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¿Qué pasa si unimos la palabra amor a la palabra incondicional? Incondicional: absoluto, sin restricción y sin condiciones. ¿Existe amor así? ¿Quizás solamente un amor así es verdadero amor?
Analicemos algunos aspectos sobre el verdadero amor: El amor no exige y no condiciona. El amor no demanda. El amor no pide nada. El amor no reclama. El amor no suplica. El amor no mendiga. El amor no tiene miedo. El amor no desea.
El amor es poderoso; es la fuerza que mueve la vida. El amor es infinito y eterno. El amor puede moldearlo todo. El amor puede cambiar el pasado. El amor todo lo puede. El amor es la fuente infinita que todo lo llena y jamás posee o condiciona. El amor es la ternura que observa y espera. El amor simplemente es.
El amor existe, independiente de nosotros mismos. Es absoluto, infinito y eterno, sin restricción y sin condiciones. Vivir en la energía del amor es conectar con su existencia y hacerlo manifiesto, expresarlo en cada acto, en cada pensamiento y en cada sentimiento, tener el empuje, la frescura y la potencia para ver, en todo ser humano, la chispa divina, la inocencia, el origen y amar sin condiciones, sin restricciones, sin obstáculos... amar incondicionalmente. ¿Es esta tarea únicamente de los santos? ¿Podemos, los seres humanos, aspirar a esas alturas? ¿Quién puede amar así, de manera incondicional?
El desafío de la vida es vivir en la energía del amor. Todos compartimos las mismas capacidades y facultades que incluyen la inteligencia y el talento para conectar con la corriente del amor. Todos podemos tener la fuerza para superar las limitaciones de la condición humana, limpiar nuestro corazón de impurezas y la mente de pensamientos inútiles. El amor no es particular, no podemos confundirlo con el deseo, con nuestros apegos y carencias, con nuestras debilidades y flaquezas. Los intereses materiales, las luchas por el poder, la avaricia y la mezquindad se interponen. Para vivir y reconocer el amor hay que despejar el camino de obstáculos, quitar las impurezas, barrer la basura para dejar limpia la vía por la que fluye el amor. Que circule libre y se filtre por todos los rincones de nuestro ser coloreando la vida con el matiz de la paz y la felicidad.
El amor a uno mismo es el fundamento de la capacidad de amar. El auto reconocimiento y amor a uno mismo implica la aceptación de lo que uno es, el aprecio por la propia existencia. El amor a uno mismo significa dejar a un lado a la víctima para pasar a ser el amo y señor de mi vida. Solamente entonces seremos conscientes y capaces de actuar, en lugar de reaccionar; de ser, en lugar de morir en vida. Solamente aceptándonos a nosotros mismos y apreciando nuestra existencia, podemos luchar por lo que creemos justo, podemos opinar sobre la vida, sobre lo que es y lo que no es y solamente en el camino de esta consciencia en busca de la virtud, llegaremos a ser capaces de amar incondicionalmente. Si aprendemos a vivir en la energía del amor, seremos poderosos y nuestra capacidad de dar se hará infinita, incondicional, como el amor es.