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Rusia acusó hoy a Irán de empecinarse en ignorar las demandas de la comunidad internacional sobre su controvertido programa nuclear al iniciar las actividades de enriquecimiento de uranio.
Moscú aludió a la exigencia internacional "sobre la suspensión de la construcción de la planta de enriquecimiento cerca de ciudad de Kum, contemplada en la resolución del OIEA 2009/82 y en la 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU".
El 23 de enero, los cancilleres europeos dedicidirán formalmente sobre un embargo petrolero a Irán.
Al mismo tiempo, destaca que "informó anticipadamente al Organismo Internacional de Energía Atómica sobre el comienzo de los trabajos de enriquecimiento en esa planta y de que todo el material nuclear se encuentra bajo el control de la agencia".
El OIEA confirmó la víspera que Irán ha iniciado el enriquecimiento de uranio hasta cerca del 20 % de pureza en la instalación fortificada de Fordo, a 160 kilómetros de Teherán.
Mientras los ánimos de los compradores de petróleo se crispan ante un eventual cierre del Estrecho de Ormuz, Mahmoud Ahmadineyad, el presidente iraní, advirtió en visita a Caracas, en la puerta del Palacio de Miraflores, que a pesar de los "arrogantes que no quieren que estemos juntos", él estará "para siempre" junto a Chávez. "Nuestra arma es la lógica, es la cultura y los valores humanos, nuestra arma es el amor (...) Nosotros amamos a todos los pueblos, incluso al pueblo estadounidense, que sufre bajo el dominio de los arrogantes", sentenció, según precisó el traductor.
Hasta ahora, Irán había purificado uranio hasta ese nivel -considerado un paso previo al uranio altamente enriquecido para bombas atómicas- sólo en su gran planta de Natanz, donde pretende producir combustible atómico de forma industrial.
El petróleo
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, se encuentra este martes 10 en Pekín con el fin de convencer a los chinos para que respalden las sanciones de Washington contra la industria petrolera de Irán.
Las nuevas sanciones contra Irán no justifican por sí solas una gran alza en el precio del petróleo, pero el Brent subió a más de 113 dólares por barril el martes, por las tensiones por el programa nuclear de Irán y la inestabilidad en Nigeria.
Las restricciones sobre las exportaciones y las finanzas iraníes no están cambiando el equilibrio mundial de oferta y demanda. Sólo una seria escalada militar en el Golfo Pérsico haría eso.
Los detalles de un embargo de la Unión Europea (UE) aún deben precisarse y los efectos totales de unas sanciones más duras de la ONU no se sentirán durante un tiempo.
Pero mientras Teherán sentirá el impacto financiero -y el crecimiento de la producción podría verse afectado- es improbable que las exportaciones de 2.5 millones de barriles diarios de petróleo de la República Islámica caigan fuertemente.
¿Pero quién comprará el petróleo de Irán? Se espera que Japón, Corea del Sur y Turquía, que juntos adquieren más de un 30 por ciento de las exportaciones de crudo del país, busquen una excepción a las reglas de Estados Unidos.
Varias refinerías en India, que recibe otro 13 por ciento de las exportaciones de crudo de Teherán, ya manejan sus contratos a través de un banco estatal turco. Probablemente puedan eludir los límites estadounidenses.
China
Geithner aspira a que China coopere con una ley estadounidense recientemente promulgada, que establece sanciones a las instituciones financieras que tengan relaciones con el Banco Central de Irán, que es el centro de distribución para las exportaciones de crudo iraníes. La ley tiene el propósito de poner fin al controversial programa nuclear de Irán.
El secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, llegó hoy a Pekín para analizar con los líderes chinos la situación de la economía global e intentar convencerles de que las sanciones a la industria petrolera de Irán pueden hacerle abandonar su programa nuclear.
Geithner cena hoy con el viceprimer ministro Wang Qishan y mañana se reunirá con el primer ministro, Wen Jiabao; el vicepresidente Xi Jinping (futuro presidente del país), y el viceprimer ministro Li Keqiang, con Irán como tema prioritario para la parte estadounidense.
Sin embargo, China, que compra casi la tercera parte del petróleo que exporta Irán, por ahora se niega a unirse a las sanciones decididas por EEUU como vía para que Teherán deje de enriquecer uranio.
Pekín defiende el principio de no injerencia -en ésta y otras cuestiones internacionales- y no desea verse involucrado contra un tercer país en una decisión que no emana de la ONU, según los analistas chinos.
China, señalan, se concentra en evitar una eventual guerra en esa región, ya que tiene grandes intereses energéticos en ella.
Los comportamientos amenazantes, incluyendo informes el lunes de que Irán ha comenzado a refinar uranio enriquecido, significan que no se puede descartar un conflicto militar.
No obstante, a menos que haya un conflicto, Irán sólo hará que los precios del petróleo se comporten en forma volátil, pero no que suban.