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Los adelantos médicos permiten al paciente de labio leporino rehabilitarse totalmente, asegura especialista del IMSS
Hace más de 15 años era muy difícil que un niño con labio leporino tuviera una vida normal, pero ahora, con todos los adelantos médicos —cirugías, terapias de lenguaje y ortodoncia, entre otros— las posibilidades de rehabilitarse son enormes, señaló la Dra. Karla Alpuche Lizama, cirujana maxilofacial de la clínica "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
—En esa época lo más que podía pasar es que al niño se le operara el labio para cerrarlo. Pero eso no corregía su problema del habla ni tampoco de su aspecto físico. Ahora, sólo quienes no reciben atención médica son los que viven de esa forma.
Dra. Karla Alpuche Lizama, cirujana maxilofacial de la clínica "Ignacio García Téllez" del IMSS.
Por falta de recursos —admitió la doctora— o de un trabajo que les permita a los padres estar afiliados al IMSS, un niño puede verse privado de la rehabilitación, pero "nunca es tarde para atender a un paciente con este padecimiento".
—Aunque lo más recomendable es que las cirugías se realicen siendo bebés, dado que todo el tratamiento puede tardar entre 15 y 18 años.
Durante la plática con Artículo 7, la Dra. Alpuche Lizama explicó que el labio leporino —una malformación congénita en la formación del labio— por lo general aparece acompañada de paladar hendido, que se caracteriza por la abertura del paladar en la parte media.
Mencionó que, el año pasado se atendieron en el IMSS unos 212 casos de labio leporino con paladar hendido. La cifra de este año asciende, hasta ahora, a 167.
Destacó que no se tiene la etiología exacta de las causas del labio leporino, pero que se han detectado algunos factores —por ejemplo, padres muy jóvenes, familiares cercanos con labio leporino y consumo de medicamentos prohibidos durante el primer trimestre del embarazo, que es cuando se forma la cara del bebé.
Aún cuando todavía no se comprueba —insistió— que el factor hereditario es determinante en la aparición del labio leporino y del paladar hendido, se ha observado que en los casos en que la madre lo padece, uno de los hijos también lo podría padecer. En ocasiones muy raras, dos hijos en la misma familia pueden padecerlo o ninguno.
Aunque para la mayoría de los padres —destacó— resulta muy impactante ver a sus bebés con la malformación, lo más preocupante son las secuelas de este padecimiento. Por la apertura del labio y del paladar suelen presentarse muchas infecciones de garganta, además de posibles problemas auditivos.
Si el recién nacido tiene problemas de succión —manifestó— y por lo tanto no puede alimentarse adecuadamente, se le coloca un obturador que ayuda al paciente a succionar y a comer bien.
Si aún así tiene problemas —agregó— entonces se le dan biberones ortopédicos parecidos al seno materno.
El siguiente paso —explicó— es la operación para cerrar el labio leporino, que puede hacerse a los seis meses de edad del bebé. El paladar se opera al año o año y medio de edad.
—Mientras más pronto mejor. Si la operación se hace cuando la persona es mayor existen muchos riesgos.
Señaló que lo siguiente es la terapia de lenguaje ya que los niños con este padecimiento tienen una fonación nasal. La corrección puede lograrse con ejercicios de respiración y para soplar; éstos vienen acompañados de valoración auditiva, ortodoncia y cuando el paciente cumple 14 años o más puede practicársele cirugía plástica en la nariz, pues en estos casos el ala de la nariz está achatada y dificulta la respiración.
Destacó que los papás deben cooperar en la rehabilitación de sus hijos, informándose lo más que puedan sobre la enfermedad ya que, si no se trata a tiempo, los niños tienen problemas para hablar bien.
—Desgraciadamente, aún existe gente que se avergüenza de los niños con labio leporino y paladar hendido: se sienten mal por esa situación. La verdad es que, con los adelantos médicos, estos niños pueden rehabilitarse completamente.
La Dra. Alpuche Lizama indicó que los niños de hace más de 15 años estaban condenados a tener una vida muy difícil en las escuelas, por ser vistos como raros o ser la burla de sus compañeros. Esto los llevaba a trastornos de personalidad y a muchos complejos.
A lo largo de su trabajo en el IMSS —añadió— ha atendido muchos casos de recién nacidos que ahora ya son adolescentes y que llevan una vida normal gracias a las cirugías y a la atención coordinada que desde hace 15 años otorga el Seguro Social.
—Conozco muchachas que nacieron con el labio leporino y que con las cirugías y los tratamientos ahora son muy novieras porque ya no les afecta ni física ni emocionalmente su padecimiento.
Pidió a los padres de niños con labio leporino que no se desesperen porque el tratamiento es muy largo. Los resultados van a ser muy buenos para el futuro de esos niños. L.I.