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Recibí en estos días el recibo de agua potable del bimestre enero-marzo del presente. Dicho recibo consignaba un consumo en metros cúbicos muy inferior a mi promedio histórico y, por tanto, un importe a pagar sensiblemente inferior a lo que estoy acostumbrado a pagar bimestralmente por el vital líquido. Aparentemente este hecho debía producirme alegría y nada más, pero siendo más bien cauto con este tipo de cosas demasiado buenas para ser verdad, verifiqué mi consumo real y me percaté que mi supuesto —y en realidad inexistente— ahorro actual, se convertiría en un gasto bastante mayor en mi próximo recibo. Les explico.
Como seguramente saben, el agua potable se paga con una tarifa de tipo progresiva —similar a la de la Comisión Federal de Electricidad— por la cual paga un precio mayor por cada metro cúbico de agua el que más la consume. Así, por ejemplo, en la tarifa "doméstica zona 3" (que es la que corresponde a mi domicilio), un metro cúbico para los usuarios de la JAPAY que consumen hasta 40 metros cúbicos al bimestre cuesta $4.50, mientras que un metro cúbico para los que consumen más de 600, cuesta $11.80, es decir, casi tres veces más. Además, vale la pena aclarar que —a diferencia de la CFE en donde los kilowatts consumidos en un nivel de 0 a "X" se pagan a una tarifa reducida, los comprendidos entre "X" y "Y" a una un poco más cara, los consumidos entre "Y" y "Z" a una todavía mayor y así sucesivamente— en el caso del agua potable todos los metros cúbicos que se consuman se pagan al precio correspondiente a la escala a la que corresponde el consumo total.
Es el caso que mi último recibo (con fecha de lectura 28 de marzo del presente) llegó por un consumo de 30 metros cúbicos. Ése número de metros —más o menos una tercera parte de mi consumo habitual— me arrojó una cantidad a pagar de $135, importe también significativamente inferior a lo que usualmente pago. Sin embargo, al analizar detenidamente el recibo y comparar mi supuesto consumo con una lectura que, providencialmente, había tomado yo el 31 de marzo —fecha en que me llegó el recibo anterior—, noté que era inferior en 54 metros cúbicos, demasiados litros para sólo tres días de diferencia entre una toma y otra.
Es decir, aparentemente el personal que tomó la lectura o quien transcribió la misma en su sistema institucional, tuvo algún error de dedo y "me benefició" con un consumo unos 50 metros cúbicos inferior a lo que en realidad consumí en el periodo, beneficio que, sin embargo, si no hago nada al respecto se acumulará a mi consumo real del siguiente bimestre y hará que el mismo "brinque" en la escala y termine pagando más al sumar ambos bimestres que lo que en realidad me hubiera correspondido en caso de que no me hubiera "beneficiado" el personal de la JAPAY con esa lectura inferior.
Por lo anterior, es recomendable tomar la lectura de nuestro medidor más o menos en la fecha que corresponda a nuestro corte, verificar la razonabilidad de la lectura realizada por personal de la JAPAY una vez nos llegue el recibo correspondiente y, en su caso, aclarar cualquier error de lectura ante esa dependencia estatal a la brevedad. Eso le podrá ahorrar muy buenos pesos. JECM.