familia Weasley. Con Dumbledore muerto, Hogwarts ha dejado de ser un lugar seguro. De tal manera que Harry, Ron y Hermione se embarcan en la búsqueda de los 7 horrocruxes (objetos que guardan partes del alma de Voldemort). Si logran destruirlos, el villano perderá su inmortalidad y podrán eliminarle para siempre.
Recordemos que 2 horrocruxes ya han sido aniquilados: el diario de Tom Riddley y el anillo de Sorvolo. La carrera por los 5 restantes continua, mientras Voldemort y sus secuaces intentan desesperadamente cazar a los héroes.
A diferencia de las novelas anteriores, esta deja a un lado el típico esquema del año escolar, con clases de magia, partidos de Quidditch, misterios encerrados y personajes que no son lo que parecen —particularmente los profesores de Defensa Contra las Artes Oscuras. En este filme nada sucede en Hogwarts y las acciones se desarrollan en exteriores. Resulta interesante ver a los personajes interactuando en escenarios nunca antes mostrados como una ciudad moderna o una playa.
"Las reliquias de la muerte" es la novela más oscura y tétrica de las 7 que ha escrito J.K. Rowling sobre Harry Potter. El principal acierto de su versión cinematográfica es que se ajusta a los hechos principales del texto original. En "La orden del fénix" se evadieron discursos con respecto a la profecía que vincula a Harry con Voldermort. En "El príncipe mestizo" se omitieron aspectos importantes sobre los horrocruxes y las motivaciones de Voldemort para poseer determinados objetos de Hogwarts. Aquí, por primera vez, la adaptación se ciñe a la totalidad de los acontecimientos que dan sentido a la trama medular.
El problema es que los errores de filmes anteriores terminan pasando factura y aquellos espectadores que no han tenido oportunidad de leer las novelas podrían perderse un poco dentro de la complejidad de su trama. Pese a ello, el guión trata en la medida de lo posible explicarnos a cabalidad la historia. Quizá es un poco tarde para tan buena intención.
A los horrocruxes se suman las reliquias de la muerte, 3 objetos que aumentan los poderes de un mago. La capa de invisibilidad (Propiedad de Harry Potter desde su primer año en Hogwarts), una piedra que permite regresar a los muertos y la reliquia más preciada: la varita de sauco, el arma más poderosa del mundo mágico.
El relato sobre las reliquias se ilustra con una animación que nos remite al estilo visual de Tim Burton. En el aspecto estético es la mejor secuencia de toda la película. Si hablamos de efectos especiales el momento más célebre es la escena de la destrucción del guardapelo, donde la maldad contenida en el objeto nubla la mente de Ron.
Ligado a los celos de Ron, se incorpora una escena de baile entre Harry y Hermione donde se le da una interesante reinterpretación a la novela, agregando un subtexto que alude a una posible tensión amorosa entre los personajes. Esto en una atinada contraposición a la cursilería mostrada en "El misterio del príncipe". En este sentido, los tres personajes son representados con mayor madurez.
Su director David Yates ha mejorado en comparación con sus anteriores trabajos. Sin embargo sigue padeciendo ligeros fallos con los ejes. En realidad nada que no pueda disimularse un poco en la edición. Hasta el día de hoy, Alfonso Cuarón sigue siendo el director más eficiente que ha tenido la saga.
Hay problemas de ritmo, especialmente en el punto medio de la película. Existe un par de escenas innecesarias en la travesía de Harry, Ron y Hermione. Acciones que de haberse cortado durante el montaje habrían facilitado el flujo de la historia. El contraste se acentúa porque tanto el primero como el tercer acto llevan una cadencia vertiginosa, cargada de acción y tensión dramática.
Lo mejor: La adaptación se ajusta con fidelidad a la novela, Imelda Staunton hace una breve pero memorable reaparición como la hipócrita Dolores Umbridge, Bellatrix (Helena Bonham Carter) se luce tanto en esta ocasión que le roba antagonismo al propio Lord Voldemort.
Lo peor: Justo a la mitad de la película el guión se cuelga con escenas innecesarias y los vacíos argumentales de películas anteriores terminan haciendo mella.
Vea la crítica a "Harry Potter y el misterio del príncipe" publicada en Artículo 7 el año pasado apretando aquí.