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"Es peor vivir así que hablar del problema", advierte especialista en psicología y sexología.
"A pesar de que 95% de las personas con cualquier tipo de disfución sexual puede curarse de este problema, la gran mayoría prefiere vivir así que buscar ayuda profesional", advirtió la psicóloga y sexóloga, Sandra Aguilera Medina.
Agregó que, aproximadamente 3% de quienes padecen alguna disfunción sexual busca ayuda profesional, pues muchos no reconocen que la tienen, otros no quieren hablar del tema y otros más, buscan remedios o productos caseros para tratar el problema.
Dio a conocer que, según estadísticas, 43% de las mujeres ha padecido o padece algún tipo de disfunción sexual, siendo las más comunes, por orden de importancia: la falta de deseo sexual, la anorgasmia (imposibilidad para tener placer), vaginismo (que ocasiona relaciones sexuales dolorosas) y dispareunia (contracciones vaginales que hacen doloroso el coito).
Manifestó que, en el caso de los hombres, 37% de ellos ha experimentado o experimenta algún tipo de disfunción —que puede ser pasajera y en otros casos no— siendo las más comunes la disfunción erectil y en segundo lugar, la eyaculación precoz.
También se presentan problemas como la falta de deseo sexual y la eyaculación retardada.
—Las disfunciones pueden tener su origen en el estrés, en el cansancio y hasta en la misma presión que la persona ejerce sobre sí misma para "funcionar bien".
Mencionó que en 5% de los casos, las disfunciones tienen su origen en causas biológicas, como, por ejemplo, por cirugías, por falta de desarrollo en los órganos sexuales o por ingesta de cierto tipo de medicamentos.
Explicó que la disfunción sexual es mayor en las mujeres que en los hombres por causas culturales y educacionales. Entre las mujeres, la sexualidad siempre se ha manejado como algo prohibido. En cambio, el mundo del varón gira en torno a lo genital, como el tamaño y funcionamiento del pene.
—Además, la sexualidad es vista por muchas mujeres en cierto momento de su vida como una carga, como un deber marital; algo que deben realizar con su pareja o con su esposo, pero no porque realmente lo disfruten.
Señaló que esto se debe a que la sexualidad aún está muy asociada con la procreación, por lo que, después de tener hijos, muchas parejas descuidan este aspecto de su relación y se enfocan más hacia sus hijos o su trabajo.
—Desafortunadamente, cuando hay disfunción sexual, la mujer no quiere hablar de ello, quizá por pena o pudor. En el caso del hombre, porque le es difícil reconocer que tiene el problema y lo justifica echándole la culpa a su pareja "que por fea o gorda" no le llama la atención. Entonces, tiene dos opciones: dejar de tener relaciones o buscarse una amante.
Destacó que la solución para la disfunción sexual es acudir a un especialista que primero encuentre la razón del problema y provea el tratamiento adecuado.
Manifestó que, con ella, los pacientes siguen un tratamiento de aproximadamente tres meses que consiste en ejercicios sexuales con la pareja, posiciones e incluso técnicas de masturbación.
Reiteró que 95% de los casos de disfunción sexual se cura a través de terapia.
—La gente no tiene por qué vivir así si existe una solución para el problema.
Al respecto, comentó el caso de un paciente que durante 11 años sufrió un problema de disfunción que afectó su matrimonio y que se arregló rapidamente tras recurrir, hace unos meses, a terapia.
Finalmente, dijo que no se debe confundir el decrecimiento del desempeño sexual con una disfunción, ya que es normal que a determinada edad, el deseo disminuya o que las relaciones no sean tan frecuentes como cuando se era más joven. L.I.