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MIAMI, Florida.- Justo a tiempo, cuando el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, se preparaba para aterrizar en Caracas, el Departamento de Estado norteamericano hizo saber que declaró “persona non grata” a la cónsul de Venezuela en Miami, Livia Acosta Noguera, quien recientemente había sido señalada como una presunta “espía” del gobierno de Chávez .
La cancillería estadounidense “le informó a la embajada de la República Bolivariana de Venezuela el 6 de enero que, de acuerdo con el artículo 23 de la Convención de Viena sobre las relaciones consulares”, se “declaró a la señora Acosta Noguera persona non grata” y que “deberá abandonar” el país para el 10 de enero, es decir, mañana, señaló uno de los voceros del ministerio, William Ostick.
El Departamento de Estado declaró persona “non grata” a la cónsul de Venezuela en Miami, Livia Acosta, tras la divulgación de una grabación que implica a la funcionaria diplomática con un complot iraní contra Estados Unidos y la aparición de documentos que certifican que forma parte de la policía secreta de Hugo Chávez.
En un correo electrónico, el portavoz remarcó: “no podemos comentar sobre los detalles específicos detrás de la decisión de declarar” a Acosta Noguera no grata.
El artículo 23 de la Convención de Viena establece solamente el derecho de los países a “comunicar en todo momento al Estado que envía que un funcionario consular es persona non grata, o que cualquier otro miembro del personal ya no es aceptable”.
“En ese caso –indica el protocolo–, el Estado que envía retirará a esa persona, o pondrá término a sus funciones en la oficina consular, según proceda”. Si “se negase a ejecutar o no ejecutase en un plazo razonable” la salida del funcionario señalado, el Estado anfitrión puede retirarle la inmunidad diplomática. Y en cuanto a las razones, “el Estado receptor no estará obligado a exponer al Estado que envía los motivos de su decisión”, según la convención.
Acosta Noguera seguirá así los pasos del ex embajador de Venezuela en Washington, Bernardo Álvarez, a quien el Departamento de Estado le retiró la visa a finales de 2010, poco después de que el presidente Chávez rechazara aceptar las credenciales del nuevo representante de Washington en Caracas, Larry Palmer.
Ambos casos forman parte de la tensa historia reciente de las relaciones entre EE.UU. y Venezuela, que incluye las incontables denuncias y críticas de Chávez a la Casa Blanca y la presunta participación de funcionarios norteamericanos detrás del golpe de 2002 contra el presidente bolivariano.
Si bien el Departamento de Estado se excusó de explicar las razones de esta medida, un reportaje del canal hispano Univisión ofreció el mes pasado en bandeja la cabeza de Acosta Noguera. La emisora de Miami presentó “documentos” que mostraban que “ella trabaja también para los servicios secretos venezolanos”.
Al parecer, durante su paso por México como agregada cultural, Acosta Noguera fue además la víctima de un grupo de estudiantes de la UNAM que “se hicieron pasar por piratas cibernéticos”. Sin darse cuenta de que estaba siendo grabada, la diplomática habría expresado un “especial interés por obtener las contraseñas de las computadoras de plantas nucleares en Estados Unidos”.
La investigación de Univisión se llamó, muy oportunamente, “La amenaza iraní”. Es que los coqueteos de Chávez con el régimen de Teherán redoblaron la apuesta de la confrontación con Washington.
Venezuela sigue cómodo entre los cinco principales proveedores de crudo a Estados Unidos y sus cientos de estaciones de servicio de la cadena Citgo generan miles de millones de dólares al año, pero los lazos con Ahmadineyad provocan aquí muchos más nervios que los que mantiene con los hermanos Castro, porque se acomodan en el tablero grande de la política internacional.
No es casual que ex “duros” del Departamento de Estado, como Roger Noriega, y otros notables de Miami, aprovechen la cercanía con Irán para golpear duro contra Venezuela y, llegado el caso, también contra Nicaragua, Bolivia y Ecuador, los otros países que Ahmadineyad visita en estos días.
De hecho, Noriega fue uno de los primeros en dar la noticia, a través de su cuenta de Twitter. “Cónsul general chavista terrorista espía Livia Acosta expulsada de EE.UU.!”, celebró el ex subsecretario de Estado para asuntos de América Latina, quien luego adelantó que, en represalia, el gobierno venezolano “va a expulsar a diplomático” norteamericano y a “reevaluar las relaciones bilaterales”.