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"La verdad por la cual me inventaron un delito y me metieron a la cárcel fue porque Ivonne Ortega no entiende y no quiere escuchar al pueblo de Dzemul, de lo que carece y necesita" comentó José Guadalupe Melquíades Tzab Pech en exclusiva entrevista concedida a Artículo 7 ya en la tranquilidad de su hogar en Dzemul, Yucatán.
—También —continuó— porque cuando en las elecciones en que fue elegida para gobernadora —2007— la mandamos a la cola cuando fue a su casilla a votar.
—Ese día llegó con periodistas y fotógrafos y quiso saltarse la cola en la que varias personas llevábamos bastante tiempo esperando para votar. Comencé a gritar: "a la cola, a la cola, a la cola". Varias personas se unieron y me hicieron coro. También gritábamos: "arriba el azul".
—Aquello le causó un profundo dolor que al día de hoy no ha podido olvidar. Inclusive —prosiguió en su relato— esto es escuela de su tío Víctor Cervera Pacheco y no de ella. Él [Cervera Pacheco] metía a la cárcel a las personas que no se cuadraban con él para asustarlos y amedrentarlos.
José Guadalupe, mejor conocido como "El Brujo de Dzemul" comentó que algo que no soporta la gobernadora es que el PRI haya perdido en Dzemul en la elección de hace tres años y que nuevamente el PAN haya ganado la alcaldía de Dzemul por segunda ocasión en las últimas elecciones.
—Ivonne sabe que Dzemul ya es panista. En las pasadas elecciones pretendió que se armaran desmanes en las casillas para achacar que los panistas son los que causan problemas.
—Si ella no peleó cuando vio que el PRI perdió en Dzemul es porque no quiere que la sociedad vea cómo es ella.
Durante tu encierro, ¿tuviste presiones o amenazas?
—Cuando me pasaron al Cereso me trataron bien, sin presiones ni amenazas. Pero antes, cuando estaba en la procuraduría del estado, sí sufrí presiones y amenazas.
—Después de ser detenido me mantienen durante 22 horas dentro de un vehículo.
—Te explico: a mí me detienen como a las 3.15 P.M. por elementos del grupo Roca de la policía judicial y soy trasladado a Mérida. Posteriormente me cambian de vehículo, esto es, a una camioneta tipo Van de color blanco. Me tapan la cabeza con mi propia camisa.
—Yo estaba como secuestrado y no sabían qué hacer conmigo. Los judiciales me comentaban que no sabían por qué me detuvieron. Ellos sólo habían recibido la orden de que me detengan. Durante todo ese tiempo mantuvieron la camioneta encendida y con el aire acondicionado. Eran dos judiciales los que permanecieron todo el tiempo conmigo.
—Estaba esposado y no me dieron de comer durante todo el tiempo que estuve en la procuraduría. Para ir a orinar, pedían permiso a sus superiores para que me bajaran de la camioneta. Sólo me dieron agua que fueron a buscar a algún tubo porque no era purificada.
¿Recibiste alguna agresión física?
—Durante mi traslado a Mérida sí, me estuvieron golpeando. Después, durante las 22 horas que estuve en la camioneta Van no recibí agresiones.
¿Qué pasó después de que te bajaron de la camioneta?
—Me bajaron de la camioneta el lunes como a la 1 P.M. y me metieron a un cuarto en el subterráneo de la procuraduría.
—Yo tenía dos mil pesos en la bolsa y me los robaron. Sólo me dejaron $600 que fue con lo que dijeron que yo había robado. También me robaron dos memorias de mi celular donde almacenaba datos personales.
¿Vas a emprender alguna lucha para limpiar tu nombre?
—No tiene caso, porque yo sé que soy inocente. Con el tiempo se sabrá la verdad.
¿Vas a continuar la denuncia ante Derechos Humanos?
—Derechos Humanos no tiene ningún peso. Cuando estaba la licenciada de ese organismo tomando mis declaraciones, después de un breve tiempo, los judiciales le dijeron que ya se había acabado el tiempo. La licenciada fue apurada para que terminara de levantar mis declaraciones. Yo le decía a la licenciada que tenía la obligación de defenderme. Fue presionada hasta que se salió.
—Por eso, si yo supiera que Derechos Humanos me va a apoyar como debiera ser, en todos los aspectos, yo proseguiría con la denuncia. Pero si viene de la misma "mata" o se maneja de la misma "mata", ¿qué ganaría?
—No voy a retirar la demanda pero tampoco pienso seguirla.
¿Cómo fue tu estadía en el Cereso?
—Como te dije antes, en el Cereso me trataron bien. No tengo ninguna queja. Me trataron como tratan a un preso normal.
—El problema fue en la procuraduría. Me atormentaron, me pegaron. Prácticamente estuve secuestrado. Yo me pregunto: ¿con quién me puedo quejar de todo eso?
¿Por qué dices que te atormentaron?
—La verdad, me querían hacer que firmara un papel y cuando yo quise leerlo me dijeron: "hijo de tu puta madre, eso no es para leer es para que lo firmes". Yo les contesté: "yo tengo que leer". En ese momento recibí la primera bofetada.
—Cuando pregunté por qué me pegaban recibí la segunda bofetada y me patean. A partir de ese momento me siguieron atormentando en la celda.
—Me decían: "Te vamos a partir la madre y vas a terminar firmando". Yo contesté: "hagan lo que tengan que hacer pero yo no firmo nada".
Con angustia, "El Brujo" nos relató su tormento a manos de gente "oficial".
—Después me colocaron una capucha de mezclilla en la cabeza para que no vea y me suben a un vehículo para trasladarme a un sitio distante de donde estaba. Me llevan a una habitación donde me torturaron para que yo firme. Nunca firmé.
—Utilizaron un aparato eléctrico de los que sirven para arriar al ganado para darme toques.
—Me pegaron en las rodillas y caí como un "animal". Me colocaron dos cables en los testículos y en los pies y me dieron toques eléctricos. Me torturaron brutalmente.
¿Estás arrepentido de haber mandado a la cola a Ivonne Ortega?
—No, definitivamente no. Uno tiene libre albedrío y puede expresarse como quiera. Si por haberla mandado a la cola se sintió lesionada moralmente, sólo que quiero imaginar qué hará si llega a escuchar todo lo que se dice de ella en el pueblo. Mandaría a acabar con todo el pueblo seguramente.
Si tuvieras enfrente a Ivonne Ortega, ¿qué le dirías?
—Sólo le diría que tenga un poco más de educación y que estudie para tratar a la gente. Que salga de su ignorancia.
—Yo no le tengo rencor porque en mí no hay nada que tenga rencor.
¿Temes por más represalias?
—Claro que sí y responsabilizo a Ivonne Ortega de todo lo que me pase o le pase a mi familia.
—En el 2007, después de aquel incidente, hice un escrito donde responsabilizo a ella de todo lo que me pase.
—Ella, como su tío Víctor Cervera Pacheco lo hizo, utiliza el sistema que usó conmigo para demostrar que ella tiene el poder.
Para concluir, Dzab Pech comentó que ganó muchos amigos durante su estadía en la cárcel y piensa seguir teniendo contacto con ellos para ayudarlos.