1621 palabras
Las elecciones del pasado domingo en 14 estados generaron polémica en torno a dos aspectos fundamentales: por un lado, la discusión acerca de quién ganó o perdió más con los resultados, y, por otra parte, la efectividad, conveniencia y futuro de las alianzas entre partidos para obtener posibles triunfos que, de otra manera, se ven difíciles o casi imposibles de lograr.
Dirigentes de todos los partidos involucrados en esos comicios dicen sentirse satisfechos con los resultados. Los priistas aseguran que sus triunfos los enorgullecen y que defenderán cada uno con la fuerza de sus organizaciones y el apoyo de sus correligionarios, "sin caer en provocaciones ni anegar la política mexicana con guerra sucia". Al mismo tiempo, tratan de minimizar sus derrotas, argumentando que "en la democracia se gana y se pierde" y que fueron las circunstancias del momento las que permitieron el triunfo de sus adversarios.
Por su parte, los aliancistas aseguran que su estrategia dio resultados positivos porque les permitió poner fin a décadas de gobiernos caciquiles en entidades emblemáticas para el PRI y, de paso, frenaron la carrera de ese partido en sus aspiraciones por volver a Los Pinos en 2012.
Los dirigentes nacionales de los partidos aliancistas (PAN, PRD, PT y Convergencia) ya analizan la posibilidad de volverse a unir para enfrentar los comicios del próximo año, donde estarán en juego otros cinco gobiernos estatales, incluido el Estado de México, cuyo titular, Enrique Peña Nieto, suena como la opción más viable del PRI para alcanzar la Presidencia y no le caería nada mal rendirle buenas cuentas electorales a su partido.
La jornada electoral del domingo 4 registró altos índices de abstencionismo en algunas entidades, sobre todo en aquellas donde el crimen organizado tiene mayor presencia, como Chihuahua y Tamaulipas, donde la abstención rebasó 60%.
Hubo elecciones en 14 estados y de éstos, en 12 se eligieron nuevos gobernadores y en los otros dos únicamente se renovaron los ayuntamientos y los congresos locales. Los resultados oficiales muestran una tendencia favorable al PRI, con triunfos en nueve de ellos, mientras que las alianzas opositoras conformadas por PAN, PRD, PT y Convergencia sólo obtuvieron tres.
En apariencia, el PRI fue el gran triunfador de estas elecciones porque no sólo retuvo seis gubernaturas, sino que ganó otras tres que estaban en manos de la oposición: Tlaxcala y Aguascalientes, que gobernaba el PAN, y Zacatecas con gobierno perredista.
Sin embargo, perdió en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, que en conjunto tienen una población de 11 millones 498 mil 396 personas. Si a esta cifra se le restan los 3 millones 501 mil 315 habitantes que tienen los tres estados que perdió la oposición, arroja una diferencia de 7 millones 997 mil 81 personas.
Por tanto, a pesar de haber ganado más gobiernos estatales que sus adversarios, el PRI no sólo no avanzó, sino que retrocedió en cuanto a número de gobernados en todo el país, pues en las próximas semanas dejará de ser gobierno para casi ocho millones de mexicanos.
Además, desde el día de la jornada el líder nacional del PAN, César Nava Vázquez, anticipó que todavía habían cuatro elecciones al aire por los resultados tan cerrados de las mismas: Durango, Hidalgo, Aguascalientes y Veracruz y que harían un esfuerzo para recabar la totalidad de las actas y llegar a los cómputos con esa certeza de saber exactamente cuántos votos recibieron y, en todos los casos, pelear hasta el final.
Hasta ese momento, en Durango la diferencia con el PRI era de 1.6% de los votos; en Veracruz de 2.9%; en Aguascalientes de 4.8% y en Hidalgo de 5.1%.
Al paso de las horas y con el total de las actas electorales en su poder, el priista Javier Duarte se proclamó ganador de la elección en Veracruz —con una ventaja de más de 4 puntos porcentuales que le otorgaba el PREP— mientras que su adversario del PAN, Miguel Angel Yunes, con 96% de las actas, reiteró que había ganado y exigió el conteo "voto por voto" para evitar un conflicto postelectoral.
El priista no sólo se declaró ganador de la contienda por el gobierno estatal con más de 100 mil votos sobre el abanderado panista, sino que añadió que "el volumen de sufragios obtenido lo convierte en el veracruzano más votado en la historia de la entidad".
Por su parte, Yunes Linares confió en que Duarte aceptara abrir los paquetes electorales y hacer un nuevo cómputo. Adelantó que él está dispuesto a "aceptar el resultado, sea cual sea".
El desempeño del PREP fue duramente cuestionado por todos los partidos a excepción del PRI. A las 2 de la madrugada del pasado lunes, PAN, PRD, PT, Convergencia y Panal pidieron al Consejo General del Instituto Electoral Veracruzano (IEV) suspender el programa por inconsistente y por las "sospechosas" caídas del sistema.
Más tarde, durante la sesión del Consejo General, los representantes de estos partidos aseguraron que el tricolor utilizó al PREP como "instrumento para reacomodar cifras y dar la apariencia de un triunfo a Javier Duarte".
Denunciaron que cuando el abanderado de la alianza PAN-Panal se encontraba siete puntos arriba del priista, a las 22 horas del domingo, "misteriosamente se cayó el sistema y se reanudó hasta la medianoche, dando ya como puntero al priista".
Asimismo, las dirigencias nacionales del PAN, PRD y Convergencia otorgaron el estatus de prioridad nacional al gobierno de Durango, y anunciaron que alistan a sus mejores abogados y políticos para limpiar la elección del cúmulo de irregularidades.
Jesús Ortega Martínez, líder nacional del PRD, comentó que ni siquiera en Oaxaca o Veracruz se dio el robo de urnas como en esa entidad, ya que 17 fueron sustraídas en Durango y 18 en Gómez Palacio, por grupos armados y encapuchados.
Ante ello, Ortega Martínez afirmó tajante que los partidos que integran la alianza no van a permitir que les despojen de la victoria.
A principio de semana, César Nava Vázquez, dirigente nacional del PAN, también destacó que con candidatos propios, ya sin coalición, su partido también logró triunfos en ciudades importantes como Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, el puerto de Veracruz, Mexicali, Tijuana, Culiacán, Mazatlán, Los Mochis, Isla Mujeres y Puebla, entre muchos otros.
Calificó la jornada electoral del domingo como histórica para el PAN, pues creció en población gobernada en 50% a través de gobiernos locales y alcaldías.
César Nava aseguró que con estos resultados Acción Nacional "está de regreso a la victoria" rumbo al proceso electoral de 2012 y que a diferencia de la estrategia de este año (en referencia a las alianzas y coaliciones) a la elección presidencial llegarán con candidato propio.
Sin embargo, el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega Martínez, destacó que los logros obtenidos con una izquierda unida y alianzas son una enseñanza que se debe tomar en cuenta para los comicios de 2011 con miras a las del siguiente año.
—Esta enseñanza se debe tomar en cuenta para los próximos comicios, toda vez que las alianzas prosperaron, la estrategia dio resultados y hemos tenido triunfos resonantes que cumplen con los objetivos que nos habíamos propuesto —agregó.
—Se terminó –dijo Ortega– con la idea de que el PRI regresaba por sus fueros y que ahora sería invencible, que sólo teníamos que esperar a que se le entregaran las llaves de Los Pinos... Eso se cayó, se demostró que sí son derrotables y toda esa idea de una gran cargada nacional para que el PRI vuelva a ocupar la presidencia de la República y tengamos un proceso de regresión hacia el viejo régimen, a mi juicio, se ha roto.
Posteriormente, en el transcurso de la semana ambos dirigentes anunciaron su intención de competir aliados en las cinco entidades que renovarán gubernatura en 2011: Estado de México, Guerrero, Michoacán, Nayarit y Baja California Sur.
César Nava aclaró que su partido está en libertad de buscar y discutir una eventual alianza con el PRD en el Estado de México, "sin ningún condicionamiento", a pesar de la divulgación de que el PAN había hecho el compromiso de no realizar coaliciones en la elección estatal mexiquense.
Sin embargo, ambos descartaron ir juntos a los comicios para renovar la Presidencia de la República: "A nivel federal la lógica es muy distinta. Una alianza con el PRD, sería impensable", aseguró Nava.
En la Cámara de Diputados, los vicecoordinadores panista y perredista coincidieron en que los resultados del domingo son la punta de lanza para evaluar una alianza en el Estado de México. En Aguascalientes, el senador panista Santiago Creel Miranda reconoció que hay una "altísima probabilidad" de volver a sumar esfuerzos con el PRD en 2011. JGCU