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La abogada mexicana María José Cristerna (a) 'la mujer vampiro' trabaja como tatuadora profesional. Se hizo un cambio de look extremo con tatuajes, cuernos con implantes de titanio, aros, una prótesis de colmillos y perforaciones, todo eso después de ser víctima de violencia intrafamiliar.
Ahora, María podrá asustar a las futuras generaciones porque los museos 'Aunque usted no lo crea', de Ripley, la presentarán en una estatua de cera. Para eso, la invitaron a Florida, para hacer el molde de su cuerpo.
El escultor Bruce Miller dice que va a ser un trabajo complicado. Lo más difícil es su pelo y, por supuesto, todos los tatuajes.
El museo Ripley hará cinco estatuas, tres de ellas para México: el DF, Veracruz y Guadalajara, donde vive María José.
La mujer vampiro quiere completar su transformación con dos cuernos grandes atrás de la cabeza y quitarse varias costillas para poder ponerse más implantes en los brazos.
Además de los cuernos (símbolo de fuerza, no diabólicos) y los colmillos, se pone lentes de contacto de colores para verse como le gusta.
La metamorfosis de María José desde su boda, a los 17 años, a ahora, en que ya tiene 35.
María José Cristerna asegura haber pasado una etapa difícil luego de la separación de sus padres, que la llevó a refugiarse en el mundo de los tatuajes. Fue en ese tiempo que conoció al padre de sus cuatro hijos, con quien se casó a los 17 años, pero nunca imaginó que sería maltratada por él.
“Me casé porque me sentí sola, mis padres tenían año y medio de haberse separado, y cuando alguien te hace reír te enamora. En el momento estaba muy enamorada pero cuando cumplimos un año, mi ex esposo me empezó a maltratar, me daba de manotazos, patadas y hasta provocó que mi hija naciera a los siete meses”, señaló.
Un día, María josé se encontraba pintando y de la nada llegó su marido, le rompió una grabadora en la cabeza, luego la pateó y todo eso, delante de los niños. Eso fue determinante para que ella decidiera irse a vivir sola con sus cuatro hijos: Silvana, Samantha, Guillermo e Ismael, quienes son la razón de su vida y tienen muy claro la forma de ser de su madre y la defienden ante cualquier persona que quiera ofenderla.
Guillermo, el tercero de los hijos de María José, afirma: “Los que dicen qué fea es tu mamá, es su problema; ella es libre de ser como sea. Yo les digo 'y la tuya qué, algunas hay chinas, ojonas, chaparras, así que si se meten con mi madre, que luego no se quejen”. (Daily Mail)