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Un emigrante de origen ecuatoriano al que sus captores dieron por muerto por las heridas de bala que le causaron y logró escapar, permitió el hallazgo en un rancho de Tamaulipas de una fosa con los cadáveres de otros 72 emigrantes indocumentados provenientes de El Salvador, Honduras, Ecuador y Brasil, que fueron presuntamente ultimados por “los Zetas” por no aceptar trabajar como sicarios para ese grupo delictivo. Un vocero de la Secretaría de Marina informó que el sobreviviente declaró que elementos de “los Zetas” serían los autores de la muerte de los 58 hombres y 14 mujeres, cuya identidad aún está por confirmarse.Según el boletín oficial, el macabro hallazgo se hizo en un rancho del municipio de San Fernando, Tamaulipas, poco después de que el referido testigo pidiera ayuda médica en un puesto de control carretero que la marina mantiene en dicho municipio y denunciara la agresión sufrida. Inmediatamente personal de infantería y unidades aeronavales se trasladaron al rancho señalado, en donde desde el aire divisaron a los infractores de la ley, quienes abrieron fuego contra los elementos de la Armada y huyeron a bordo de varios vehículos.
Al hacerse pública la trágica noticia, algunos medios enseñaron fotografías del ecuatoriano, a quien incluso apodaron "Freddy", no obstante que el mismo y las autoridades habían solicitado no sea identificado para no poner en riesgo nuevamente su vida. Esta situación fue lamentada por el presidente Felipe Calderón, quien señaló que es entendible la “gran presión” que existe en los medios nacionales e internacionales, pero se mostró preocupado por haberse revelado la identidad del testigo.
Después se supo que, por seguridad, el joven fue trasladado a otra clínica de la Marina en Tamaulipas, donde sigue recuperándose de sus heridas.