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En sus primeros tres años de gobierno, la Ñora del Justam supo convertir en incondicionales a personeros de los otros grupos, como el caso de Luis Hevia (ex-orlandista), de Mauricio Sahuí (ex-Rolo), Sergio Cuevas (rolo-Cleominio), al Chel Carrillo (ajonjolí de todos los moles), a Gaby Santinelli (entrañable orlandista); y algunos más de ese perfil. Conforme crecía y se consolidaba el grupo ivonnista, los sentimientos personales y los intereses económico-políticos de Ibóm dejaron al descubierto su abierta inclinación por Angélica Araujo como posible candidata del PRivonnismo a la gubernatura.
Por si las señales de índole personal no fueran lo suficientemente contundentes, desde el "cuarto de guerra" se han lanzado decisiones contrarias al grupo de Los Rolos y de su cabeza visible, el diputado Zapata: se le empiezan a cerrar, por consigna, espacios en los medios y, sobre todo, se le niegan posibilidades de gestión en las dependencias gubernamentales. Considerando que Los Rolos flotan como los corchos, no puede esperarse de parte de sus integrantes una reacción drástica, mucho menos una ruptura tipo Sinaloa o Durango. Lo que han hecho Los Rolos es buscar espacios alternativos, a nivel federal y construir una posible relación con el grupo de Peña Nieto, no al través de la gobernadora Ortega, sino vía la "fracción parlamentaria" del Gelboy.
Pero también en esa ruta han encontrado obstáculos Los Rolos. En ese escenario ha sentado sus reales el Gordo Ramírez, quien ha sabido aprovechar su "destierro parlamentario" y la subordinación político-operativa que mantiene con Beatriz Paredes para tender puentes y relaciones personales con los distintos grupos que actúan en la Cámara de Diputados, muy en particular con Francisco Rojas y con Emilio Chuayffet, los operadores del Gelboy en esa instancia.
Flotadores y acomodaticios como son los integrantes y las cabezas de Los Rolos, bien pudieran abandonar sus afanes por llevarse la candidatura gubernamental si se les ofreciera ocupar algunas de las numerosas plazas que entrañan las recientes reformas en materia judicial, entre las que destacan varias magistraturas y la estructura de control de la Judicatura. La designación de Gabriel Zapata, por ejemplo, como magistrado o como miembro de la Judicatura rompería por el eje las aspiraciones gubernamentales de Rolando. Es muy posible que el "círculo íntimo" que rodea a Ibóm Ortega se esté reservando esta salida compensatoria para la negociación que habrá de darse con Los Rolos al cerrársele a éste la candidatura gubernamental. El obstáculo que existe a este "acuerdo entre dos" es la presencia que mantienen en el aparato judicial los cuadros que fueran del orlandismo y que, como veremos párrafos adelante, ha podido aglutinar el senador Cleominio Zoreda.
Como le ocurre al diputado Zapata Bello, también el diputado Ramírez Marín ha sido privado de espacios y de apoyos operativos a nivel local y no ha podido aprovechar las numerosas relaciones que mantiene en los medios de comunicación debido a la severa vigilancia que ejercen en ese campo los operadores de la Ñora de los Chayotes. Si bien a Jorge Carlos Ramírez no se le miran piernas suficientes para hacerse de la candidatura con fuerzas propias, no hay que descartarlo, ya que los tiempos y los acomodos de los grupos y de las fuerzas a nivel nacional pueden, en un momento dado, involucrar la candidatura del PRI en Yucatán. Y en esas aguas procelosas, el diputado Ramírez Marín, en calidad de "revólver" en el sabucán de Beatriz Paredes, puede cobrar relevancia inusitada en medio de un tiroteo.
La fracción que conformaban los antiguos orlandistas se desmanteló como grupo a los primeros coqueteos de la Ninia de Dzemul. Sin embargo, con algunos de sus integrantes emergió el grupo que rodea al senador Cleominio Zoreda y que apoya sus aspiraciones electorales. Con pocos integrantes y escasas fuerzas a nivel local, el grupo de Zoreda representa los intereses de Manlio Fabio Beltrones en la entidad, personaje que sabrá insuflarle vida, dinero y poder a los zoredistas, según se vayan dando y resolviendo las cosas a nivel nacional. Como en el caso de Ramírez Marín, no hay que dar por descartado al senador Zoreda como posible candidato a la gubernatura, obviamente, contra los deseos, los intereses y las maniobras que desplegará la Ñora de los Afeites.
Otro posible candidato, que tampoco hay que descartar pese sus escasos méritos personales y su limitada proyección política, es el diputado Eric Rubio. Como ocurrió en sus tres candidaturas previas, Rubio Barthel sólo tiene que mantenerse en la sombra del árbol que le protege para que le caiga la candidatura en sus manos, resultado de los intereses a los que sirve Emilio Gamboa en las Grandes Ligas.
Completa la sexteta de posibles candidatos del PRI una mancuerna, la que conforman los hermanos Cervera Hernández y que, en realidad, apuestan por dos estrategias distintas: Felipe, ahora diputado y "cuadro directivo" de la CNC, quien se mantiene plegado al mando y a los intereses de Ibóm, con la esperanza de convertirse en el candidato de la Ñora de los Implantes en el nada remoto caso de "descarrilarse" la candidatura de Angélica y volverse inaceptables para la Ninia de Dzemul las candidaturas de Rolando Zapata o de Ramírez Marín. El otro hermano, Víctor, vio crecer recientemente sus posibilidades al ser nombrado Secretario de Fomento Económico. A diferencia de Felipe, Víctor trabaja para convertirse en "cabeza del cerverismo", aspiración que lo lleva a mantener una relación horizontal con su prima y gobernadora.
Hasta ahora, Ibóm Ortega ha sabido manejar en su beneficio las diferencias entre los hermanos Cervera Hernández y "abanica" las aspiraciones de ambos a fin de disponer de alternativas a su alcance por si la candidatura de Angélica llegara a frustrarse. Lo que no parece considerar la gobernadora es que las aspiraciones de los hermanos Cervera -o de alguno de ellos- pudieran rebasarla y salirse de su control, al reclamar el "derecho de sucesión" con el argumento de ser depositarios de la fuerza y de la tradición cerverista. En la medida en que crezca el desgaste político y personal de la gobernadora aumentarán las posibilidades de que uno de los hermanos Cervera Hernández se convierta en candidato "del cerverismo". Para Ibóm Ortega esta opción pudiera resultarle "menos pior" que la de otros aspirantes, siempre en el caso que se le cayera la candidatura de Angélica.
Los otros cuatro posibles candidatos (Cleominio Zoreda, Eric Rubio, Jorge Carlos Ramírez y Rolando Zapata), como ya explicamos párrafos atrás, irán cobrando distancia y marcando diferencias con Ibóm Ortega conforme se acerquen las fechas decisorias y en función de las disputas y los acomodos que se obliguen a nivel nacional, entre los distintos aspirantes a la candidatura presidencial del PRI y la secuela que esos forcejeos tengan en Yucatán.