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Portada del Paris Match del 17 de marzo del 2011.
Su mirada perdida y desorientada ha dado la vuelta al mundo. Su estampa, la de la víctima cuyo desamparo sólo cubre una manta en mitad de una ciudad de escombros, se ha convertido en símbolo de la tragedia japonesa del 11 de marzo. Pero la foto de Yuko Sugimoto es una historia de esperanza, un canto a la vida en medio de un 'tsunami' de cadáveres.
Tras la gigantesca ola que arrasó la isla el pasado 11 de marzo esta japonesa perdió la pista a su hijo, Raito, de cinco años. Pasó 48 horas vagando entre lo que antes había sido su barrio, en la ciudad de Ishinomaki, buscando al pequeño. Alguien le dijo que estaba vivo, que lo habían visto, como a ella, deambulando por la ciudad en ruinas. Su mirada, entre la esperanza y la incertidumbre, fue captada por el objetivo de Tadashi Okubo.
"Acababa de llegar a la ciudad. Bajé del coche y vi a mucha gente en medio de la confusión. De repente, descubrí a una mujer buscando algo a lo lejos. No sé explicar por qué, pero cuando me vi frente a ella supe que ese momento tenía importancia", ha señalado el autor de la foto en Perpiñán, donde, junto con la protagonista, ha acudido a contar la historia de su imagen en el Festival de fotoperiodismo de la ciudad francesa.
No le faltaba razón. La imagen de Yuko ha ilustrado más de medio centenar de portadas de revistas y se ha convertido en emblema de la catástrofe. "El día después del tsunami mi marido había salido con un barco a ver si veía a Raito cerca de la escuela primaria. Un vecino me había dicho que lo habían visto por allí, así que salí a buscarlo", ha relatado la protagonista.
Un mes y medio después del sismo, la revista 'Paris Match' encontró a la mujer que había ilustrado la portada de la publicación tras la catástrofe y publicó su historia con final feliz. "Cuando tuvimos que ver qué foto abría la revista, Yuko ya se había convertido en un emblema de la catástrofe, así que no dudamos. La imagen no era dura ni cruel, pero al mismo tiempo transmitía al lector la esencia del drama", ha asegurado la directora de 'Paris Match' en la ciudad francesa.
Yuko Sugimoto en el Festival de Perpiñán.
En la fotografía, ella estaba buscando con la mirada a su hijo.
De izquierda a derecha, Jo Iwasa, el fotógrafo que encontró a Yuko; Raito, de 4 años, hijo de Yuko; Tadash Okubo, el fotógrafo que captó la imagen que ha dado la vuelta al mundo, y Yuko Sugimoto con el numéro de Match. (Foto Ons Abid)
Ocupada en la búsqueda de su pequeño, Yuko nunca se dio cuenta de que le estaban haciendo una foto, como tampoco de que iba a ser el rostro del terremoto: "No fui consciente de la importancia de la imagen hasta que he llegado a Francia", ha asegurado Yuko, que supo que se había convertido en portada de revista cuando una amiga le llevó una publicación al trabajo semanas después de la tragedia.
Ahora blanco y objetivo, fotógrafo y fotografiada, han podido encontrarse, esta vez en circunstancias menos dramáticas. "Lo primero que hemos hecho ha sido darnos las gracias", ha contado ella. "Siempre sentí que a ella no le hubiera gustado saber que yo le estaba haciendo una foto. Por eso cuando Yuko me dio las gracias, me quedé tranquilo. Sus palabras me reconfortaron por primera vez en muchos meses", ha dicho Tadashi. (EL MUNDO / PARIS MATCH)