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Agregaron que es recomendable comer cereales integrales, porque además de que dan mayor sensación de plenitud y corrigen problemas de estreñimiento, sin embargo es importante conocer que a los cereales refinados se les ha eliminado el gluten y con ello pierden una cantidad importante de nutrientes.
En la segunda posición de la pirámide (en orden ascendente) está el grupo de las frutas y verduras; éstas son ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes, fitoquímicos, fibra y agua; sólo algunas verduras contienen proteínas. Deben ser consumidas en cantidades adecuadas y darles variedad, "no comer sólo de una o dos verduras o frutas, ya que algunas contienen vitaminas y minerales diferentes a otras, y se recomienda preferir las de temporada, porque son más frescas y económicas".
En el siguiente nivel, se sitúan los alimentos de origen animal: carne, lácteos, pollo, pescado, huevo y queso. Éstos se deben comer con moderación, pues aunque son ricos en proteínas —indispensables para la formación y reparación de tejidos y músculo—, calcio, necesario para que los huesos crezcan adecuadamente y los dientes estén fuertes, y hierro, vitamina B12 y zinc, son ricos en grasas saturadas y colesterol. Por ello, la porción de carne debe ser del tamaño de la palma de la mano.
Los especialistas nutriólogos señalan que en la punta de la pirámide se encuentran los alimentos con mayor contenido energético y de grasas, por lo que su ingesta debe ser muy limitada o, de preferencia, nula, entre ellos, dulce, manteca, mantequilla, mermelada, chocolate, miel, pasteles y refrescos.
Habitualmente en la pirámide se señala la cantidad de porciones o raciones que deben consumirse, pero éstas deben adecuarse a la edad y al tipo de actividad física que se desempeña, por ejemplo, un obrero necesita más raciones de todos los grupos alimenticios que una recepcionista o alguien que trabaja en la oficina.
Recomiendan tener visible la pirámide nutricional —podrían colocar una copia en la puerta del refrigerador— para llevar un plan alimenticio saludable, en el que se identifiquen las comidas que se realizan.
Otra recomendación es tratar de asociar la comida con las emociones para detectar si en situaciones de estrés o enojo ésta se ingiere en forma más abundante , y razonándolo: evitar hacerlo.
Finalmente señalaron que llevar una adecuada combinación de alimentos no basta, es necesario también realizar ejercicio —30 minutos mínimo— para un mejor resultado. Boletín de la delegación del IMSS en Yucatán.