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Las Chivas de Guadalajara mantuvieron a la fanaticada del Inter de Porto Alegre silenciada por varios minutos por un golazo de tijera de Marco Fabián incrustado en la cabaña de Renan Soares en el minuto 43 del partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores de América, gol que significaba el alargue del encuentro por el marcador global empatado a dos. Sin embargo, en el minuto 61, Rafael Sobis remató a gol un hermoso pase de Kléber al centro del área que le abrió a su equipo de par en par las puertas a la corona del principal torneo de clubes del continente y a la afición del Beira Rio la euforia y alegría que sólo los grandes triunfos provocan.Lo demás fue de obsequio: dos errores defensivos del chiverío derivaron en sendos goles portealegrinos en los botines de Leandro y Giuliano (minutos 76 y 89, respectivamente) y un gol de Bravo por los de Jalisco, anotado en tiempo de reposición tras un tiro libre estrellado por Adolfo "el Bofo" Bautista en el larguero.
Sobre el final del partido (min. 86), el delantero chiva Omar Arellano fue expulsado con roja directa por una artera entrada sobre el internacional argentino D´Alessandro, quien siempre fue un dolor de cabeza para la defensa tapatía.
Como colofón del accidentado partido —que incluyó "ganchos" de Reynoso al hígado de Sobis y un carioca descalabrado que después jugó con números diferentes en playera y short por la sangre que manchó esta última prenda— se armó un conato de gresca en la que "el Pato" Araujo resultó con una ceja abierta y "el Bofo" se quedó con las ganas de estrellar una muleta en algún desprevenido adversario...