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José Jesús Rojas Comella
Hasta 1808, las colonias españolas esparcidas por toda la América tenían prohibido impartir la instrucción elemental, básica, a todos los nativos y a los africanos. Yucatán durante la época colonial tuvo un Capitán General nombrado y dependiente del Rey, y un obispo que dependía de Roma y del monarca español y era costumbre que a todos los obispos España les diera su visto bueno, y eso afianzó mas el control político español durante tres siglos. Yucatán fue una de las 9 diócesis autónomas en la Nueva España y una provincia eclesiástica con el Arzobispado de México. Los 10 territorios eclesiásticos estuvieron divididos en parroquias. Al iniciarse la revolución de independencia de España, el estado geo-político de la Nueva España era: 1-2 Gobiernos de Nueva y Vieja California, 3-9 Provincias de Sonora, Sinaloa, Nueva Vizcaya, Nuevo México, Santa Fe, Coahuila, Tejas y Nuevo Santander, 10- Nuevo Reyno de León, 11- Parte de la Intendencia de San Luis Potosí, 12-Gobierno de Tlaxcala. Estos territorios al norte de la América Española, cubrían más allá de las ciudades de hoy de San Francisco, California y Dallas y Amarillo en el norte de Texas, USA. En el sur de ese enorme territorio conquistado por los hispanos y que heredamos los mexicanos al conseguir nuestra independencia, se encontraban las 12 Intendencias, a saber: Arizpe, Durango, San Luis Potosí, Guadalajara, Zacatecas, Guanajuato, Valladolid (hoy Morelia), México, Puebla, Oaxaca, Veracruz y Mérida.Antonio López de Santa Ana fue nombrado por Iturbide gobernador de la Península de Yucatán. Santa Ana adelantó su traición al saber que los partidos políticos querían la república y astuta y malévolamente encabezó un movimiento militar para destituir a Iturbide como el primer Emperador de México, lo que al final consiguió con el apoyo de diversas fuerzas políticas. Santa Ana, considerado por la historia patria el mayor traidor de México, ha tenido mucha más presencia, positiva y negativa en nuestros medios de comunicación actuales que el propio Iturbide. Este último convenció a los comandantes militares españoles distribuidos por el enorme territorio de la Nueva España a consumar con él nuestra independencia. Increíble pero cierto. Desde luego, la Iglesia Católica lo ayudó.
En el libro de Carlos Pereyra, México Falsificado, precisa que Tejas estaba perdida desde que en 1819, el gobierno español dejó entrar allí una población extraña (Ojo-norteamericanos inmigrantes), la que con el tiempo consiguió militarmente segregar a Tejas de nuestro territorio. Cita Pereyra, que México, país hundido en la miseria, con 37 años de anarquía a cuestas, sin ejército y sin marina, no podía conquistar (retener) aquellos países remotos ocupados por la invasión de USA y que Nuevo México tenía 50 mil habitantes y California 20 mil. No llegaban a 100 mil los mexicanos que habían en los inmensos territorios cedidos por la impericia y traición de Santana y perdidos también por la aceptación indebida de otros órganos de gobierno de los tratados internacionales por la pérdida del territorio nacional.
Antonio López y otros líderes políticos y sociales en los dos siglos de independencia, han criticado la miseria y la falta de cultura e indolencia de los nativos de toda América. A todos ellos hay que recordarles el verso de Sor Juana Inés de la Cruz, incomparable en su ilustración en una época que poco se valoraba a la mujer, y adaptarlo para decir: Hombres necios que juzgáis a los nativos de América sin razón, sin saber que sois la ocasión de lo mismo que acusáis. Inmortal Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana. El centro del país tenía 7 millones de habitantes y el vecino del norte 3 veces mayor y recursos ilimitados. Cabe hacer un paréntesis. La Iglesia Católica en la Nueva España era el mayor inversionista, el principal proveedor a préstamos a particulares y al gobierno. El dinero de la Iglesia no estaba estancado-en manos muertas-, sino que se invertía en la agricultura, las manufacturas y el comercio. Termina el paréntesis. Los indios estaban exentos del servicio militar, de la jurisdicción del Tribunal de la Inquisición, del pago de alcabalas y otros impuestos. Como vasallos del Rey estaban obligados a dar un tributo personal. El mestizaje creció a través de uniones ilegítimas. Para 1800, España tenía 11 millones de habitantes y su imperio en América 15 millones. En 2010 los E.U.A., tienen aprox., tres veces la población de México.
A los españoles del virreinato y a los mexicanos de las primeras décadas del siglo 19, les faltó visión de estado y apego a la patria (tal vez por "cosa de los tiempos"), pues no se les ocurrió promover la inmigración de asiáticos a través de las Californias y del resto de los pueblos del mundo por los puertos de nuestro golfo.
Pudimos haber colonizado el "lejano oeste" medio siglo antes que los norteamericanos, o sea que además de colonizar los 2 millones de km., cuadrados que perdimos en las guerras de expansión de los USA., pudimos conquistar y colonizar el enorme territorio sin dueño, poblado en pequeñas grupos y tribus de nativos, que quedan comprendidos hoy entre las poblaciones de Minnesota en su centro norte y Seattle en el Estado de Washington, que linda con el O. Pacífico, y los comprendidos entre San Luis Missouri y San Francisco y Sacramento en California, territorios que hoy ocupan unos 13 Estados de la Unión Americana con unos tres millones 30 mil km., cuadrados.
Algunas personas acostumbran decir que el hubiera y el pudiera no existe. Tal parece que no fueron niños y oyeron los cuentos que se iniciaban así: Hubo un rey de chocolate con nariz de cacahuate o, erase una vez una bella princesa dormida en un castillo, etc., o las estupideces con ingenio de Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno. También de adultos han podido disfrutar de los cuentos, leyendas, poemas y novelas, que se leen, escuchan o se ven en teatro, radio, cine y televisión, entre las que destacan Las mil y una noches, Don Quijote, Hamlet, La Cenicienta, Lo que el Viento se Llevó y tantas inexistentes realidades de fantasías escritas en todo el mundo. Ni que decir de las películas actuales de ciencia ficción como Harry Potter y las que tratan de mundos futuros y del pasado, guerra de las galaxias, de vampiros, etc.
Hay que divulgar la extraordinaria historia de los que nacieron y vivieron en los últimos 7 siglos en nuestra América Septentrional o del Norte, a partir de los aztecas, poblaciones tan ricas en las buenas costumbres y folclores de nuestras tantas regiones y en las grandes civilizaciones que florecieron y con tantas maravillas naturales sobre y debajo de la superficie y de las aguas, y las edificaciones que han asombrado a infinidad de extranjeros que nos visitan, entre ellas una de las 7 maravillas del mundo actual, Chichen Itzá de los mayas.
Conociendo México y su historia, afianzaremos más nuestra mexicanidad y disfrutaremos más el bicentenario. Recordar la historia es vivir. Amén. Mérida, Yucatán.- Junio 2010