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Hablar de mortadela en la política estadounidense es al parecer tan recurrente, que al surgir el término en esta campaña de las primarias nadie se ha visto en la necesidad de explicar el significado del concepto, desconocido para el extranjero. ‘Pious baloney’ es lo que le llamó Newt Gingrich a Mitt Romney como gran insulto. Fue la expresión más gloriosa del último debate en televisión y la más repetida en los medios, aún días después. El propio Gingrich ha sacado luego rédito de esa ocurrencia con anuncios en los que un ‘baloneymeter’ o ‘mortadelómetro’ mide la supuesta falta de cribilidad de Romney (en el pasado decía una cosa, ahora otra). Lo de ‘pío’ lo puso Gingrich para indicar el candor con que el exgobernador de Massachusetts pretende hacer olvidar su pasado ‘liberal’.
La mortadela es originaria de la ciudad italiana de Bolonia, donde tradicionalmente la pasta de carne (muchas veces es mejor no saber de qué está hecha) se machacaba en morteros (de ahí su nombre). El fiambre pasó a Francia e Inglaterra con la denominación de Bolonia, pronto degenerado en ‘Balonga’ o ‘Baloney’, que además comenzó a adquirir otro significado. La afamada Universidad de Bolonia destacaba en la Edad Media por su educación en Derecho, mientras que los ingleses hablaban de ‘baloney’ para referirse a los galimatías legales, insinceros y de retórica pretenciosa.
En inglés es frecuente hablar de alguien falto de credibilidad e indigno de confianza como una persona ‘full of baloney’. En muchas situaciones ‘baloney’ se puede traducir como ‘nonsense’ (tontería, absurdo). Aunque tiene otros diversos posibles equivalentes. Cuando en 1953 Wiston Churchill dijo en los Comunes que “economic planning is baloney”, fue requerido a que se explicara. “Prefiriría tener una definición acordada sobre el significado de ‘baloney’ antes de intentar abordar tal tema”, fue su evasiva. Quien al parecer popularizó el término en la política estadounidense fue Al Smith, gobernador de Nueva York y candidato demócrata a la presidencia en 1928, de origen italiano. “No importa cómo de fino lo cortes, sigue siendo ‘baloney’”, era una de sus frases favoritas.
Pero lo de ‘baloney’ no es exclusivo de la política. En ciencia, por ejemplo, Carl Sagan lanzó a finales de los 90 su idea de ‘Baloney Detection Kit’, destinada a denunciar la pseudociencia que presenta afirmaciones no comprobadas. Y qué decir de lo que ocurre muchas veces con las noticias de internet. ¡¡Cuidado con las rodajas de mortadela en la red!! (EMILI J BLASCO / Blogs de ABC)