2197 palabras
José Jesús Rojas Comella
En este año de 2010, se está celebrando con entusiasmo en todo México el bicentenario del inicio de la Revolución de Independencia, comandada inicialmente por el conocido padre de la patria D. Miguel Hidalgo y Costilla, secundado entre otros muchos, por los héroes que dieron su vida por la patria, destacando los oficiales que fueron realistas, Aldama, Allende, Matamoros y el considerado como el mejor estratega militar, el cura D. José Ma. Morelos y Pavón, quien convocara al Primer Congreso Mexicano de Chilpancingo presidido por el gran yucatanense D. Andrés Quintana Roo, quien junto con su esposa Da. Leona Vicario, también son héroes patrios. Los dos principales lugartenientes de Morelos, a quien se le dio el título de Siervo de la Nación, fueron Mariano Matamoros y Hermenegildo Galeana. Según D. José María, Manuel Mier y Terán ex -estudiante del Colegio de Minería era el mas capaz y entendido de todos sus allegados. (El que escribe, conoció en Mérida a 4 yucatecos de distinta generación con el nombre de Manuel Mier y Terán, ¿acaso parientes del insurgente?). La mayoría de los seguidores de Hidalgo fueron los campesinos pobres, porque pretendía una revolución social inconclusa hoy, campesinos que padecían los altos precios de los comestibles y el hambre. Lamentablemente, los insurgentes fracasaron en su intento por no tener armas suficientes para enfrentarse al ejército poderoso y disciplinado creado por el realista Calleja. En la batalla del Monte de las Cruces que ganaron los insurgentes, las fuerzas de éstos fueron 80 mil hombres, contra los realistas que fueron mil infantes, 400 jinetes y 2 cañones; fue la última victoria del Padre de la Patria. En Guadalajara, el ejército insurgente logró reunir 100 mil hombres, de los que 20 mil eran de caballería y 95 cañones. Calleja apenas traía 6 mil soldados realistas y 10 cañones en mejores condiciones. El 17 de enero de 1811 se libró la batalla en puente de Calderón, en la que fracasó rotundamente Hidalgo y perdió su liderazgo militar, sustituído por Allende, ex -oficial realista, segundo líder mas apegado a una revolución política, como lo fuera Iturbide. Cambiar las cosas para que todo siga igual entre los de abajo y lo de arriba. Parece que todavía en el siglo 21 se sigue pensando así.La Compañía de Jesús tuvo un papel decisivo en la formación del patriotismo novo-hispano mexicano, lo que explica en parte porqué fueron obligados a exiliarse de toda la América Española-Hispanoamérica. Fue José de Gálvez, Visitador del Consejo de Indias y posteriormente su presidente, quien desterró a los jesuitas, por orden real firmada por Carlos 3º. El arbitrario y convenenciero decreto permitió la expulsión de 2,600 jesuitas del imperio en América y 3,000 sacerdotes y hermanos en el resto del mundo, quienes fueron forzados a ir a Roma. Se despojó así al mundo hispánico de la oportunidad para obtener una sólida educación superior, en época que la ilustración francesa manifestaba un anticlericalismo feroz. La supresión de la Compañía de Jesús privó momentáneamente a la Iglesia Católica de sus defensores mas capaces. Por tal expulsión, por primera vez las multitudes enardecidas gritaron ¡Muera el Rey! Muchos jesuitas expulsados destacados intelectuales murieron en el extranjero. El rey español intermediaba todas las relaciones entre las Iglesias locales de España y América y el Papado. Por cierto Gálvez, cuando vino a la Nueva España como Visitador Real, con poder por encima del Virrey, combatió el contrabando y la evasión fiscal, y logró colectar al año el doble de los impuestos que se acostumbraban.
Uno de los principales jesuitas Francisco Xavier Clavijero, con su texto en Historia Antigua de México, equiparó al mundo azteca con la cultura greco-romana. Los bienes de los jesuitas servían para sostener las misiones y los colegios, y sus bienes pasaron a poder de la Corona. Esta práctica corregida y aumentada la repitieron el Gral. Santa Anna, Juárez, varios generales revolucionarios del siglo 20 y otros para expropiar bienes de la Iglesia. Lo anterior, y los ataques a la Iglesia Católica con leyes realistas que lesionaban al clero, ocasionó que muchos sacerdotes se unieran a la causa de nuestra independencia. Manuel Abad y Quipo, asturiano que se ordenó sacerdote en Guatemala, entre 1785 y 1814 desempeñó altos cargos en el obispado. Se inclinó a favor de una ley que estableciera una igualdad civil absoluta de la clase de indios con la clase de los españoles. Demandó dividir las tierras de comunidad de los indios y repartirlas en propiedad individual entre ellos. Abad y Queipo fue imitado al fin en Yucatán por el Gral. Salvador Alvarado en 1915, por Felipe Carrillo Puerto y por el Gral. Presidente Lázaro Cárdenas del Río durante su gobierno de 1934 a 1940, cumpliendo así también las intenciones de diversos líderes revolucionarios, como el Gral. Emiliano Zapata.
Abad y Queipo conoció a Iturbide, oficial realista, ( como Santa Ana ) y lo veía como a un joven de mucho valor y actividad, presumido y ambicioso y profetizó " no sería extraño que andando el tiempo, Iturbide fuera el que hubiese de efectuar la independencia de su patria". Por su pericia como jinete lo apoderaron el Dragón de fierro, quien siendo comandante del Bajío y por escándalos fue depuesto de su cargo y sometido a proceso, a pesar de la protección de Calleja. Iturbide no quiso volver al mando y se retiró a una hacienda cercana a la ciudad de México. Años después Iturbide comprendió que si los insurgentes se unían con las tropas mexicanas que militaban en el ejército español, sería fácil conseguir la independencia nacional, como al fin lo hizo el 27 de septiembre de l821.
Después de 1815 los insurgentes se quedaron sin caudillos que tuvieran el arrastre de Hidalgo y el genio de Morelos. Los últimos 5 años de la insurgencia fueron prácticamente a base de guerrillas en pequeños grupos Los integrantes de la Junta que gobernaba a los insurgentes después de la disolución del Congreso de Chilpancingo se rindieron en 1818. Uno de los mas tenaces perseguidores de Guadalupe Victoria fue Antonio López de Santa Ana. D. Guadalupe tuvo que esconderse en 1819, porque se quedó sin hombres para proseguir la guerrilla. Terminada prácticamente la guerra por la revolución de independencia, miles de insurgentes aceptaron el indulto del Virrey Venegas, el penúltimo de la Nueva España, algunos sobresalientes vivieron en la pobreza. En la toma de la ciudad de Oaxaca por Morelos en 1812, Victoria se expuso al fuego enemigo y arrojó con violencia su espada sobre los realistas y gritó "¡ Va mi espada en prenda, voy por ella¡". Tomada la plaza, José Miguel Fernández Félix cambió su nombre por el de Guadalupe Victoria ( muy probable por agradecimiento al no morir en combate). José Miguel llegó a ser el primer Presidente de la República. Fue estudiante del Colegio de San Ildefonso, colegio prestigiado cuya principal y valorada puerta principal fue derribada con metralla de soldados al servicio del entonces Presidente Díaz Ordaz, en la época de los lodos de Tlatelolco y otros. El otro jefe de guerrillas que no pudo ser vencido por los realistas, fue D. Vicente Guerreo, quien años mas tarde fuera presidente de México con la ayuda de su amigo, el yucatanense sanjuanista y liberal Lorenzo de Zavala y Sáenz, quien fuera su embajador en Francia y Ministro Plenipotenciario en el Vaticano. D. Vicente le explicó a Zavala con detalle lo ocurrido el 14 de marzo de 1821, en Acatempan, cuando se entrevistó con Iturbide. Tuvieron frases de cortesía y halagos mutuos y después el célebre abrazo, que selló la reconciliación de todos los mexicanos y los realistas, según el historiador Zavala. Guerrero último líder de la insurgencia, con hombría y patriotismo aceptó gustoso darle el mando de todas las fuerzas armadas a Iturbide, a quien reconoció su liderazgo para terminar al fin con las luchas fraternas. El Virrey Apodaca puso fuera de la ley a Iturbide y ordenó combatirlo, pero fue inútil, pues D. Agustín consiguió la adhesión de los principales jefes del ejército realista y consiguió que los novo-hispanos pasaran a ser mexicanos.
Carlos Pereyra en su libro México Falsificado mencionó que en el año 1929, don J.A. Reyes publicó en La Prensa, de San Antonio, Texas, un artículo que dice, entre otras cosas: "Más de un millón de trabajadores de México han venido a los Estados Unidos huyendo de la infelicidad. El Sr. Lic. Rabasa ha demostrado con números, que había más escuelas en tiempo de la dictadura del Gral. Díaz". Al obispo Juan Ignacio María de Castorena se le reconoció el mérito de haber sido el primer periodista en México. Fue fundador de la primera publicación periódica de la Nueva España, La Gazeta de México, que se inició en 1,722. Humboldt señaló que la Nueva España era la más ilustrada del continente y podría alcanzar muy pronto el desarrollo de su vecino del norte. Al terminar el siglo 18, la Nueva España abarcaba los territorios que hoy forman parte del sur de los Estados Unidos de América, o sea, los Estados de California, Nevada-Utah, Arizona, Nuevo México y Texas los que en conjunto suman 2 millones de km., cuadrados, los que perdió México por guerras injustificadas. Poco después, la Península de La Florida fue cedida a USA por España. Francia tenía una pequeña porción en la costa del Golfo de México, el que casi todo pertenecía al Imperio Español y luego al México Independiente. En 1763 Gran Bretaña le quitó a Francia el enorme territorio del Canadá, el que hoy es de habla inglesa y de habla francesa.
El Reino de la Nueva España era la más rica posesión de todo el Continente Americano. En 1804, la Casa de Moneda de México era capaz de acuñar 30 millones de pesos de plata, los que circularon por medio mundo. (Qué le impide al gobierno del México del siglo 21 volver a producir dichas monedas. Se activarían las minas de oro y plata y el empleo). El temor a que fuera invadido el territorio hispano-mexicano por los rusos por el Océano Pacífico y por los franceses por el Golfo de México orilló a una expansión defensiva de tales territorios con misiones católicas y presidios (guarniciones de soldados en una plaza, o ciudad o fortaleza guarnecida por soldados).
De acuerdo a las Leyes de Indias (Occidentales), a finales del siglo 18 había 4 grandes grupos raciales en la Nueva España: los blancos españoles, los indios (nativos) mexicanos, los negros africanos y diversas mezclas denominadas castas. Según el alemán Humboldt, en esa época existían cerca de 5 millones de habitantes: 2.5 millones de indios, 1.025 millones de criollos, 70 mil europeos, 6,100 africanos y los restantes, más de un millón, lo conformaban las castas. El 98% de esta población había nacido en el territorio del virreinato.
En 1808 quedó vacante el trono español al renunciar Fernando 7º., a favor de José Bonaparte y ello originó que las clases altas en la Nueva España pensaran que ante tal vacío de poder español estaban en su derecho de crear un gobierno provisional mexicano que de hecho inducía a su autonomía. El 15 de julio de 1808, el Ayuntamiento de México pidió al Virrey José de Iturrigaray que tomara el mando directo de la Nueva España, quien fue obligado por la Real Audiencia, integrada casi exclusivamente por españoles peninsulares, a negarse a aceptar. Pudo ser el emancipador de Nueva España sin disparar un solo tiro, (como fue el caso de Agustín de Iturbide.)
Entre los que solicitaron a Iturrigaray tomar el mando independiente de México destacan el Síndico Francisco Primo de Verdad, el regidor Juan Francisco de Azcárate, el oidor Jacobo de Villaurrutia y cuatro criollos de la nobleza española. El ideólogo mas radical del grupo, el fraile criollo Melchor de Talamantes, Primo de Verdad y Azcárate, fueron los primeros mártires de la causa criolla de la independencia. Creo de justicia recordarlos en la lista de los héroes de la patria; se adelantaron a Hidalgo y sus seguidores. Mérida, Yucatán.- Junio 2010.