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1.- Vetada de la cena.- Enrique Peña Nieto tendrá, según trascendió, una cena privada con los diez más destacados representantes del empresariado yucateco; Ivonne Ortega pretendió estar presente, pues alguien le ha hecho creer perversamente que posee el carácter de gran electora. Lo malo para el ego de la política oriunda de Dzemul, es que los empresarios no opinan lo mismo y decidieron vetar su asistencia, para poder hablar con mayor amplitud y hacerle notar al copete más famoso del país, los desatinos cometidos por la capitana de la mal llamada nueva mayoría. Ivonne ya ha empezado a resentir que su estrella declina a pasos agigantados y comienza a ascender otra, sic transit gloria mundi...
2.- Buenas amistades.- Asimismo, hemos podido enterarnos que el promotor del ágape empresarial es nada más y nada menos que el vástago del autor de la lira más cintareada de Montejo, léase Pepín Menéndez Jr., hijo de aquel feroz crítico del oficialismo cerverista que se complacía en componer vitriólicas endechas contra el cacique. Pepín, que fuera compañero de cuarto, (en el buen sentido, conste) del ex gobernador mexiquense; Pepín, que fuera alumno de la Libre de Derecho, parece que aprovechó muy bien su tiempo de estancia en la capirucha y se dedicó a forjar provechosas amistades. De manera que fue él quien presentó a Fernando Ponce con personalidades tan disímbolas como Margarita Zavala y el propio Peña Nieto, dejando con la boca abierta al connotado empresario.
3.- Si la envidia fuera tiña.- Le llueve en su milpita a Ivonne Ortega, que no repuesta aún de la impresión que le impidió hacer de Angélica Araujo la nueva capitana de la cada vez más raquítica mayoría colorada —y la llevó a sufrir los inconvenientes de tener un prietito en un arroz que cada vez se dificulta más cocer— todavía tiene que hacer mayores berrinches, debido al nombramiento de Jorge Carlos Ramírez Marín como vicecoordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto. Como quiera que sea y aunque Ivonne jure y perjure que tiene derecho de picaporte con el ex titular del ejecutivo mexiquense, la presencia de Ramírez Marín la obligará a bajar a beber agua, pues el rechoncho ex diputado federal, si algo tiene, es oficio político y tablas suficientes para saberse colocar en el ánimo del abanderado priista y echarle por la borda sus sueños a la lady de Dzemul.
4.- La ola de Huacho.- La ola de apoyo blanquiazul hacia las aspiraciones de Joaquín Díaz Mena aumenta sus dimensiones día con día. La preocupación en el cuarto de guerra de Sofía Castro es tal, que personajes cercanos a la propia suspirante empiezan a descalificar al ex alcalde de San Felipe, endilgándole toda clase de epítetos poco halagüeños. Pero lo que ha encendido francamente los focos rojos en la campaña de Sofía Castro es que, personalidades que originalmente se pronunciaron en contra de Díaz Mena, concretamente a favor de Beatriz Zavala —aliada a la causa de Castro Romero— se han pasado ya a las filas del ex delegado de la SEP. Concretamente, hablamos de Rosa Adriana Díaz Lizama y de la coordinadora de la bancada blanquiazul en el congreso, Alicia Magaly Cruz Nucamendi.
5.- Así gobierna el PRI.- Volviendo al tema "Peña Nieto", su presencia en Yucatán parece ser que no ha despertado demasiado entusiasmo, toda vez que en el evento anterior, no solo debió tolerar que Rolando Zapata lo llamara "Peña Nieta", despertando la hilaridad del multicéfalo, sino que debió verse forzado a aceptar que el PRI yucateco mintiera respecto al aforo registrado en el estadio, en un evento evidentemente desairado. Tan que así fue, que en diversos puntos de la ciudad nos indicaron la presencia de personas con camisetas con leyendas alusivas al PRI de Quintana Roo, que en el pasado fueron movilizadas hasta nuestras tierras, para desde desarrollar labores de ingeniería electoral (mapachería), hasta para sufragar a favor del tricolor. Pero como esta vez Ivonne Ortega no quiere ofrecer un evento desangelado a Peña Nieto, al más puro estilo priista están invitando a los empleados de las diferentes dependencias estatales a asistir al evento, so pena de sufrir las represalias; así hemos podido enterarnos: ha sucedido en las secretarías de obras públicas y de salud.
6.- No me defiendas comadre.- El PAN se anotó francamente un diez al postular a doña Isabel Miranda de Wallace como aspirante a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Todos recordamos los esfuerzos de la señora Miranda de Wallace por esclarecer el homicidio de su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda y para aprehender a sus victimarios, realizando tareas de investigación propias de las autoridades. La postulación sin duda será exitosa y redituará a las huestes blanquiazules, toda vez que muchos ciudadanos se sentirán identificados con la lucha de esta valerosa mujer contra el burocratismo y la corrupción. Lo único es que en su afán de deslindarse de cualquier posible imputación de influyentismo para lograr ser nominada, la señora Miranda se dio vuelo en la crítica al PAN y le propinó una tunda tal a los seguidores de Gómez Morín, que seguramente pensaron: no nos defiendas comadre...
7.- Mentiroso, mentiroso.- Contra lo que afirmó Renán Guillermo González —en el congreso del estado en el instante en que el Instituto de Cultura de Yucatán pasó a constituirse Secretaría de Cultura y Artes— el traslado de la sede de la hemeroteca del estado "José María Pino Suárez" al edificio que ocupara el ex Diario del Sureste, aún no se verifica y el acondicionamiento del local aún no concluye, vislumbrándose este no solo abandonado y sin trazas de trabajos, sino lleno de basura. Guillermo González quedó exhibido como un mentiroso, toda vez que aseguró que los trabajos se llevaban a cabo con el respeto y cuidado que el acervo merecía, afirmación que se nota completamente falsa, toda vez que es innegable que el acervo se deteriora al estar embalado, independientemente de que al no conocerse su contenido, se pueden extraviar valiosos documentos de nuestra historia, para terminar en poder de algún celoso funcionario de su herencia cultural. Lo anterior, sin mencionar que al no haber servicio al público, los empleados de la dependencia cobran prácticamente sin trabajar.