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LONDRES, Gran Bretaña.- La regla del fuera de lugar (o fuera de juego) se explica en las monedas de 50 peniques que el Tesoro británico acuñó con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Según anunció ayer la Royal Mint (Real Casa de la Moneda), las piezas de media libra forman parte de una edición especial con motivo de los Juegos en la que se representan los 29 deportes olímpicos y paralímpicos.
A la colección pertenece también una moneda de cinco libras del diseñador Saiman Miah.
En la pieza del fuera de lugar se muestra la mitad de un campo de juego. Desde el círculo central salen una serie de flechas que explican la norma.
Si el balón va a un jugador en forma de triángulo que está a la misma altura que un oponente, la divisa reza: "Not offside" (no hay fuera de juego).
Si el balón va a un compañero que está por delante del último defensor, entonces se lee: "Offside" (fuera de juego). Sobre el terreno de juego está impreso el logo olímpico. En el anverso de la medalla está el perfil de la reina Isabel II.
"La regla del fuera de juego es siempre un tema de debate", dijo el diseñador Neil Wolfson. "Quería crear algo que captara eso".
La inusual moneda de 50 peniques ya está en circulación. Los coleccionistas pueden solicitar la edición especial también directamente a la Royal Mint.
Calendario
Jenna Randall (nado sincronizado).
Once deportistas británicas que competirán en los Juegos Olímpicos de Londres han posado para un calendario a beneficio de la organización 'Wellbeing of women' ('Bienestar de las mujeres') que ha tenido una gran acogida: las chicas lucen atrevidas prendas de la marca de lencería de lujo Nichole de Carle, con sede en la capital del Támesis.
Las fotografías de la nadadora de sincronizada Jenna Randall, las jugadoras de waterpolo Vicki Hawkins y Francesca Snell y la palista Jess Walker son las que mayor aprobación han recibido por parte del público masculino.
Los conciertos
Sobre los conciertos de inauguración ha habido constantes filtraciones pero hasta el momento siempre canceladas y confusas. Esta semana se afirmó que en la inauguración se daría la reunión de la legendaria banda Pink Floyd al lado del ex Beatle Paul McCartney, pero pronto se ha desmentido.
Londres sabe que si quiere de alguna forma competir con lo hecho en la inauguración por sus dos predecesores (Atenas 2004 y Pekín 2008) necesita recurrir a sus más poderosos símbolos que la convirtieron en meca de la cultura popular del siglo veinte: la música, el rock.
Ya en la clausura de los pasados Olímpicos, Londres tuvo sus diez minutos para presentarse como siguiente sede y el elegido, además de una breve aparición de David Beckham, fue el guitarrista de Led Zeppelin, Jimmy Page. Ahí quedó claro que sólo convocando a lo más influyente de su historial musical (Beatles, Rolling Stones, Queen, Pink Floyd, Led Zeppelin y un inmenso etcétera) la capital británica podrá realmente "competir" con quienes la antecedieron organizando los Juegos.
Por ello primero se especuló que aparecerían los dos Beatles aún con vida (McCartney y Ringo Starr), pero el baterista ya ha asegurado que eso no pasará; luego se habló de Peter Gabriel para la clausura, aunque él mismo me explicó en una entrevista que difícilmente aceptará.
Ahora David Gilmour, líder actual de Pink Floyd, ha dejado claro que el reencuentro con el ex miembro Roger Waters no se dará en el Estadio Olímpico... Y todos los caminos llevan a los Rolling Stones, siempre y cuando el nuevo proyecto de Mick Jagger, la banda Superheavy, no se lo impida.
En todo caso, lo de Paul McCartney no ha sido ni afirmado ni negado y eso bastaría para dotar a la inauguración de momentos realmente históricos y representativos de la cultura británica.