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El horizonte de la forma y la existencia, la línea del momento y los acontecimientos, no ha sido traspasada por la ciencia. La razón nos ha limitado a la circunstancia espacio temporal y nos sitúa en una realidad fija, en un tiempo lineal y en un espacio material. Hoy, esta frontera está siendo disuelta. La realidad ya no es tridimensional y nuestras capacidades se expanden al disolverse los límites que encierran la extensión y las posibilidades de la vida y del universo.
La famosa formula de Einstein, E=MC2, nos dice que el universo en su totalidad es energía y que el tiempo es relativo, que la realidad no es tan fija como creemos, que nuestro universo es multi dimensional. Esta concepción del científico y místico más importante de todos los tiempos, junto con la física moderna, nos están llevando de la mano a comprender que la realidad y la vida requieren de un salto evolutivo que los seres humanos ya estamos listos para tomar. Solamente debemos tener la determinación de hacerlo.
Es evidente que la crisis mundial requiere de nuevas fórmulas de vida. ¿En dónde buscarlas? La "conservación" de los recursos materiales y las fórmulas de reciclamiento y de "vida sustentada", tan de moda hoy, no son suficientes. El mundo nos pide un salto más profundo: un cambio en nosotros mismos, en el espacio interior, una renovación profunda de nuestra manera de ver, entender, y concebir la realidad que verdaderamente nos lleven a un cambio significativo. Cuando nosotros cambiamos, el mundo cambia. Somos co-creadores de la realidad, de manera constante, con nuestra voluntad o sin ella, de manera consciente o inconsciente. ¿Cómo afianzar nuestro ser a una consciencia positiva para crear y manifestar el bien?
Contar con un marco de referencia en valores humanos y un código de ética son la base. Pero la consciencia requiere en principio de una fuerza para la acción de un poder para alinear nuestras intenciones con la energía positiva del cosmos. Las prácticas espirituales nos llevan al desarrollo de la consciencia, a desarrollar la fuerza que se necesita para el cambio, al conocimiento y entendimiento mas alllá de lo físico. La espiritualidad es un aspecto fundamental y trascendente de nuestra vida diaria, de nuestra inteligencia, agudeza interior, ingenio, valor, carácter, visión, entereza. Reconocer el valor de la espiritualidad y alinearlo con la ciencia moderna nos permitirá dar el salto cuántico para que todos podamos ver, concebir y crear una nueva manera de entender la realidad y engendrar la semilla de un nuevo mundo.
Shakti