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Austin Ruse, presidente de Cathlolic Family and Human Rights Institute, comentó que Wendy Wright, integrante de esa organización trajo una noticia que atraerá la atención de muchos. Se trata de una revisión de las finanzas realizada a algunos organismos de la ONU. Los organismos no obedecieron completamente a los auditores, rehusándose rotundamente en algunos casos.
Los auditores encontraron que varios organismos que regularmente sacuden su plato de limosnas, de hecho retienen literalmente miles de millones en reservas de dinero, según informó.
Comentó que una intervención de cuentas confidencial de UNICEF y UNFPA halló grandes fallas en la transparencia y miles de millones de dólares que sorprendentemente, no fueron gastados. Ambos organismos rehusaron revelar información sobre viajes y gastos del personal. El auditor descubrió que los donantes tienen poco conocimiento sobre el destino de los fondos.
Indicó que el editor de Noticias Fox, George Russell estudió un todavía no revelado borrador de un informe de dos volúmenes escrito por la firma asesora IDC por requerimiento del gobierno de Noruega. UNFPA y UNICEF se negaron a contestar las preguntas de Noticias Fox, en lugar de alegar que las reservas estaban destinadas a usarse en programas futuros.
Resaltó que la inspección de cinco organismos de la ONU tuvo como objetivo descubrir el destino del dinero. El informe halló que UNFPA y UNICEF contaban con $3,2 mil millones de dólares en 2009. UNICEF, que es libre de disponer del dinero donde lo requiera sin importar del proyecto que lo obtuvo, consiguió $109 millones en ingresos por intereses en 2008. El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas contaba con $5 mil millones en reservas, invirtiendo grandes sumas en bonos e incrementando los gastos de personal en un 80% durante la última década. Esto junto con el Programa Mundial de Alimentos (que fue calificado como transparente y su desenvolvimiento como sorprendente) sumaron $12,2 mil millones en dinero no invertido. El Alto Comisionado de Refugiados de la ONU no tenía reservas de dinero, pero se rehusó en divulgar los gastos, especialmente el relacionado con el personal empleado.
Subrayó que el informe develó que UNFPA no era capaz, o no tenía la voluntad de explicar los $200 millones anuales invertidos en grupos gubernamentales y no gubernamentales. Denegó revelar detalles sobre sueldos, salarios, viajes costos de asesorías y otros ítems. El informe manifestó: UNFPA incumple gravemente en su compromiso oficial de transparencia.
Mencionó que faltaron detalles sobre los gastos generales de UNICEF y la poca información dificultó rastrear el camino del uso de los fondos, desde su comienzo en las sedes hasta finalizar en los beneficiarios. Además, no se pudieron explicar las inversiones dentro de los países, que significa la mayor cuantía de sus gastos, ganándose el apelativo de gran falla.
Reiteró que varios organismos de la ONU están enfocándose cada vez más en dar apoyo y asesoramiento sobre políticas, contando con otras entidades para la entrega de bienes y servicios. Forman planes estratégicos imprecisos que desafían los resultados de seguimiento y el progreso dentro de los países. El organismo de refugiados de la ONU delega la mayoría de sus actividades programadas a socios ejecutores que realizan el trabajo.
Destacó que el estudio advirtió que la reserva de dinero implica que gran parte de los fondos donados no está siendo utilizada con fines de desarrollo. Los donantes deberían resistirse a financiar la ONU hasta tanto las reservas sean empleadas.
Aseguró que durante años los organismos de la ONU se resistieron a divulgar sus finanzas. Oficiales del gobierno sospecharon que la falta de transparencia esconde el derroche en salarios y viajes costosos. El desvío de fondos hacia grupos no gubernamentales genera un círculo de cómplices que defienden los organismos de la ONU .
Expresó que una contabilidad imprecisa e siempre señal de derroche sistémico, fraude y abuso. En un momento de franqueza en 2007, un ejecutivo de UNFPA alardeó en una conferencia de que, a pesar de que al organismo se le negaba financiar de forma directa el aborto, desembolsa dinero para quienes sostienen el aborto.
Finalizó afirmando que un examen anual de UNFPA revela que su presupuesto se incrementó de U$S 249,9 millones en 1999 a U$S 870 millones en 2010. A pesar de sus vastos recursos y la falla de su informe de auditoria, en noviembre solicitó encarecidamente a los dirigentes que impulsen un mayor apoyo político y financiero para la planificación familiar.