Con un partido catalogado como "perfecto" por diversos comentaristas deportivos, entre ellos los generalmente mesurados Carlos Albert y José Ramón Fernández, por vez primera las Chivas Rayadas de Guadalajara accedieron a la final de la Copa Libertadores de América tras vencer a domicilio en una histórica noche de martes a la Universidad de Chile con un marcador de dos a cero, mismo que le devengó al "rebaño sagrado" un positivo tanteador global de tres a uno luego del empate a unos que había pactado con el cuadro chileno la semana pasada en el Estadio Azteca.

Por lo que se había visto en el partido del Azteca y con las bajas por lesión de sus estelares Omar Arellano y Alberto "el venado" Medina, las Chivas llegaban como aparentes víctimas al Estadio Nacional de Santiago de Chile; sin embargo, desde los primeros instantes del cotejo el chiverío tomó el control de las acciones y asedió incesantemente la cabaña de la "U". Finalmente los esfuerzos del Guadalajara fueron recompensados al minuto 21 de juego cuando Xavier Báez anotó gracias a un disparo fuera del área y un grosero error del portero chileno Miguel Pinto, a quien se le escapó el balón de manera muy parecida a la sufrida por el inglés Robert Green en el pasado mundial de Sudáfrica. En el segundo tiempo Jonny Magallón puso las cifras definitivas en el minuto 54, al rematar a boca de jarro un balón rechazado con dificultad por el portero Pinto tras un cabezazo suyo.

Esta histórica victoria permitirá a las Chivas pelear por el campeonato de la Libertadores con el equipo brasileño Internacional de Porto Alegre, que empatando en el marcador global, venció en su llave al también carioca Sao Paulo por conseguir uno de sus tantos como visitante. Para los partidos de la final, de los cuales el de "ida" será disputado en su nuevo estadio Omnilife, las Chivas de Guadalajara esperan contar con cuadro completo, inclusive con Omar Bravo, a quien Jorge Vergara, el polémico propietario del equipo, prolongó contrato para este propósito.