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José Jesús Rojas Comella
Al fin, la 3ª Constitución de la Federación, estuvo en vigor 60 años, hasta el 5 de febrero de 1917. En ésta última fecha se constituyó la que actualmente está en vigor, a pesar de sus innumerables sustituciones y adiciones. La 4ª Constitución Federal estableció 28 Estados, 3 Territorios y el Distrito Federal. Actualmente, los tres territorios cedieron su nombre a los Estados de Baja California, Baja California Sur y Quintana Roo. Por cierto, al segregarse Q. Roo de Yucatán, nos dejaron a nuestro Estado con menos de 40 mil kilómetros cuadrados. El menos extenso y con tierra pedregosa de nuestra Península. Antes de la Independencia de México, teníamos unos 200 mil km., cuadrados con el Gobierno y la Capitanía General de Yucatán, que incluían los hoy Estados de Campeche y Q. Roo, Belice y el Petén. Estos dos últimos territorios los cedieron los gobiernos federales a Inglaterra y a Guatemala, respectivamente. Que coincidencia, nos quedamos con la quinta parte del territorio que tuvimos por mas de tres siglos, algo parecido con nuestra gran nación mexicana, tomando en cuenta los territorios no conquistados entre nuestras fronteras y las del Canadá, que estuvieron sin dueño hasta que los conquistaron los estadunidenses; su lejano oeste. Cabe pensar que a los yucatecos nos redujeron a la mínima extensión territorial que nos trajo pobreza e incultura, como al parecer también castigaron los capitalinos y sus afines a los tlaxcaltecas de hoy, por haber apoyado sus ancestros a Hernán Cortés, conquistador del poderosísimo imperio azteca de Moctezuma. Según O´Gorman, la legislación del Segundo Imperio aventajó en muchos puntos a la republicana. Este Imperio fue constituido por decreto del ll de julio de 1863, cuyo artículo 2-E, señala que el territorio del Imperio se divide en cincuenta Departamentos, uno de los cuales se llamó Iturbide (antiguo Departamento de Cuernavaca). Algunos otros fueron Guerrero y Matamoros. El siguiente día 16 se dividió el territorio en 8 grandes porciones de índole militar, cuyas capitales fueron: Toluca, Puebla, San Luis Potosí, Guadalajara, Monterrey, Durango, Mérida y Culiacán. Los Departamento se subdividían en Distritos y éstos en Municipalidades. A Orozco y Berra se le encargó el estudio por el cual se establecieron los 50 Departamentos, quien criticó a las divisiones políticas anteriores, señalando que fueron un caos, en cuya historia solo se descubre "el encono de los odios políticos". Sugirió a los futuros legisladores mexicanos que no se olviden de las enseñanzas que encierran las olvidadas leyes del 2º. Imperio Mexicano. Parece que se ignoró su patriótica sugerencia. Al final de la Colonia de la Nueva España, la Intendencia de Mérida, Yucatán contenía en su Distrito: la Provincia de su nombre, mas la Laguna de Términos, la Provincia de Tabasco, Villahermosa, Acapala, Chiltepeque, Escobar y Cupilco, cuya jurisdicción corresponde al Obispado de Yucatán. La orgullosa nacionalidad mexicana tiene 5 siglos integrándose y durante el período imperial español y en sus extensos territorios, desde la Alta California hasta antes del Istmo de Panamá han tenido vigencia sus leyes (la Constitución es la suprema), decretos, acuerdos, tratados nacionales e internacionales, reglamentos y otras disposiciones relativas. En nuestro México independiente hemos seguido las líneas trazadas por el Derecho Greco-Romano al Derecho Español y de éste al Derecho Mexicano, y algo de los EE. UU. Se atribuye a Porfirio Díaz haber señalado; a mis enemigos todo el rigor de la ley; a mis amigos la benevolencia.También dice el refrán popular, "aplíquense las leyes en los bienes de mi compadre", lo que puede interpretarse que los actos delictivos como los golpes de estado, motines, crímenes, conspiraciones, conjuras, traiciones, cuartelazos, desacatos, paros "sindicalistas", actos electorales ilegales, etc., son interpretados por los políticos en el poder como a sus superiores intereses convengan o como dijo el poeta: "las cosas son según el color del cristal con que se miran". Si las injusticias hablaran. Aún hoy, en pleno siglo 21, de vez en cuando se oyen o leen comentarios de que al México Independiente mas le hubiera convenido ser centralista y no federalista, ya que durante los 3 siglos de Colonia de la Nueva España, se acostumbró a los mexicanos a estar bajo las órdenes de un soberano o Rey, La democracia llegaría décadas después y nuestra nación no hubiera sufrido con tantas guerras internas, ni con guerras externas.
Igual se comenta que el federalismo dio a los Estados el ser Libres y Soberanos y que ello propició la desunión política de México, al dar origen a los cacicazgos e intereses políticos locales, dado su extensísimo territorio de unos 5 millones de kilómetros cuadrados. Que le podían interesar a los habitantes de San Francisco en la Alta California, los desconocidos Yucatanenses Peninsulares y viceversa, si era muy probable que jamás se conocieran dada la distancia que los separaba, y así en otras latitudes y longitudes nacionales. (Del norte al sur y del este al oeste). Se ha dicho que copiar a los Estados Unidos de América-USA, en su régimen político-legal republicano no nos convenía en la década de los años 1820, ya que ellos unieron su pequeño territorio que ocupaban en las 13 Colonias en la costa este del Océano Atlántico que perteneció a Inglaterra con una extensión de un millón ciento cincuenta mil km., cuadrados: la parte norte la Nueva Inglaterra, poblada a partir de 1616 por cristianos llamados puritanos, los que dieron origen a la burguesía y en el sur los que desarrollaron la esclavitud, y nosotros desunimos el extenso territorio que heredamos de España. No solo la Península de Yucatán dio muestras divisionistas en nuestro México. Entre otros, Jalisco, Sonora, Nuevo León. Los Partidos Políticos, el Conservador y el Liberal, tuvieron constantes enfrentamientos políticos y militares durante los primeros 50 años de obtenida nuestra libertad. El Liberal ganó al fin la larga guerra, que resultó una victoria pírrica para los mexicanos, como es fácil de constatar en la historia. A los partidarios de esos grupos políticos y otro, les faltó alteza de miras, vislumbrar el futuro de la patria común, propiciaron la autocracia y la ambición desmedida por las riquezas. Hay tres grandes líderes que lograron concentrar el poder: el veracruzano Santa Anna y los oaxaqueños Benito Juárez y Porfirio Díaz, de 1830 a 1910, los tres del sur de México. Los dos emperadores de México en el siglo 19 murieron fusilados. En el siglo20, también fueron muertos por las armas los presidentes Madero, Carranza y Obregón. Al fin la dictadura militar de Porfirio Díaz pudo apaciguar y dar prosperidad a nuestra república, "lo que el viento se llevó" por los ambiciosos políticos y los convenencieros que se incrustaron en la gran Revolución del siglo 20. Tropezamos con la misma piedra que en el siglo anterior, guerra fratricida. Arribamos al siglo 21, con una transición a la democracia que no hemos afianzado. Se vislumbró un nuevo amanecer, una mejor calidad de vida. Si nos descuidamos y dejamos de hacer nuestra parte, los ciudadanos mexicanos corremos el riesgo de retroceder 100 años en la democracia y volver al partido único, el invencible, el que pretende ganar en los 2,400 municipios de México, el que obtiene los 32 gobiernos de las entidades y el que quiere regresar al pasado en las elecciones presidenciales de 2012. Si los próceres verdaderos pudieran hacerse escuchar. Mérida, Yucatán, Junio de 2010.
Bibliografía: Biblioteca Enciclopédica Popular, Libro Tomo l93o., en la tercera época. "Historia de las Divisiones Territoriales de México" por Edmundo O´Gorman, editado por la SEP. La Antorcha Encendida - Clío.- Juárez y las Leyes de Reforma. Grupo Patria Cultural.