785 palabras
Tres años han pasado de la administración de Ivonne Ortega Pacheco y con ello un sinfín de acciones, comentarios y demás hechos que lamentablemente han desnudado la personalidad de una seudopolítica que no estaba preparada —y sigue sin estarlo— para la responsabilidad de llevar las riendas de Yucatán en el cargo de gobernadora. Por el contrario, después de conocer como "gobierna" Ortega Pacheco, uno lamenta que gente como ella pueda ostentar un cargo público, incluso uno lamenta que la gente haya depositado su confianza en un personaje que lo único que ha hecho es usar el cargo para sacar provecho tanto económico y político, mientras los resultados de su gestión son tan pobres como pobre es su estilo de hacer las cosas.La mayor de las críticas es por el despilfarro —por no llamarlo de otra manera— de los recursos públicos en ideas, obras y acciones que dejan más dudas y suspicacias que nada, y el hecho de que hasta hoy sea incapaz de dar respuestas a los cuestionamientos sobre las mismas que afectan, hay que decirlo, al dinero de la gente, no al de ella. Con su ya famosa postura de "yo no le voy entrar al debate", lo único que genera es la certeza de que algo oculta.
En esta administración se han gastado miles de millones de pesos. Sólo recordemos los préstamos que ha solicitado esta administración, que han dejado endeudado a la entidad por años, que no sabemos cómo se gastan y que, cobijada por un Congreso a modo de mayoría tricolor, no hay manera de fiscalizar.
A la hora de solicitar información de cómo se ejerce el dinero público, la única respuesta que hay es el silencio. Uno no sabe sí esta actitud es un cinismo llevado al extremo en donde el que tiene poder se jacta de los reclamos de la gente con un "hágale como quieran, total, yo soy el poder".
Qué lejos está Ortega Pacheco de ser una gobernadora en toda la extensión de la palabra. Pudiéramos llamarla actriz, relacionista pública, bailadora, etc. pues todo eso lo realiza con soltura, pero no así gobernar.
Creo que los priístas están pensando qué hacer con este "personaje" que ellos mismos crearon y que —como va— se les puede "salir de control" y hacer quién sabe qué cosas con tal de conservar el poder que ostenta en estos momentos y que sin duda no le será fácil dejar.
Ivonne Ortega está enferma de poder y esa clase de males no se curan tan fácilmente.
Esa enfermedad de poder se observa en eventos como el "Tercer Informe de Gobierno", en donde no hay obra significativa que presumir, pero sí una pachanga de antología con "amigos" artistas incluidos.
Otro ejemplo de su "enfermedad" es el hecho de contratar a Juan Gabriel por 6 millones de pesos para el 15 de septiembre, aunque ahora nos dian que esa cantidad de dinero es para la logística y los músicos. ¿Cuántas cosas no se podrían mejorar en Yucatán con esa cantidad de dinero? ¿De verdad valdrá la pena un gasto así en un estado con tantas carencias?
A dos años de terminar su gestión, ¿está preparada Ortega Pacheco para dejar el poder? No sólo creemos que no, sino que éso tendrá muchas malas implicaciones.
Es obvio que a través de la actual alcaldesa de Mérida, la gobernadora pretender afianzar su poder y el de su grupo. Es obvio también que Ortega Pacheco quiere ser parte del círculo íntimo priísta de Peña Nieto porque la apuesta es que de la mano del gobernador mexiquense se recupere la presidencia en el 2012. Es obvio por ello que utilizará todos los recursos a su alcance —legales y no— para perpetuar su poder, toda vez que de llegar un gobierno diferente al PRI, su caída sería algo nunca visto.
El gobierno de Ivonne Ortega Pacheco ha sido y sigue siendo nocivo para el desarrollo de Yucatán, pero un factor que le ha ayudado a hacer y deshacer a su antojo es una oposición que aún sigue buscando respuestas a sus fracasos y es incapaz de organizarse de cara al proceso electoral del 2012.
Aún se está a tiempo para empezar a trabajar y con ello cambiar las cosas...