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Uno de ocho soldados acusados de abusar de uno de sus compañeros de 19 años que se suicidó comparecerá el domingo en una audiencia preliminar en una base del sur de Afganistán, informó el comando militar estadunidense.
El soldado Ryan J. Offutt es acusado de maltrato, homicidio involuntario y homicidio negligente en el caso de la muerte de otro soldado, Danny Chen.
El militar de origen chino se suicidó de un balazo en Afganistán en octubre después de ser sometido a varias semanas de maltrato verbal con insultos raciales y de ser obligado a excesivo trabajo, según dijeron investigadores.
El marine sádico, Ryan J. Offutt, encara hoy domingo el comienzo de su proceso.
Chen nació en Nueva York de ascendencia china, había estado en Afganistán solo por dos meses cuando se suicidó. Le había contado a sus familiares que soportó semanas de tensión racial y de insultos mientras realizaba entrenamiento en Estados Unidos. A su llegada a Afganistán, los investigadores dijeron que Chen fue hostigado por miembros de su unidad, el tercer batallón del 21er regimiento de Infantería con base en Fort Wainwright, Alaska.
Offutt, de 32 años, fue acusado en diciembre junto con otros siete soldados.
En un comunicado militar se informó que había cumplido 14 meses de servicio en Irak antes ser enviado a Afganistán. En la audiencia del domingo se determinará, según el artículo 32 del código militar, si Offutt es sometido a corte marcial.
El Ejército identificó a los otros soldados: Primer teniente Daniel J. Schwartz, de 25 años; el sargento Blaine G. Dugas, de 35; el sargento Andrew J. Van Bockel, de 26; el sargento Adam M. Holcomb, de 29; el sargento Jeffrey T. Hurst, de 26; el soldados Thomas P. Curtis, de 25, y el sargento Travis F. Carden, de 24.
VanBockel, Holcomb, Hurst, Curtis y Offutt fueron acusados con los delitos de mayor gravedad, inclusive de homicidio involuntario, negligencia homicida y agresión.
El difunto, Danny Chen. (AP)
Dos mujeres murieron tras la detonación de un explosivo colocado al lado de una carretera en el sur de Afganistán, informaron las autoridades afganas.
Las mujeres son las víctimas civiles más recientes de una de las armas más efectivas e indiscriminadas del Talibán.
El Ministerio del Interior de Afganistán indicó por medio de un comunicado que las mujeres murieron tras pisar uno de los explosivos enterrados al lado de una carretera de la provincia sureña de Helmand el viernes.
Los artefactos explosivos colocados en carreteras son un arma común usada por el Talibán en contra de fuerzas del gobierno afgano y de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), pero también causan la muerte de decenas de civiles mensualmente. Los explosivos de elaboración casera fueron responsables de la mitad de las casi 1.500 muertes de civiles ocurridas en los primeros seis meses del año pasado, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas.
La economía afgana se ha vuelto más dependiente del cultivo de la adormidera.
Las ganancias por la producción de opio en Afganistán crecieron 133% el año pasado a casi mil 400 millones de dólares, casi una décima parte del PIB del país, de acuerdo con un informe de la ONU recibido el viernes.
El aumento en el precio se debió a una enfermedad de las plantas que acabó con la mayoría de los cultivos de amapola en 2010, afirmó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Aunque el nivel de rendimiento en los cultivos regresó en 2011 a los niveles anteriores a la plaga, los precios se han mantenido elevados, señaló el sondeo.
Resulta difícil obtener estadísticas definitivas en Afganistán, pero el informe señaló que el valor del cultivo podría ser ahora equivalente al 9% del producto interno bruto del país. "Así, el opio es una parte significativa de la economía afgana, proporciona financiamiento considerable a la insurgencia y alimenta la corrupción", afirmó Yury Fedotov, director de la agencia de la ONU con sede en Viena.