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Un estudio llevado a cabo por científicos de la Rutgers University de Newark, en Nueva Jersey, fue capaz de detectar el flujo sanguíneo en el cerebro de una mujer que alcanza un orgasmo y la influencia de esta sensación en la disminución de la percepción del dolor.
Kayt Sukel, reportera del 'New Scientist' y redactora de la nota, aceptó ser la persona a analizar para conseguir estos resultados.
El mapa de Komisaruk demostró el poder curativo de los orgasmos, al disminuir el dolor hasta en un 50%. Dicen que ayudará a los médicos a tratar la falta de deseo sexual.
La periodista ingresó a un escáner de resonancia magnética cubierta con una sábana y con la cabeza amarrada a la camilla con la finalidad de que pudiera estimular su clítoris mientras los investigadores seguían de cerca su actividad cerebral.
El científico Barry Komisaruk y sus colegas guiaron a Sukel y le dieron instrucciones específicas. "Komisaruk me dijo que toque mi clítoris con mi dedo índice durante tres minutos, luego que imagine a mi dedo índice haciendo la misma labor por los siguientes tres minutos", explicó Sukel.
Entre otras indicaciones los científicos le pidieron que incluya ejercicios Kegel (contracciones de músculos en la parte inferior de la pelvis) y que alce la mano libre como señal de que alcanzó un orgasmo.
Estimulación cerebral (Imagen: Barry Komisaruk)
Durante todo el proceso de estimulación, aproximadamente 30 áreas del cerebro se activaron, incluidas las que están relacionadas con el tacto, la memoria, la sensación de recompensa e incluso del dolor.
Entre las conclusiones interesantes del estudio destaca que el orgasmo puede disminuir el dolor hasta en un 50 % y aumentar la sensibilidad al tacto de la mujer. Cuando ella llega al clímax, el sonido amplificado de las neuronas es similar al de las palomitas de maíz a punto de estallar en el microondas.
Lo más intrigante: el orgasmo activa la misma parte del cerebro que el dolor. La pregunta es: ¿Cuál es la diferencia entre el placer y el dolor? Komisaruk dice que si lo supiera, se ganaría el Nobel.
El objetivo del estudio era determinar la relación entre el clímax femenino y la activación de una parte del cerebro llamada corteza prefrontal (PFC). Según observaciones previas, Komisaruk encontró una relación entre la actividad de esta zona y el orgasmo de las mujeres, incluso los que son alcanzados a través de la imaginación.
La estimulación física activó más partes del cerebro de Sukel que la imaginación o la que se consiguió a través de los ejercicio Kegel, pero en estos últimos casos se consiguió mayor actividad en la PFC.
Esto abriría las puertas a hipótesis que apunten a que dicha zona permita una respuesta fisiológica sobre la imaginación. Los científicos también estiman que el orgasmo es un potente analgésico y que los estudios de activación cerebral de las áreas relacionadas al clímax podrían dar luces sobre nuevas formas de manejar el dolor.
Barry Komisaruk efectúa variadas investigaciones (vídeo). En octubre de 2011, publicó un mapeo de las zonas de placer en las féminas. Por primera vez se pudo constatar y 'visualizar' la ubicación exacta en el cerebro del placer femenino. Todo ha sido posible gracias a que 11 mujeres sanas y diestras han dejado que Komisaruk, de la Universidad de Rutgers en EE. UU., y su equipo 'observaran' sus 'tocamientos' en el laboratorio mediante el empleo de escáneres cerebrales (resonancia magnética). Los hallazgos han visto la luz en el último 'Journal of Sexual Medicine'.
En declaraciones a ELMUNDO.es el científico Komisaruk reconoce: "Hemos demostrado, por primera vez, que la estimulación de la vagina, el cuello del útero y el clítoris activa tres sitios distintos y separados en la corteza sensorial. Las tres representaciones se agrupan en la misma región de la corteza sensorial, al igual que la estimulación de los genitales de los hombres activa zonas de esta área. Para nosotros lo que sí fue una sorpresa es que la autoestimulación del pezón activa no sólo la región de la corteza sensorial que esperábamos, sino que también activa las mismas zonas que la región genital, lo que explicaría por qué algunas mujeres pueden tener orgasmos a través del tocamiento del área mamaria".
Komisaruk aclara que "algunos expertos han afirmado que en la sexualidad femenina, la principal fuente de placer la proporciona el clítoris y que este goce es relativamente menor con la estimulación vaginal o del cuello uterino. Sin embargo, nuestros hallazgos muestran que existe una fuerte activación sensorial producida por la estimulación de estas dos últimas zonas. Esta es la base para un mejor entendimiento de cómo la manipulación genital se propaga de forma secuencial a través del cerebro a partir de la activación inicial de la corteza sensorial, para 'encender' al tiempo las regiones cerebrales que producen el orgasmo". La corteza sensorial o sistema motosensorial procesa la información a partir de las células nerviosas vinculadas a diferentes partes del cuerpo. Leer más