946 palabras
Tres estrellas y media
Por lo general un remake genera muchas dudas, desde su calidad —entendible por su falta de originalidad— hasta su ineludible comparación con la obra emulada. Por eso es muy extraño que un refrito sea un producto decoroso y más aún que logre superar a la cinta original. Pero el cine es como la viña del señor, hay de todo y "Karate kid" es un caso peculiar. No puedo asegurar que sea mejor que la primera versión de 1984, pero de lo que sí estoy seguro es que tiene cosas muy meritorias. La historia sigue siendo la misma: en la escuela, un joven llamado Dreu Parker es acosado por un grupo de abusadores y se ve obligado a aprender artes marciales para defenderse. Se hace aprendiz del Sr. Han, un callado intendente de edificio que en realidad es un experto en el arte del combate y la meditación. Con la ayuda de su maestro, el joven se verá con la confianza necesaria para entrar a un torneo de artes marciales, donde hará frente a sus opresores compañeros de escuela.Aunque tenía expectativas muy pequeñas de este filme, me sorprendió mucho la eficacia con la que esté construido. Está muy claro que su única intención es el entretenimiento ligero, pero es una película honesta con lo que se propone. No es una obra de arte, pero satisface con decoro su sencilla promesa de hacer pasar un buen rato al espectador. Un guión bien armado que desarrolla con sencillez y ritmo su incipiente historia.
No obstante que es muy fácil imaginarse en que va a concluir la película, al final eso es lo que menos importa pues es el progreso de aprendizaje del protagonista lo que justifica la película. En ese desarrollo hay muchos aciertos en "Karate kid", desde la historia amorosa de Dreu con una chica asiática que toca el violín, hasta la relación afectiva que se establece con el Sr. Han. Todos los personajes están muy bien construidos y encajan perfectamente en una trama que sabe darle a cada uno su momento y tiempo necesario. Cada personaje —con excepción de los villanos— tiene una subtrama interesante esperando ser narrada.
Jaden Smith demuestra que ha heredado mucho del talento actoral de su padre —Will Smith. Por supuesto toma de su progenitor muchos gestos y ademanes, incluida la escena donde baila y nos recuerda mucho a "El príncipe del rap". Pero bueno... lo que se hereda no se roba, y seguramente con el paso del tiempo este chico encontrará un estilo propio. Lo que vale es la enorme madera de este pequeño que promete una gran carrera cinematográfica de altos vuelos. Quizá el único pero que se le puede poner es que es muy pequeño para el papel, siento que le hubiese quedado mejor en 2 años más.
Taraji P. Handerson interpreta a la madre de Dreu. Su trabajo es convincente y saca brillo a un personaje que va de lo afectivo a lo jocoso con soltura y chispa. Pero quien más me sorprendió es Jackie Chan. Hizo lo que parecía imposible: liberar al personaje del sello de Pat Morita —el actor que lo interpretó anteriormente— y llevarlo a nuevas sendas interpretativas gracias a los diversos matices que le imprime. La escena donde se quiebra emocionalmente al cumplirse un aniversario más de la muerte de su esposa e hijo es uno de los mejores momentos en la carrera fílmica de Chan y una de las mejores escenas del filme.
El ubicar a la historia en China le vino de maravilla a la película. Además de que se explota fotográficamente las locaciones, se logra una atmósfera y una estética muy acertada para lo que se está contando. Además, narrativamente contribuye para el conflicto del protagonista, pues al sentirse inmerso en una cultura diferente a la suya, el sentimiento de impotencia ante el acoso que sufre es aún mayor. "Karate kid" más que un remake, es una actualización. La historia ochentera da pie a un guión que trabaja con más pulcritud a los personajes principales. Inclusive en ese punto creo que esta nueva versión supera a su predecesora. Entretenimiento puro, sin pretensiones, pero con la inteligencia necesaria para evitar algunas situaciones emblemáticas de la cinta original (la meditación en posición de grulla con la que Pat Morita instruye a su pupilo), y transformar otras (el entrenamiento físico de pulir el auto se sustituye por poner y quitarse innumerables veces una chamarra).
Lo mejor: la historia es actualizada, los personajes están espléndidamente construidos, Jaden Smith es un pequeño gran actor que sigue con fuerza los pasos de su padre, Jackie Chan demuestra que puede interpretar personajes más complejos y Taraji P. Handerson confirmando las razones por las que estuvo nominada al Oscar en 2009.
Lo peor: la parte de la musicalización parece poco trabajada que es como una recopilación injustificada de canciones, es muy fácil suponer el final de la película y los villanos que se quedaron —a diferencia de los protagonistas— en el estereotipo.